La canciller germana afirmó que cree en la integración de personas que llegan desde países en conflicto, aunque reconoció que la tarea no será sencilla.
La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que no se arrepiente de haber abierto las fronteras para permitir el paso de miles de refugiados varados en Hungría hace justo un año. Calificó la decisión como «correcta» y señaló que atendió a una «responsabilidad humanitaria» de Alemania.
En vísperas del aniversario de la medida que permitió el ingreso de refugiados, la canciller alemana brindó una entrevista al diario Bild durante la cual dijo que volvería a actuar de la misma forma.
Al recordar la medida, Merkel señaló: «En aquel fin de semana no se trataba de abrir las fronteras a todos, sino de no cerrarlas a aquellos que con grandes necesidades humanitarias habían emprendido a pie el camino desde Hungría hacia nosotros». Y reafirmó estar convencida de que «en política hay decisiones que se deben tomar sin hacer antes un sondeo de opinión».
Durante 2015, en Alemania ingresaron cerca de 1,1 millones de refugiados. A un año de la medida, las cosas no van bien para la canciller alemana, cuyo gobierno viene sufriendo muchas tensiones y con franca caída de la popularidad de la líder, mientras crece el apoyo a los populistas de la derecha germana.
Sobre la integración social y laboral de los refugiados que llegan a Alemania, Merkel consideró que no es una tarea sencilla, aunque la consideró posible. También recordó que ningún ciudadano alemán vio recortadas sus prestaciones por esta crisis. «Dada la buena situación económica actual podemos superar este desafío», subrayó la líder germana.
Europa y los refugiados
En relación al rol de los países europeos en el manejo de la situación humanitaria de millones de inmigrantes que escapan de sus países, Angela Merkel se mostró optimista. Afirmó que no hay un fracaso en la política inmigratoria, aunque señaló que queda por delante un «difícil proceso de aprendizaje» en el que cada país debe aportar su contribución.
Asimismo, la canciller alemana nuevamente defendió el polémico acuerdo suscrito con Turquía para la repatriación de refugiados. Merkel aseguró que la decisión permitió limitar la actividad de las mafias que trafican con personas y mejorar las condiciones de vida en los campos de acogida turcos. «Tenemos la responsabilidad de ayudar a Turquía para que los refugiados puedan ser acogidos cerca de su tierra y Turquía no tiene ningún interés en que cada día se ahoguen personas en el Egeo y en que traficantes y otros delincuentes se extiendan en sus costas», añadió.