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La pandemia no nos hace mejores lectores (más bien lo contrario)

Imagen de Angel Hernandez en Pixabay Para millones de personas, la certeza es que la pandemia no nos hace mejores lectores. Lo intentamos, pero fracasamos. Las preocupaciones por el panorama económico y las dudas respecto al futuro laboral dificultan nuestra capacidad de concentración. Esto se nota especialmente en la lectura. Si no la interrumpimos para mirar Instagram, lo hacemos para leer las últimas noticias. Así es como estamos a la hora de enfrentarnos a una tarea como la lectura. El grado de concentración que requiere choca frontalmente con la pérdida de atención que arrastramos desde hace semanas. Según el psicólogo Ovidio Peñalver esto se debe a que nuestro foco de atención ha cambiado Ahora estamos más pendientes de las noticias y las fases del desconfinamiento que de la tarea que tenemos entre manos. El cerebro se encuentra dividido entre la lectura y todo lo que está sucediendo alrededor. [caption id="attachment_12691" align="aligncenter" width="1280"] La pandemia no nos hace mejores lectores[/caption] Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Pandemia de distracciones

Las emociones desempeñan un papel importante a la hora de incrementar nuestro grado de distracción. Ellas influyen directamente en procesos cognitivos como la memoria o el aprendizaje. En esta línea, se destaca un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Malasia. El trabajo muestra que estados emocionales como la frustración, la ansiedad y el aburrimiento dificultan la capacidad de mantener la atención en una sola cosa. Las preocupaciones que quedan latentes en un segundo plano provocan que la mente rebote de unos pensamientos a otros.

Efecto residuo de atención

Este fenómeno hace referencia a la pérdida de atención que se produce cuando no mantenemos la concentración sobre un mismo asunto. Cada vez que cambiamos el foco de atención de un objetivo a otro, queda un residuo del primer objetivo que reduce el rendimiento cognitivo necesario para hacer frente al segundo. Por ejemplo, frenar la lectura para revisar Twitter implica tardar entre 15 y 30 minutos en volver al nivel de concentración anterior.

Buscando soluciones

Para lograr reconectarnos con la lectura y otras actividades que disfrutamos es bueno crear rutinas ajenas al coronavirus y que nos mantengan activos. Esto reducirá los niveles de ansiedad y, por ende, ayudará a mejorar la concentración. Para mantener la atención, lo más recomendable es evitar estímulos que puedan interrumpir la actividad en la que estamos inmersos. De tal forma que, si vamos a leer, mejor dejar el móvil en otra habitación y en silencio. Otros profesionales también avalan actividades manipulativas como coser, pintar o cocinar. Fuente: World Economic Forum]]>

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Director de Voz por Vos. Locutor, periodista y docente. Conductor de "Ventana Abierta", lunes a viernes de 12 a 14 (FM Milenium -FM 106.7-). Columnista de temas sociales en Radio Ciudad y docente en la escuela de periodismo ETER.
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