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La vulnerabilidad con la que llegan a Europa las personas que escapan de sus países los obliga a aprender un idioma, aprender la legislación del país que los recibe, buscar empleo y lograr comprender la burocracia local. ONG’s aseguran que estos saberes pueden ser más fáciles de incorporar mediante el uso de sus propios teléfonos.
Decenas de ONG’s humanitarias, expertos y empresas tecnológicas defendieron la idea de que los teléfonos celulares de los refugiados que llegan a Europa se transformen en aliados para poder adaptarse a los retos que tienen en el país que los recibe. Aprender idiomas y legislación, buscar empleo, salvar diferencias culturales, estudiar y tratar con la burocracia local, son algunos de los desafíos que deben enfrentar.
Durante el congreso ICT4Refugees» (tecnologías de la información y la comunicación para los refugiados) celebrado en Berlín, las organizaciones impulsaron esta iniciativa.
Aprender idiomas y legislación, buscar empleo, salvar diferencias culturales, estudiar y tratar con la burocracia local, son algunos de los desafíos que deben enfrentar los refugiados.
Thomas Silberhorn, secretario de Estado de Cooperación y Desarrollo alemán, abogó por emplear los smartphones como «canal directo» para hacerles llegar «información y ofertas de formación», ya que los medios de comunicación tradicionales no les llegan.
Uno de los principales problemas que sufren los refugiados al llegar a Europa es que no reciben información vital para conseguir un empleo o para lograr una capacitación, especialmente porque los medios de comunicación tradicionales no la brindan.
En el congreso se destacaron apuestas con buena recepción como la de la empresa siria Elmedresa, una plataforma de Internet que ofrece formación escolar, vídeos educativos y material infantil en árabe para refugiados.
También se aplaudió la iniciativa del portal de cursos gratuitos «online» Edraak, que está especializado en educación superior, también en árabe, para refugiados.
En el ámbito del empleo, el consultor Lucas von Zallinger apuntó en el congreso realizado en Berlín que uno de los principales problemas de los países que acogen refugiados es conocer realmente el perfil académico de los peticionarios de asilo. No obstante, se mostró optimista ante la posibilidad de incorporar a los refugiados a los mercados laborales de sus nuevos lugares de residencia y consideró este paso vital para su integración.
Europa vivió el año pasado su mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial y sólo a Alemania llegaron 1,1 millones de personas con la intención de solicitar asilo.
Según Naciones Unidas, en la actualidad unos 60 millones de personas se han visto forzados en todo el mundo a abandonar sus hogares, de los cuales unos 20 millones son refugiados.