De Londres a Madrid, de Copenhague a Hamburgo, miles de voces demandaron mayor apertura y solidaridad en Europa para acoger refugiados, mientras continúa en la región una crisis migratoria considerada la mayor desde la Segunda Guerra Mundial.
«Bienvenidos, refugiados» fue el cartel presente en todas las concentraciones celebradas la víspera, dirigidas a reclamar un cambio de actitud de gobiernos y líderes que rechazan abrir puertas a quienes huyen de la guerra y la miseria en naciones de África y Medio Oriente.
En la capital del Reino Unido, el recién electo líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, llamó a las autoridades a ser consecuentes con sus obligaciones de acoger a refugiados, que es lo normado por la ley.
«Pero por encima de todo, abran sus corazones, sus mentes y sus actitudes con vistas a respaldar a personas que están desesperadas, necesitan un lugar seguro para vivir, quieren contribuir a nuestra sociedad y son seres humanos como todos nosotros», exhortó.
«Juntos en paz, juntos en justicia, juntos en humanidad, ese debe ser el camino a seguir», sostuvo.
En España se realizaron acciones similares en ciudades como Sevilla, Madrid y Barcelona, apoyadas por las centrales sindicales Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, así como los partidos Socialista Obrero Español, Izquierda Unida, Podemos y otros.
Unas 30 mil personas desfilaron en Dinamarca para exigir una política de apertura ante la llegada de indocumentados, mientras el gobierno se niega a participar en un plan propuesto por la Comisión Europea para acoger a 160 mil refugiados.
Paralelo a las manifestaciones de solidaridad, se registraron otras demostraciones contra la inmigración en países como Polonia, Eslovaquia y la República Checa.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, más de 432 mil indocumentados llegaron a costas europeas a través del mar en lo que va de año, cifra muy superior a los 219 mil registrados por tierra y mar en todo el 2014.
El reporte agregó que al menos dos mil 748 migrantes murieron en tragedias ocurridas durante las travesías, una cantidad no exacta pues solo incluye los datos que los sobrevivientes han podido atestiguar.
Mientras, la Unión Europea ha sido incapaz de articular una respuesta conjunta ante el fenómeno pues varios estados rechazan acoger grandes cantidades de personas.
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