El comedor Ángel Guardián del barrio La Pradera de Merlo es un gran ejemplo de lo que significa la solidaridad entre quienes poco tienen y pero es mucho lo que quieren dar.
Eva Rojas es una humilde vecina de Merlo. Ella supo lo que son las carencias de todo tipo. Sus vecinos padecen hoy muchas de las penurias que ella tuvo que atravesar; Eva sabe bien de carencias, aún más allá de lo económico.
Tanta necesidad motivó a esta vecina a darle vida al comedor Ángel Guardián del barrio La Pradera, en el partido bonaerense de Merlo. Allí los chicos que van a la escuela siguen comiendo gracias al esfuerzo de Eva, todos los fines de semana, además de los feriados.
Cuando la comida del colegio no está, allí está el comedor que empuja Eva, con algo calentito para comer, con juegos para pasar el día y con el cariño de quienes entienden que lo poco que uno tiene puede ser mucho para quien nada tiene.