El deceso probado de 20 obreros por condiciones de empleo inaceptables en los estadios sería solo la punta del iceberg. «Los fanáticos no deberían sentarse en escenarios construidos con trabajadores esclavizados o incluso muertos», dice Human Rights Watch.
La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera fue creada en 2005 durante un congreso obrero mundial realizado en la ciudad de Buenos Aires. Tiene sede central en Ginebra, Suiza, y presencia en prácticamente todo el planeta.
Esta es la entidad que documentó y denunció la muerte de 20 obreros durante las obras en los estadios de la Copa Mundial de Rusia 2018, un dato que sería solo la punta del iceberg, pues diversas voces denuncian un contexto mayor de muerte y explotación. Los obreros reconocidos que trabajan en el proyecto suman 12.000, según la FIFA.
«Con las obras en Rusia acercándose a las fases finales y cruciales, existe el riesgo de que los trabajadores sean obligados por las empresas a tomar atajos peligrosos o a trabajar día y noche para cumplir con la fecha límite de la ceremonia de apertura», pronostica el último informe de Human Rights Watch (Observatorio de Derechos Humanos, sería la traducción del nombre), entidad civil con sede central en Nueva York y representantes en los cinco continentes.
«Mientras el tiempo corre, la FIFA debería ir más allá de los informes y tomar medidas concretas para hacer las cosas bien», agrega Human Rights Watch, que acusa a la Federación Internacional de Fútbol Asociado de «no cumplir» con los principios rectores de las Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos.
La misma Human Rights Watch ha documentado que los trabajadores de al menos seis de los estadios que albergarán la Copa enfrentan salarios impagos, falta de contrato y condiciones inseguras. En ese clima, un investigador de la entidad fue detenido y amenazado por la policía de la ciudad de Volgogrado, una de las sedes del torneo.
Los medios de prensa, por su parte, han registrado obreros norcoreanos empleados en condiciones de esclavitud en el estadio de San Petersburgo; uno de esos hombres murió.
Paralelamente, un periodista que investigaba la corrupción relacionada con el Mundial fue detenido y golpeado por la policía de la ciudad de Kaliningrado, otra de las sedes, y enfrenta cargos penales.
Así las cosas, el sorteo del Mundial de Fútbol será el 1° de diciembre en el Kremlin, el mítico palacio de gobierno de Moscú. La competencia se realizará del 14 de junio al 15 de julio de 2018 en doce estadios, repartidos por once ciudades.
Los árabes multiplican la apuesta
Mientras los ojos del planeta se concentran en Rusia, el emirato árabe de Qatar multiplica la apuesta y avanza con los preparativos para albergar el Mundial 2022.
Es un estado extraordinariamente nuevo, pequeño y rico. Nació en 1971, cuando terminó el protectorado británico sobre la zona; es una península de forma rectangular con escasos 150 kilómetros de alto por 50 de ancho, a grandes trazos; y posee la tercera mayor reserva mundial de gas natural, lo que lo ha convertido en el país con mayor renta per cápita de la Tierra.
Pero hay un indicio que puede resultar más impactante que los anteriores, aportado por la Confederación Sindical Internacional: las condiciones abusivas de empleo en las obras de la Copa del Mundo 2022 podrían costarle la vida a 4000 obreros. El pronóstico fue realizado partiendo de las muertes de trabajadores de la construcción durante los últimos dos años en el emirato árabe.
La FIFA considera que las personas reconocidas contratadas para las obras del Mundial de Qatar ascenderán progresivamente hasta las 36.000. Pero la Confederación Sindical Internacional espera al menos medio millón de trabajadores adicionales de países como Nepal, India y Sri Lanka, necesarios para completar estadios, hoteles e infraestructura a tiempo.
