De acuerdo al índice de prosperidad del Instituto Legatum de 2016, Uruguay es el país número uno en América Latina. El indicador incluye variables que van desde el PBI per cápita hasta el bienestar personal de los habitantes o el número de servidores seguros de Internet.
En la región, le siguen a Uruguay Costa Rica, Chile, Panamá y Argentina. A nivel mundial, Nueva Zelanda ocupa el primer puesto de prosperidad, seguido de Noruega, Finlandia, Suiza y Canadá.
En el último puesto de la clasificación mundial figuran Yemen, Afganistán, República Centroafricana, Sudán y República Democrática del Congo.
Sobre Uruguay, el estudio resalta sus mejoras constantes en casi todos los subíndices, con una posición «impresionante» (la sexta del mundo) en el subíndice de la libertad personal, superando a la mayoría de los países desarrollados. En gobernanza ocupa el puesto 19 y en capital humano, el 27. Sin embargo, el estudio advierte sobre la «excepción notable preocupante» en medio ambiente, en el que ocupa el puesto 67 de todo el mundo, así como de la educación (puesto 73).
El trabajo afirma que el país sudamericano se está convirtiendo en un ejemplo en América Latina, una región en la que sus naciones «o bien mantienen su posición en el índice de prosperidad en la última década o tienden a deslizarse hacia abajo en la clasificación», aspecto este último en el que Venezuela y Honduras adquieren un papel «preocupante».
Según Legatum, el de prosperidad es el único índice global que mide la prosperidad nacional sobre la base de la riqueza y bienestar y los datos subjetivos. Trata de redefinir el concepto de prosperidad nacional para incluir, como cuestión fundamental, factores tales como la gobernabilidad democrática, las oportunidades de negocio y la cohesión social.
Legatum (una organización benéfica independiente con sede en Londres que pertenece al grupo de inversión privada del mismo nombre y que opera desde hace 30 años con el objetivo de promover el desarrollo humano sostenible) realiza evaluaciones en 149 países a través de las categorías de economía, educación, espíritu empresarial y oportunidad, gobernanza, salud, libertad personal, seguridad y capital social. Es el décimo año consecutivo de puesta en marcha de este ambicioso trabajo.