Una investigación de la UBA alerta sobre la práctica que desde 1976 «peló» a la provincia de sus bosques autóctonos, con un especial aceleramiento del desmonte en el período 2000-2012, como consecuencia del avance de la soja.
Mientras la Argentina debate cómo recuperar la senda del crecimiento económico del sector agroindustrial, tras años de altas retenciones a la soja, poco hablamos y advertismos sobre el impacto de la ampliación de la «frontera agrícola».
Según el sitio Sobre La Tierra, un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) advierte sobre los desmontes y la aplicación de la Ley de Bosques en Santiago del Estero, la provincia argentina con mayor superficie perteneciente al Chaco semiárido y una de las más perjudicadas por este proceso.
Según este trabajo, “durante el período 2000-2012 la tasa de transformación relativa de bosques nativos por cultivos de grano en Santiago del Estero fue mayor a la producida en la ecorregión entera, en Sudamérica e incluso en el mundo. Esto implica que si la dinámica de la deforestación en el mundo se comportara como en Santiago del Estero, la tasa de deforestación sería entre 12 y 17 veces más alta”.
En total, se calcula que en Santiago del Estero se desmontaron 4 millones de hectáreas entre 1976 y 2012. La tendencia se aceleró en la última década, ya que la mitad de esa superficie (2 millones de hectáreas) se desmontó entre 2000 y 2012.
En Santiago del Estero se desmontaron 4 millones de hectáreas entre 1976 y 2012. La tendencia se aceleró en la última década, ya que la mitad de esa superficie.
La investigación estuvo a cargo de Gonzalo Camba, técnico del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la FAUBA.
Según las estimaciones de este científico, se espera que el proceso de desmonte se intensifique, poniendo en jaque la estabilidad de los ecosistemas y afectando la provisión de servicios ecosistémicos de los cuales la sociedad obtiene beneficios clave para su bienestar.
Se espera que el proceso de desmonte se intensifique, poniendo en jaque la estabilidad de los ecosistemas.
La Ley de Bosques
En 2007 se sancionó la Ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos (Ley Nacional N° 26.331), a partir de cual le tocaba a cada provincia elaborar su propio ordenamiento territorial, caracterizando sus bosques nativos en zonas de alto, mediano y bajo valor de conservación.
Según los investigadores de la FAUBA, la categorización de bosques elaborada por las provincias del noroeste argentino habría resultado inconsistente, debido a que la información ambiental utilizada fue pobre y escasa. Además, las provincias del NOA interpretaron de forma diferente los criterios de sustentabilidad y zonificaron sus bosques de manera dispar. Por ejemplo, se asignaron categorías distintas a bosques a ambos lados de los límites provinciales, teniendo en cuenta sólo los aspectos políticos y no los ambientales o ecológicos.
El estudio de la FAUBA reconoce que a partir de la sanción de la Ley Provincial de Bosques, en 2009, se redujeron la superficie y las tasas de deforestación anuales en Santiago del Estero. Sin embargo, asegura que la efectividad de la legislación fue parcial porque se presentaron fuertes irregularidades en la determinación de las zonas de conservación, sobre las cuales no se permite desmontar. En concreto, se permitió deforestar en zonas de categoría II (amarillo) que la legislación nacional no admite.
A partir de la sanción de la Ley Provincial de Bosques, en 2009, se redujeron la superficie y las tasas de deforestación anuales en Santiago del Estero. Sin embargo, asegura que la efectividad de la legislación fue parcial.
La conversión de superficies de cobertura original del suelo (bosques y pastizales) en áreas de cultivos agrícolas y pasturas, principalmente soja, incrementó la producción de servicios ecosistémicos finales (como granos y carne), pero al mismo tiempo disminuyó la provisión de otros servicios como la regulación hídrica, el secuestro de carbono y la conservación de la biodiversidad.
El reemplazo de bosques en la ecorregión también provocó una disminución del contenido de materia orgánica, debido a las diferencias en la cantidad de residuos que se depositan sobre el suelo de un bosque y un cultivo, y desencadenó un proceso de compactación. Además, la pérdida del hábitat impulsada por los cambios en el uso del suelo tiene consecuencias sobre la biodiversidad.
1 comentario
Hay que alertar de todo éste desastre nacroambiental que han hecho en Santiago del Estero a las autoridades de Ambiente y ecosistemas de Dsnta Fe para que no pase lo mismo. Y poner en vigencia la ley de bosques.