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Macedonia: "Las futuras generaciones estarán listas para ayudar y cooperar, y no para odiar"

El Centro de Diálogo Nansen de Skopje, la capital, promueve la educación intercultural y la paz en una sociedad fragmentada. De cada diez habitantes del país, seis o siete son considerados autóctonos, dos o tres albaneses, y el resto gitanos, turcos, serbios y bosnios.

«El modelo no es solo una respuesta a la crisis actual en Macedonia, es una respuesta a la creciente segregación en toda Europa», dice Safet Neziri, asesor del Ministerio de Educación del país. «Es muy importante que los niños se reúnan y vayan juntos a la escuela, que aprendan a reconocer las cualidades de los demás; los maestros tienen los roles más importantes para apoyar esos valores y divulgarlos», agrega. «Es una señal de camino hacia un futuro más humano en toda Europa».
Este testimonio y los que continúan aparecen en el último Reporte Anual del Centro de Diálogo Nansen de Skopje, la capital de la República de Macedonia, disponible en la página oficial (Ndc.net.mk). La organización civil, fundada en 2000, actúa a través de unos 400 docentes y profesionales de los niveles primario y secundario, de distintas comunidades culturales, étnicas y geográficas.
La República de Macedonia está en la península de los Balcanes, en el sudeste de Europa. Es uno de los fragmentos de la ex Yugoslavia, de la cual se independizó en 1991. Tiene fronteras con Kosovo, Serbia, Bulgaria, Grecia y Albania. Abarca aproximadamente un tercio de la región geográfica histórica de Macedonia, que también comprende la parte vecina de Grecia y otras más pequeñas de Bulgaria y Albania.
La ciudad de Skopje contiene un cuarto de los algo más de dos millones de habitantes. De cada diez pobladores del país, seis o siete (64 por ciento) son considerados autóctonos —una etnia eslava—, dos o tres (25 por ciento) albaneses, y el resto gitanos, turcos, serbios y bosnios.
«Los programas de capacitación brindan a los docentes la oportunidad de pasar por un proceso de transformación personal», dice Sonaj Bilal, la coordinadora del CDN Skopje. «Les permiten aceptar y celebrar las diferencias, y verlas no como barreras, sino como un desafío y una oportunidad para el desarrollo y crecimiento personal».
La misión del Centro de Diálogo Nansen de Skopje es promover, principalmente a través de la educación, el diálogo para la prevención de conflictos, la reconciliación y la construcción de la paz. Su visión es una sociedad democrática en la que el diálogo es la herramienta cotidiana para la resolución de conflictos entre individuos, grupos o comunidades; un sistema en el que la paz, la cohesión multiétnica, la integración, la igualdad y la tolerancia son valores centrales.
«Los maestros tienen el papel más importante de la enseñanza los niños a respetar la diversidad y no odiar lo diferente», dice Renata Deskoska, ministra para Educación y Ciencia de Macedonia. «Los maestros son responsables de educar generaciones que estarán libres de estereotipos, prejuicios, que estarán siempre listos para ayudar y cooperar, y no para odiar; son el contacto principal de los estudiantes y, en asociación con los padres, puede alentar a los niños a ayudarse mutuamente, promover la convivencia en el país y reducir los estereotipos y los prejuicios que conducen a divisiones».
En la ciudad de Skopje nació en 1910 Agnes Gonxha Bojaxhiu, conocida en todo el mundo como la Madre Teresa de Calcuta y ganadora del Premio Nobel de la Paz por su trabajo a favor de las víctimas, las minorías, los marginados, los enfermos, los ancianos, los niños y otros. El espíritu de la mujer llevaba impreso el mosaico social y cultural en el que se había criado. En 1910, Skopje se llamaba Uskub y pertenecía a Albania. En el presente, tanto macedonios como albaneses reclaman a la santa católica como propia; es una discusión tan compleja como la historia de esa zona del mundo.
El principal donante de CDN Skopje es el Reino de Noruega. La entidad tiene como instituciones madre la Academia Nansen de Lillehammer (Nansenskolen.no) y el Centro Nansen para la Paz y el Diálogo (peace.no), ambas del país nórdico. La entidad integra la Red de Diálogo Nansen (nansen-dialogue.net), miembro a su vez de la Oficina Europea para la Construcción de la Paz (eplo.org). Ganó en 2011 el Premio Max van der Stoel de Holanda y el Alto Comisionado para las Minorías Nacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce.org).
«El desarrollo de la tolerancia hacia el otro es de primordial importancia», dice Sonaj Bilal, la mencionada coordinadora del CDN Skopje. «La interculturalidad, por otro lado, es un proceso dinámico de construcción de relaciones entre diferentes culturas; como resultado, la educación intercultural pretende ir más allá de la coexistencia pasiva», agrega. «La educación intercultural trabaja para transformar no solo al individuo sino también a la institución como un mecanismo para la transformación de la sociedad».

