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La pandemia dispara el tráfico de medicamentos

Las organizaciones criminales, algunas de ellas relacionadas con la venta de drogas se están adaptando a la crisis por el coronavirus. Su alistamiento se produce cuando afloran las vulnerabilidades generadas por el Covid-19 a los sistemas sanitarios. Este impacto también alcanza a la Justicia y hasta los esquemas tradicionales de negocios para empresas de todo el mundo.

Desde el inicio de la pandemia se detectó un aumento significativo  en el tráfico de medicamentos. Asimismo, fue identificado un movimiento superior al habitual en equipos de protección personal falsificados o de baja calidad. Así lo advierte una investigación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por siglas en inglés).

Material traficado

Entre los productos más traficados se encuentras las mascarillas faciales y quirúrgicas, el desinfectante para manos, equipos de pruebas, termómetros y equipo médico. También son movilizados ilegalmente dispositivos para oxigenación de mala calidad o falsos. El negocio, claro está, se potencia por la alta demanda de estos artículos.

La publicación de UNODC señala un caso en el que autoridades sanitarias alemanas contrataron dos compañías, supuestamente con origen en Suiza y Alemania, con el objetivo de adquirir una carga de cubrebocas con valor de 15 millones de euros. La compra fue a través de un portal web clonado de una empresa aparentemente legitima de España.

En abril de este año también se reportó que el gobierno de Eslovenia solicitó una orden de tres millones de mascarillas medicas a una compañía en Bosnia y Herzegovina que nunca fueron entregados. Sin embargo, por el material se pagaron 300 mil euros. Hasta el momento se apunta a un esquema de lavado de dinero.

Países como víctimas

Los países más vulnerables a estos delitos son aquellos que carecen de personal capacitado en diferentes áreas. Asimismo, son los que no cuentan con protocolos en materia de compras públicas sanitarias y técnicos para detectar productos médicos falsificados y de calidad inferior.

El reporte además señala que los grupos criminales suelen tener una capacidad de adaptación mucho más amplia que las instituciones policiales y de justicia de ciertos países. Este diferencial se da, sobre todo, para identificar la calidad interior o falsificación de los productos, la recolección de evidencia y la escasez en las instalaciones analíticas científicas para analizar los medicamentos.

La investigación de la UNODC también señala que el comportamiento de los grupos de crimen organizado cambiará gradualmente durante el curso de la pandemia. Esto podrá darse en particular cuando se desarrolle una vacuna y cuando estos grupos probablemente pasen del tráfico de equipos de protección personal al tráfico de la vacuna. En ese sentido, la organización recomienda implementar prácticas para identificar la procedencia de los productos. Asimismo, sugiere enfocarse en eliminar prácticas de corrupción en la adquisición de estos productos, a través del apoyo de organismos internacionales.

El desafío es reconocer y responder al hecho que el tráfico de medicamentos falsos o de baja calidad van a requerir personal con un alto perfil profesional. Estos especialistas tendrán que identificar los retos en el futuro para la compra de medicamentos y equipos de protección personal.

Asimismo, señala la responsabilidad de la comunidad internacional para facilitar y compartir soluciones para el tráfico de estos bienes.

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