La posibilidad de poder ayudar a quien está en problemas constituye una gran oportunidad para poner en marcha el sentido de pertenencia y responsabilidad de nuestros hijos. Las claves para lograrlo.
Sumarse a acciones de voluntariado desde muy chicos constituye una práctica con múltiples enseñanzas. Más aún en la era de las consolas de juegos, tablests y celulares (que sin dudas aíslan a los jóvenes y los confinan en sus hogares) el desafío de salir a la calla a dar una mano resulta aún más necesario.
Según la periodista Patricia Prieto en La Opinión (publicación en español en la costa este de los Estados Unidos), son seis «los valores más relevantes que deja esta loable actividad cuando empieza en los individuos a temprana edad».
1- Aprenden a ser responsables
El voluntariado les enseña la importancia de asumir y cumplir con un compromiso. Esto incluye el valor de llegar a tiempo para desempeñar su tarea, el prestar atención, el dar lo mejor de sí mismos y el no darse por vencidos hasta terminar con lo prometido”.
2- Les enseña a valorar lo que tienen
Al ver las carencias de los demás, los menores aprenden a valorar lo que tienen y a darle importancia a las necesidades básicas.
3- Les ayuda a vivir una vida más segura y a tomar decisiones acertadas
Estudios demostraron que los niños que participan en servicios de voluntariado son menos propensos a involucrarse en comportamientos riesgosos.
4- Aprenden destrezas y habilidades nuevas
El voluntariado les ayuda a desarrollar habilidades que no solo serán útiles en la vida escolar, sino también en su formación personal. Los menores, además, aprenderán a trabajar en grupos; a socializar; ser tolerantes; ser pacientes, etcétera.
5- Desarrollan lazos importantes con su comunidad
El voluntariado ofrece a los menores un acercamiento especial con la comunidad, dándoles la oportunidad de aprender sobre las necesidades sociales e involucrarse en actividades de interés.
6- Los une más con sus padres y familiares
Cuando todos los integrantes de una familia participan por igual en una actividad positiva que beneficiará a los demás se fomenta una relación familiar mucho más fuerte y sana.