Peaceful Kgomo, una joven de 22 años, tenía 19 cuando descubrió que porta el VIH. Se convirtió en blogger, periodista, activista civil y emprendedora a favor de la educación y contra la discriminación. Su país lidera el ranking mundial de infectados.

por Lucio Casarini
«Después de enterarme de mi estado, decidí hacerme un tatuaje en la espalda que dice: nunca una víctima, siempre una luchadora», cuenta Peaceful (en castellano, Pacífica) Kgomo, una sudafricana negra de 22 años que es portadora del VIH y que se propone revolucionar la manera de ver y vivir la enfermedad. Esta y el resto de las citas provienen de Peacefulkgomo.wordpress.com, el popular blog en el que ella vuelca sus experiencias, pensamientos e iniciativas.
Las siglas VIH y Sida suelen usarse como sinónimos, pero tienen significados distintos. La primera, que es la causa de la enfermedad, quiere decir virus de inmunodeficiencia humana, y la segunda, que es la dolencia provocada por el germen, significa síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
«Fue en 2011 que conocí a aquel chico», dice Peaceful, sobre una relación amorosa, rastreando cuándo pudo haberse infectado, algo que ignora. «Usamos preservativos durante meses y sentimos que no era necesario seguir con esa cosa», narra. «Empecé con una infección sexual», recuerda y a continuación detalla los terribles síntomas que padeció: desde problemas agudos en las zonas íntimas, hasta jaquecas crónicas y dolores abdominales.
En 2015, Peaceful se atrevió a intimar con otro muchacho. «Empezamos a acostarnos y abandonamos el uso de preservativos», reconoce. «El 25 de mayo, cuando salíamos de la universidad, con unos amigos decidimos ir a hacernos el examen de VIH; ahí fue que descubrí que era VIH positiva; me invadieron sentimientos mezclados y me largué a llorar ahí mismo y pensé: este es el final de mi vida». En ese momento, la chica tenía 19 años.
Actualmente, además de blogger, es periodista, embajadora de la juventud y fundadora de la flamante Peaceful Kgomo Foundation, una entidad que trabaja para ayudar a los jóvenes a tomar conciencia sobre el Sida, y generar un cambio positivo sobre lo que las personas piensan acerca de la enfermedad y cómo ven a quienes están infectados.
«Tengo los resultados de una mujer perfectamente sana, excepto por supuesto por vos», dice Peaceful, dialogando de manera imaginaria con el VIH y en referencia al éxito del tratamiento que sigue.
«Me has dado un sentido de compasión por otros que antes no tenía», agrega. «He podido hablar con otras personas que han sido diagnosticadas recientemente o que han estado viviendo con vos u otras dolencias médicas crónicas, y entiendo lo que significa ponerme en sus zapatos», reflexiona.
«Por vos, vivo el momento», dice la chica en su interacción imaginaria con el virus. «Cuando me enfrenté a mi mortalidad, comencé a ver lo importante que es estar agradecido por cada nuevo día», continúa.
«He intentado conectarme en lugar de aislarme», comenta Peaceful. «He avanzado mucho más allá de mi zona de confort y no estoy cómoda para nada; prefiero la incertidumbre y la aventura de los espacios abiertos; prefiero visitar los bordes y las franjas», dice. «Mi vida como mujer VIH positiva es una vida positiva».

El Sida es una pandemia

Sudáfrica es el país con mayor cantidad de personas portadoras de VIH en el mundo. El Human Sciences Research Council, una institución local, estima que un 11% de los 56 millones de sudafricanos tiene el virus. La cuenta da cerca de 6 millones de personas. Solo en 2012, la entidad reportó medio millón de nuevos diagnósticos, lo que supone cerca de 1.100 infecciones cada día. Los otros cinco estados nacionales con mayor prevalencia de VIH son todos vecinos de Sudáfrica.
Se cree que el VIH se originó en África central a fines del siglo XIX en primates no humanos y se transfirió a las personas a principios del siglo XX, probablemente por medio de animales domesticados.
Actualmente, es una pandemia, lo que quiere decir que está presente en todo el planeta y en expansión. Aproximadamente 36.7 millones de personas tienen el virus, con 1,8 millones de infecciones nuevas y alrededor de 1 millón de muertes por esta causa al año.
La enorme mayoría de las veces se transmite por relaciones sexuales sin protección (incluido el sexo anal y oral), pero también se contagia mediante transfusiones de sangre, agujas hipodérmicas y el contacto madre-hijo (durante el embarazo, el parto o la lactancia).
No hay cura o vacuna para el VIH; sin embargo, el tratamiento retrasa la enfermedad y lleva a una expectativa de vida casi normal. Sin medicina, el tiempo promedio de supervivencia después de la infección es de 11 años.
El Sida fue reconocido por primera vez en 1981; el hallazgo fue hecho por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
Uno de los primeros contagios de alto perfil fue el galán estadounidense Rock Hudson, un actor homosexual que murió en 1985. En 1991, el virus se cobró la vida de la estrella de rock británica Freddie Mercury, también homosexual y cantante de la banda Queen.
Uno de los primeros casos heterosexuales de alto perfil fue Arthur Ashe, el tenista estadounidense, que se contagió por una transfusión de sangre contaminada y murió en 1993.
El basquetbolista estadounidense Earvin ‘Magic’ Johnson Jr es probablemente el deportista más conocido con VIH; convive con la enfermedad desde hace 25 años. Otro norteamericano famoso, el actor Charlie Sheen, reveló públicamente en 2015 que tiene VIH y que decirlo fue emocionalmente «como salir de prisión».