El caso de una niña menor de edad hostigada por un desconocido durante 5 años pone sobre la mesa de debate la vigencia de un modo de acoso que existe y que puede provocar serios daños en la psicología de los más chicos, aún sin haber contacto físico con el acosador.

El caso de la hija de Andrea Pérez resulta revelador del peligro del grooming, como así se denomina al acoso a través de las redes sociales.
La nena, hoy de 16 años, fue acosada durante 5 años por un desconocido quien puso en marcha una operatoria típica en los casos de acoso mediante redes como Facebook.
En diálogo con Mario Massaccesi y Diego Corbalán en Radio Ciudad, Andrea Pérez relató que su hija cayó en la primera trampa al entablar una «amistad» con un desconocido. A lo largo de este vínculo, dicha persona le propuso intercambiar fotografías personales. La niña aceptó enviar imágenes suyas. A cambio, el acosador o acosadora (aún no se sabe su identidad ya que no fue identificado) le mandaba sus propias fotos, aunque se sabe que eran falsas.
Esta historia no derivó en un encuentro cara a cara entre la menor y el acosador, aunque el cariz de la relación tuvo impacto directo en el cuerpo y mente de la pequeña. La chiquita sufrió trastornos alimenticios y debió comenzar recibir tratamiento psicológico.
El detonante de este caso fue cuando el acosador logró el número de teléfono celular de la niña y siguió con el hostigamiento vía WhatsApp.
Andrea Pérez reconoció la gravedad del episodio y, a partir de la dolorosa experiencia, aportó recomendaciones a los padres para evitar que el grooming alcance a sus hijos. «Mi consejo es revisar todo lo que los chicos hacen, hablarles mucho», remarcó.
«El error es no haber estado encima de mi hija» reconoce esta madre, aunque reconoce: «Por más que tengas una muy estrecha relación, los chicos tienen a no contar, por miedo, por vergüenza».
El caso de esta menor, registrado en Mendoza, es parte de los muchos otros testimonios que cotidianamente reciben organizaciones como Grooming Argentina. Esta ONG fue clave para conocer esta historia, gracias a que fue la propia chica la que los contacto, ante el temor de que el desconocido le revelara a familiares y amigos la intimidad que la nena aceptó compartir en él.