Agustín Brizuela y Ezequiel Rodríguez son dos de los tantos pibes que lograron dar zafar del abandono de la calle y que, hoy están peleando por lograr independizarse o consolidar su autonomía.
Cada 9 de julio, solemos pensar a la independencia desde la política, como un valor colectivo que refiere a los intereses de un país, como suma de individuos y, en definitiva, como colectivo social. Pero no siempre vemos a la independencia como una necesidad individual, como un derecho personal de muchísimos argentinos que necesitan emanciparse de realidades duras, agobiantes.
En el hogar Los Carasucias fundado por la recordada Mónica Carranza, son decenas las historias que se viven de pibes que están buscando su propia independencia. Y en el día a día de cada una de esas almas, queda claro que esa independencia se logra solidariamente, con la ayuda de quien puede colaborar, desinteresadamente.
Con Mario Massaccesi en su programa Massaccesi que Nunca por Radio Ciudad, recibimos y escuchamos la historia de Agustín Brizuela y de Ezequiel Rodríguez, quienes junto a Max Luppino, uno de los colaboradores del hogar, nos contaron esta historia solidaria del hogar Los Carasucias, en clave de independencia social de los muchos marginados que necesitan una mano para alcanzar su propia emancipación.