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Venezuela: "No se muere quien se va, solo se muere quien se olvida"

La evidencia sugiere que Canserbero, ícono del rap independiente, fue víctima de un asesinato. Su obra y su tragedia son una posible metáfora del país, que padece una crisis humanitaria brutal.

por Lucio Casarini
«Estoy muy ansioso porque se supone que debería ya, con el disco nuevo, demostrar que puedo establecerme en el mundo de la música, el mundo del rap; hay mucha expectativa porque, como quien dice, Canserbero ha sonado independiente; ha tocado acá, ha viajado por allá; qué va a hacer ahora que la gente lo sigue más, que tiene más seguidores.»
Estas palabras de Canserbero, un ícono venezolano del rap underground muerto en circunstancias que aún deben investigarse, fueron dichas en Buenos Aires durante su último diálogo con la prensa. La conversación ocurrió en los estudios de CMTV, el canal de música que se emite para toda Latinoamérica; puede verse en Youtube.com con el título ‘Canserbero – última entrevista’. El paso por Argentina fue el cierre de una gira por varios sitios del continente.
Un mes más tarde, el 20 de enero de 2015, ocurrió el oscuro episodio que terminó con su vida. Tyrone José González Orama, así se llamaba en realidad el músico, tenía 26 años y vivía en un departamento de su ciudad, Maracay, a 130 kilómetros de Caracas. Carlos Molnar, un bajista con el que tenía una relación de amistad, al punto que lo llamaba «hermano», y con el que compartía proyectos artísticos, vivía en el mismo edificio con su esposa y dos hijas pequeñas. Tal vez por seguridad, los seis mil dólares que Canserbero había recaudado en la gira estaban supuestamente guardados en el domicilio de Molnar.
Aquella noche, la mujer llamó a la policía para denunciar que su esposo había muerto apuñalado en su casa; que el autor del homicidio era Canserbero; que el agresor había sufrido un virtual brote de ezquizofrenia; y que después de cometer el crimen el rapero se había suicidado arrojándose al vacío por una ventana de la vivienda, situada en un piso diez. A los pocos días, la denunciante y única testigo presencial se fue del país. El dinero, a todo esto, nunca habría sido encontrado.
La precoz, breve y prolífica trayectoria interrumpida esa noche alcanzó para que Canserbero fuera autor de seis discos, algunos elaborados en colaboración con otros artistas y todos distribuidos gratuitamente por Internet. El primero, ‘Can + Zoo Índigos’, fue publicado en 2008; el segundo, ‘Nuestra doctrina no es un dogma, es una guía para la acción’, en 2009; el tercero, ‘Vida’, en 2010; el cuarto, ‘Muerte’, en 2012; el quinto, ‘Apa y Can’, en 2013; y el sexto, ‘Give me five’, fue hecho público en 2016, de forma póstuma.
«‘¿Y la felicidad qué?’ ese es mi favorito junto al de ‘Mañana será otro día'», dijo Canserbero sobre los temas propios que prefería, en diálogo con melomanosblogs.wordpress.com. El primero integra el álbum ‘Vida’ y el segundo, el disco ‘Can + Zoo Índigos’. «Fueron escritos en momentos donde estaba agotado de ser duro y creo haber dejado salir a Tyrone ciento por ciento».
Abundan las evidencias complementarias que sugieren que el rapero fue víctima y no perpetrador de un asesinato. Para empezar, su cuerpo se estrelló contra el suelo a unos cuantos metros de la fachada, lo que requiere cierto impulso o la intervención de otra u otras personas. El cadáver llevaba pantalones de jean desabrochados y caídos hasta los tobillos. Además, carecía de ropa interior ¿Para qué querría lucir así un suicida? ¿Pudo ser obligado por alguien a vestir de esa manera con algún fin particular, por ejemplo inmovilizarlo o humillarlo?
«El hip-hop [género musical al que pertenece el rap, que es el arte de recitar con un ritmo] sufre por patrones establecidos por mentes cerradas, la mayoría de los chamos piensan que si no hablas de violencia explícita no hablas de la realidad», lamentó Canserbero en una conversación con melomanosblogs.wordpress.com. «Me encanta cantar al amor tanto como al odio, lo seguiré haciendo pues me lo piden las vísceras», continuó. «Soy un humano, no trato de tener una verdad absoluta ni crearme una imagen de mesías, ja ja», ironizó en diálogo con ritmourbno.com.mx. «Tengo virtudes y defectos, a veces mi rap es positivo, otras veces no, eso es porque mi rap no es más que el fruto de un humano que dice lo que siente».
La única ventana por la que pudo salir el cuerpo de Canserbero el día de su muerte es de un tipo que suele denominarse de romanillas. Se compone de una serie de vidrios horizontales que giran hacia el exterior para abrirse y que son demasiado angostos para permitir que se deslice una persona entre ellos. ¿Quién tuvo la paciencia y la serenidad necesarias para desarmar esa estructura y permitir que el presunto asesino suicida esquizofrénico pudiera zambullirse hacia afuera? ¿Quién pudo armarla después? Por otra parte, el acusado de apuñalamiento no tenía restos de sangre. Además, es improbable que venciera cuerpo a cuerpo al apuñalado, que era de contextura física considerablemente superior. En simultáneo ¿Por qué las dos hijas del dueño de casa estaban ausentes en el momento del horror? ¿Por qué la madre dijo que Canserbero había ido para celebrar el cumpleaños de una de ellas?

