El venezolano Pedro González llegó a los Estados Unidos escapando de la crisis de su país, con ganas de salir adelante. Ideó un sistema de «publicidad ambulante» que le permite ganar dinero mientras se moviliza en su silla de ruedas por las calles de Miami.
Pedro González convirtió su discapacidad en negocio. Desde su silla de ruedas y con un dolor constante las 24 horas del día, dice estar reinventando el mundo de la publicidad al convertir su silla en un cartel publicitario rodante.
Llegó a los Estados Unidos desde un Venezuela natal, en donde recuerda haber sido atropellado por el auto de un «enemigo político».
Pedro González: “quiero ver miles de Handinator por los Estados Unidos” https://t.co/lzDrJapsL3 Somos @lanotalatina #SomosComoTu #SiguemeYTeSigo
— La Nota Latina (@lanotalatina) 29 de marzo de 2018
Las consecuencias están en su cuerpo: parálisis en gran parte de su cuerpo, imposibilidad para caminar y para muchas otras actividades.
Desde la necesidad, económica y física, decidió reconvertirse.
En declaraciones sitio Mundo Hispano, González señala: “Yo desde el primer día del accidente, no sé por qué dije, ‘tengo dos caminos o me deprimo y me echo a morir; ¿qué gano con eso? o salgo a ganarme el mundo como siempre me lo he ganado’”.
Fue entonces cuando se le ocurrió crear un «Handinator», un juego de palabras que combina «handicap» (desventaja en inglés) con «Terminator» (el famoso personaje indestructible de ciencia ficción interpretado por Arnold Schwarzenegger).
Para darle vida a su invento, contó con la ayuda del ingeniero argentino Horacio José Fontana.
“Involucramos la ingeniería mecánica, la ingeniería eléctrica, la ingeniería de diseño, de una idea loca que se me ocurrió”, resume González.
🎥🎥 Inmigrante convirtió su discapacidad en negocio y creó al #Handinatorhttps://t.co/3F42AA21CH#Venezuela pic.twitter.com/SXr42wK8ve
— MiMundoDinero (@mimundodinero) 16 de abril de 2018
Con una silla de baño para discapacitados aplicada a la silla de ruedas se logran sostener dos televisores en donde se ven y se escuchan comerciales de sus clientes.
Pedro González hace dos recorridos diarios por Brickell Avenue: desde el medio día hasta las dos de la tarde y otro de cinco a ocho de la noche en su silla de ruedas.
“Mal no me ha ido, pero necesito más clientes”, dice González que obtiene entre 60 a 100 dólares semanales por cada cliente, a quienes promete que sus comerciales de diez segundos serán reproducidos entre 200 a 350 veces en una de las calles más transitadas de Miami.
