Los recientes acontecimientos protagonizados por los huracanes en el Caribe y su impacto en países como Cuba y los Estados Unidos ubican al periodismo ante el desafío de informar, dando un aporte como servicio a la ciudadanía sin caer en la dramatización de la crítica situación que atraviesan las víctimas de fenómenos naturales de gran impacto.
Los sucesivos huracanes en la zona del Caribe y el terremoto reciente en México pusieron nuevamente al periodismo en el centro de la escena: para bien o para mal, o para ¿cómo?
La pregunta es si el periodismo está preparado… si los periodistas estamos preparados para abordar una cobertura periodística con herramientas profesionales.
A propósito de esta discusión, un trabajo de la Universidad Autónoma de Barcelona (España), publicado por Pepe Rodríguez, afirma que «las catástrofes, ya sean originadas por causas naturales o por conductas humanas, acaparan la atención mediática por ser hechos graves y excepcionales».
El riesgo, señala el investigador es caer en la exageración de la incertidumbre que generan fenómenos extraordinarios.“De ahí que los informadores estén interesados en sembrar incertidumbre sobre los hechos, para que se conviertan en mayor fuente de noticias”, remarca el trabajo.
El tema lo debatimos junto Mario Massaccesi y Nicolás Singer en Radio Ciudad. En la charla surgió la necesidad de contar con expertos en estas temáticas que complementen el trabajo periodístico. Y también discutimos acerca de cómo el fenómeno de transformación de hechos extraordinarios en un espectáculo despierta adhesiones y rechazos, a la hora de televisar sucesos como los recientes en el Caribe.
Un estudio realizado sobre la televisión chilena, arroja resultados reveladores sobre el modo en que ese medio pone al aire situaciones de catástrofes. Algunas conclusiones:
- El relato televisivo de la catástrofe se construye principalmente desde el dolor de las víctimas: su presencia corresponde al 49 por ciento del tiempo total destinado a las fuentes.
- La presencia de fuentes oficiales -como gobierno, carabineros o fuerzas armadas- quedan representadas de manera secundaria con un 16 por ciento el tiempo de aire.
- Los expertos, de manera marginal, quedan relegados a un magro 3 por ciento.
El mismo estudio afirma que «las víctimas aparecen como personas anónimas, sin identidad propia», con algunas particularidades relevantes:
- La reiteración de imágenes se da en el 48 por ciento de las notas.
- El uso de primeros planos se observa en el 44 por ciento del contenido, orientado especialmente a mostrar «un contexto de devastación material (frente a sus casas destruidas, dentro de las carpas, etc.)».
- Uso excesivo de adjetivaciones se manifiesta en el 30% de las notas de carácter dramático.
- La presencia de música asociada principalmente a melodías tristes se manifiesta en el 20 por ciento del material emitido.
El debate sigue… y esta nota (en los próximos días) también, ¿les parece?