En Marcos Juárez, provincia de Córdoba, José Luis decidió rifar la camioneta para pagar los costos del tratamiento médico de su esposa. El ganador del sorteo le devolvió el vehículo como gesto solidario.
La historia de José Luis Arregui terminó con la suerte «de la timba». Una noticia muy dolorosa lo obligó a recurrir al azar de la vida para hacerse de un dinero que no tenía.
Todo comenzó cuando los médicos le diagnosticaron un cáncer a su mujer. Las complicaciones del tratamiento por cuestiones económicas lo llevaron a tener que rifar su camioneta, su única herramienta de trabajo. El hecho de vivir de changas y de que sus amigos ya lo vinieran ayudando con dinero lo llevaron a tomar la decisión.
En diálogo con Mario Massaccesi en Radio Ciudad, José dijo que “quería que el sorteo fuera transparente. Tenía que venderla en una semana porque tenían que operar a mi mujer. Hice mil números. Le dimos a la señora del frente que tiene negocio. Carlos fue el primero que lo había encargado. A los dos sábados siguientes, lo sorteamos por Lotería Nacional. El número tenía que salir entre los 10 y salió el que había comprado este señor de Leones”.
Sin embargo, el afortunado, Carlos Boasso, decidió no quedarse con la camioneta: “Fue una emoción bárbara, no tengo palabras de agradecimiento.Era la única solución que tenía para solventar los gastos de mi señora. A ella ya le sacaron el cáncer, esta evolucionando bien. Empezó a caminar. Pienso que muy pronto le van a dar el alta. Con lo que juntamos estamos al límite, porque es una clínica privada”, relató José Luis.
Sin embargo, el afortunado, Carlos Boasso, decidió no quedarse con la camioneta: “Fue una emoción bárbara, no tengo palabras de agradecimiento.Era la única solución que tenía para solventar los gastos de mi señora. A ella ya le sacaron el cáncer, esta evolucionando bien. Empezó a caminar. Pienso que muy pronto le van a dar el alta. Con lo que juntamos estamos al límite, porque es una clínica privada”, relató José Luis.
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