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Angola: Los diamantes de sangre, una maldición que continúa expandiéndose

Rafael Marques de Morais, el periodista que investigó el flagelo, denuncia que esos brillantes ilícitos se siguen exportando a Europa, a pesar de las restricciones internacionales. Son extraídos de zonas en conflicto mediante trabajo esclavo para financiar la violencia.

por Lucio Casarini
«Capturado por las Fuerzas Armadas de Angola durante la actividad de garimpo [extracción de piedras preciosas]», comienza el relato del crimen de Armando Ngongolo, de 28 años. «El joven fue muerto con un tiro en la región toráxica. Los garimpeiros [mineros] testificaron que el autor del disparo ya había capturado a Armando Ngongolo en ocasiones anteriores», continúa la narración. «Irritado, según testimonio de compañeros de la víctima, el soldado anunció en la víspera que lo mataría por ser terco».
Este es uno de los numerosos casos incluídos en el libro Diamantes de Sangre. Corrupción y tortura en Angola, publicado por el periodista local Rafael Marques de Morais. La obra es accesible en Cd25a.uc.pt (Centro de Documentación 25 de Abril, Universidad de Coimbra, Portugal). El autor ha sufrido la violencia en carne propia, pues ha sido torturado, encarcelado y perseguido de forma constante con motivo de sus investigaciones.
Angola, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Liberia, Sierra Leona, República de Congo y Zimbawe son un grupo de países de África que acumulan el 65% de la producción mundial de diamantes. Esas naciones son la principal fuente un negocio que genera alrededor de 100 mil millones de dólares anuales a nivel global. Además, esos estados se encuentran en una de las zonas más calientes del planeta, pues son escenario de interminables guerras entre ellos y también entre facciones internas.
Ese es el hábitat de la llamada maldición de los diamantes de sangre, que continúa expandiéndose, a pesar de las restricciones internacionales. Se conoce como diamantes de sangre a aquellos que son extraídos de zonas en conflicto, habitualmente mediante obreros esclavizados, para financiar la violencia.
La vigencia del flagelo es denunciada por el mismo Rafael Marques de Morais. «Trabaja para Isabel [dos Santos, hija de José Eduardo, el dictador que se retiró el año pasado, tras cuatro décadas en el poder]», dice el periodista sobre Endiama, la Empresa Estatal de Diamantes de Angola. La cita pertenece a una entrevista publicada recientemente por el diario portugués Expresso (Expresso.sapo.pt).
«Ella [Isabel dos Santos] creó una empresa en Malta que es 50% de ella y 50% de Endiama, y es la que hace la comercialización de los diamantes», continúa Marques. «Aunque en realidad no la hace, porque son enviados a su joyería en Francia, también propiedad de Sindika Dokolo, su marido congolés, donde tiene una fábrica y los vende como si fueran suyos. El Estado [de Angola] recibe cero. Endiama nunca presentó un resumen financiero. Nunca».
«Todos nos sentimos vulnerables en Angola. Y yo también», sigue Rafael Marques en su diálogo con el Expresso. «Y hago siempre una pregunta: Angola tiene la mayor tasa de mortalidad infantil del mundo ¿Esos niños criticaron a José Eduardo dos Santos? ¿Estos niños criticaron al MPLA?», plantea, en referencia al Movimiento para la Liberación de Angola, el partido que gobierna el pais desde 1975. «¿Sus padres le hicieron algún mal al MPLA? Y están muriendo. Porque se roba casi todo el dinero de la salud; porque el gobierno no hace nada para reducir la tasa de mortalidad infantil, con medidas que incluyan la reducción de la pobreza. Estos niños mueren de forma inocente. Los padres son cómplices, no reivindican de forma persistente. Si los niños mueren es por el silencio de los padres, no es por las críticas que se hacen al régimen».

El fracaso del proceso Kimberley

En 2003, la industria mundial del diamante estableció el Proceso Kimberley. Se trata de un sistema de certificación internacional diseñado para asegurar a los consumidores que los brillantes que compran no están manchados con sangre. Pero en la actualidad, aunque el proceso supuestamente redujo el número de piedras preciosas ilícitas, el mercado sigue plagado de lagunas, incapaces de evitar que muchos diamantes extraídos en zonas de guerra o en otras circunstancias atroces se vendan en los mercados internacionales. Muchos consideran que el plan es un fracaso.
El Proceso de Kimberley surgió de una reunión en 2000 en la ciudad homónima de Sudáfrica, cuando los principales productores y compradores de diamantes se reunieron para abordar preocupaciones crecientes y la amenaza de un boicot a los consumidores por la venta de diamantes en bruto para financiar las brutales guerras civiles de Angola y Sierra Leona. Esos conflictos fueron la inspiración de la película estadounidense Diamantes de sangre, lanzada en 2006 y protagonizada por Leonardo Di Caprio.
Muchos países, líderes de la industria y organizaciones internacionales, incluido el Consejo Mundial del Diamante, con sede en los Estados Unidos, el principal grupo comercial de la industria, han presionado luego para expandir la definición del Proceso de Kimberley con la idea de incluir cuestiones de impacto ambiental, abusos contra los derechos humanos y prácticas laborales justas. Pero han progresado poco. Una razón: cualquier cambio en los criterios debe hacerse por consenso. Muchos países, como Rusia, China y Zimbabwe, se han resistido a insertar un lenguaje de derechos humanos que pueda amenazar los intereses nacionales.
Paralelamente, Angola tiene una grave crisis humanitaria que es el resultado de la guerra civil que asoló el país entre 1975-2000, de la abundancia de campos minados y de actividades militares posteriores, pero sobre todo, de la depredación de los recursos minerales del país.
Encima, la sequía de 2016 causó la peor crisis alimentaria en el sur de África en 25 años. Afectó a 1,4 millones de personas en siete de las 18 provincias de Angola. Las tasas de desnutrición aguda se duplicaron, con más de 95.000 niños afectados.

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Director de Voz por Vos. Locutor, periodista y docente. Conductor de "Ventana Abierta", lunes a viernes de 12 a 14 (FM Milenium -FM 106.7-). Columnista de temas sociales en Radio Ciudad y docente en la escuela de periodismo ETER.
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