El corazón tucún, tucún, tucún

«El primer trago para el suelo y una mirada para el cielo», dice el estribillo de ‘El primer trago’, una canción de el disco ‘Muerte’. «Un año más sin ti físicamente, pero en mi mente / siempre no sabes cuánto te quiero / y no se muere quien se va, solo se muere el que se olvida, / al fin y al cabo, la muerte va tan segura de ganar».
El «recitautor», como él mismo se denominaba, tenía nueve años cuando su madre murió como consecuencia de una enfermedad y catorce cuando su hermano mayor fue víctima fatal de la violencia callejera. El bautismo artístico que eligió tiene la marca de aquellos hechos. Canserbero difiere solo en una letra, la s, de Cancerbero, el nombre de la criatura de la mitología griega encargada de vigilar la puerta del Infierno. La bestia suele representarse como un perro monstruoso de varias cabezas.
«Me falta el aire y el corazón tucún, tucún, tucún», dice el estribillo de ‘Es épico’, otra de las composiciones del álbum ‘Muerte’. «Hoy va a correr sangre, ya sé por dónde se mueve ese. / Hoy voy a convertirme en un criminal, ya no creo en nadie / A menos que me convierta en un muerto. / Hoy voy a vengar a mi hermano, como le juré a mi padre».
A pesar de la crudeza de algunas de sus frases, Canserbero era una persona pacífica. «Desde el primer momento intentaron posicionar la matriz de que él era un esquizofrénico, un demente, una persona con problemas mentales», dijo Carlos Zambrano, primo del rapero, después del deceso del cantautor, en diálogo con Contrapunto.com. «Desde ese primer momento despertaron nuestras alertas, porque mi primo no era, lo he afirmado mil veces, ningún esquizofrénico. Él era un muchacho sumamente inteligente, bondadoso, humilde, dispuesto a ayudar a las personas que al lado de él estuviesen. No era ninguna persona violenta, ni en ningún momento había tenido ninguno de esos síntomas que ellos quisieron posicionar como matriz en los medios de comunicación», agrega. «No era de ir a un médico. No le gustaba ni siquiera tomar pastillas para el dolor de cabeza. Tampoco estaba bajo ningún tratamiento».
«Es un chiste confiar que existe un gobernante honrado. / El poder puede corromper a cualquier ser humano. / Capitalismo, socialismo, comunismo practicado / pero el resultado ha sido casi el mismo», dice ‘Un día en el Barrio’, otra canción del disco ‘Muerte’. «Soy de un país con miles de leyes sin aplicar. / Con 60 muertos semanales solo en la capital (…) / He visto policías matando gente inocente / y he visto gente no inocente siendo presidente», agrega en ‘Mucho Gusto’, una composición del álbum ‘Vida’.
La obra y la tragedia de Canserbero son una posible metáfora de Venezuela, un país de riquezas inconmensurables atrapado en el laberinto de la violencia. El nombre, que significa pequeña Venecia, fue propuesto por los conquistadores europeos extasiados ante paisajes que les recordaban la célebre ciudad italiana. Cristóbal Colón, al contemplar semejante maravilla, consideró que era el paraíso terrenal.
Venezuela tiene las mayores reservas mundiales de petróleo, una materia prima cuya comercialización supone el 80 por ciento de las exportaciones nacionales. Sin embargo, padece una crisis humanitaria brutal. La mortalidad infantil aumentó más del doble en la última década. Uno de cada cuatro niños está en riesgo de malnutrición. Entre uno y dos niños de cada diez está subalimentado. Los casos de malaria se multiplicaron ocho veces también en diez años. Siete de cada diez hospitales padecen escasez de medicamentos. La tasa de homicidios intencionales es de las más altas del mundo; según Naciones Unidas, como consecuencia del caos político y económico.
«Fue un hobbie, empezamos grabando en la casa de un amigo, con un micrófono casero, o sea en la casa del pana, y subimos los temas a las redes sociales», recordó Canserbero en el diálogo con CMTV, sobre sus comienzos. «La gente empezó a compartirlos; empezaron a invitarnos a pequeños eventos locales, barcitos en los que hacíamos nosotros mismos los eventos; empezamos a reunir más seguidores y bueno, dejamos de pedir para cantar, la gente nos empezó a invitar a cantar».
«Crecí escuchando rock», dijo en una entrevista con melomanosblogs.wordpress.com. «Mi padre y mis tíos escuchan mucho rock y aunque no soy un coleccionista de música oigo de todo un poco, aunque en mi caso sigo escuchando los clásicos», agregó. «De niño solo oía rocanrol», insistió en una charla con ritmourbano.com.mx. «Antes de que yo naciese mi papá andaba en una moto con cabello largo escuchando rock e inconscientemente me inculcó esa rebeldía. Pero fue a los once años más o menos cuando comencé a sentirme atraído por el rap».
Justo tres años antes de la noche fatal, en enero de 2012, en diálogo con estilosurbanosvenezuela.blogspot.com, Cancerbero dijo: «Siempre he tenido la corazonada de que falleceré joven».

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Director de Voz por Vos. Locutor, periodista y docente. Conductor de "Ventana Abierta", lunes a viernes de 12 a 14 (FM Milenium -FM 106.7-). Columnista de temas sociales en Radio Ciudad y docente en la escuela de periodismo ETER.
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