Potencial para el futuro

Fridtjof Nansen fue un explorador, científico, diplomático, activista humanitario y Premio Nobel de la Paz noruego muerto en 1930. El Centro de Diálogo Nansen de Skopje, igual que otras entidades homónimas, lleva su nombre y su visión.
En la juventud, este héroe nórdico fue campeón de esquí de su país; luego adquirió celebridad mundial con una expedición al Polo Norte que alcanzó una latitud récord; obtuvo un doctorado en biología con una investigación sobre el sistema nervioso central de animales marinos; como diplomático, impulsó la creación de un pasaporte para los desplazados de las naciones vencidas en la Primera Guerra Mundial, proyecto que le valió el Nobel.
«La razón por la cual este programa es muy importante es que los prejuicios impiden que los niños se desarrollen emocional, psicológica y académicamente», dice Paula Mcllwaine, del Consejo de Educación Integrada de Irlanda del Norte. «Por lo tanto, es muy importante que los prejuicios se vean desafiados en los entornos que hemos desarrollado en nuestras escuelas integradas».
«Contribuiremos significativamente a la mejora no solo de la interculturalidad en el sistema educativo», dice Asho Stojkovski, director ejecutivo del NDC Skopje. «Sino también a la reducción de la división de escuelas por motivos étnicos, además de crear un nuevo sistema educativo de alta calidad basado en los nuevos valores y principios educativos europeos».
El nombre oficial de la República de Macedonia es motivo de un grave conflicto con Grecia, que considera esa denominación una herencia propia, tanto histórica, como geográfica y étnicamente. Millones de ciudadanos de la provincia griega homónima rechazan como tales a los habitantes autóctonos del país vecino, que son de origen eslavo.
Además, la República de Macedonia es acusada por Grecia de apropiarse de símbolos helénicos, como la figura de Alejandro Magno y su padre, el rey Filipo. En las últimas décadas proliferaron las estatuas de ambos en las ciudades del país. Asimismo, piezas de infraestructura pública, como aeropuertos, carreteras y estadios, han sido rebautizadas con sus nombres. En este contexto, Grecia obstaculiza diplomáticamente el ingreso de la República de Macedonia a la Unión Europea.
«Los cambios en el plan de estudios también se reflejarán en cambios en los libros de texto», dice Renata Deskoska, la nombrada ministra para Educación y Ciencia de Macedonia. «Hasta ahora, hemos abierto un proceso en el cual los profesores de primaria y secundaria dieron su opinión sobre algunos contenidos que han encontrado como problemáticos: discurso de odio, discriminación , estereotipos y prejuicios; hasta ahora, se han retirado dos libros de texto debido a discursos y estereotipos discriminatorios».
La República de Macedonia padeció desde 1999 las repercusiones de la guerra de Kosovo. La más considerable fue el desplazamiento hacia su territorio de unos 360.000 refugiados de la minoría albanesa del país vecino. En 2001, los nacionalistas de este grupo, a ambos lados de la frontera, tomaron las armas para obtener la independencia. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) intervino a favor de Macedonia, que de todas formas se vio obligada a ceder mayor autonomía a la comunidad albanesa.
«El problema que ha sido evidente en el país es que no se prestó suficiente atención al carácter multiétnico de la sociedad y a la creación de un entorno que eliminará los prejuicios y estereotipos que existen entre las diferentes comunidades étnicas», dice Erwan Fouere, miembro de la Fundación para la Educación Integrada. «El CDN Skopje y el modelo educativo que ofrece apunta a abordar esos prejuicios, estereotipos y crea un entorno más propicio para el sistema educativo y asegura el respeto por todas las diferentes comunidades étnicas, enfatizando así uno de los grandes beneficios que Macedonia tiene del carácter multiétnico de su sociedad y puede ofrecer un modelo también para otros países de la región; en ese sentido, creo que hay un gran potencial para el futuro».

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Director de Voz por Vos. Locutor, periodista y docente. Conductor de "Ventana Abierta", lunes a viernes de 12 a 14 (FM Milenium -FM 106.7-). Columnista de temas sociales en Radio Ciudad y docente en la escuela de periodismo ETER.
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