En la ciudad norteamericana de Burlington, sus 43.000 habitantes asumieron un compromiso colectivo firme para abastecerse solo de energías limpias. Lo lograron y cuentan cómo lo hicieron.
En el país de la negación al cambio climático tal como lo expresa su propio presidente, Donald Trump, al prohibir el término “cambio climático” en de su administración, existe una pequeña ciudad de unos 43.000 habitantes que es el paraíso energético sostenible. Se trata de Burlington, cuyos pobladores solo se abastece por medio de energía generada por fuentes renovables.
En este rincón norteamericano, todo comenzó hace unos años por la compra de una pequeña hidroeléctrica en el río Winooski que proporcionaba 7,4 MW. Aquí es donde se empezó a gestar una de esas proezas tentadoras, de las cuales muchos quisieran participar para lograr abastecerse únicamente de fuentes de energía renovables.
Uno de los pilares para poder conseguir el objetivo fue la participación ciudadana a todos los niveles, tanto de compromiso social y personal, como de participación continua.
Al día de hoy esta ciudad está considerada como uno de los mejores lugares para vivir de Estados Unidos. Hoy la ciudad puede presumir de un combo energético que incluye la biomasa (en un 45%), hidroelectricidad (30%), eólica (24%) y solar (1%). Aunque evidentemente para los picos de energía es necesario utilizar fuentes no renovables.
Según un estudio del Centro de Investigación Pew, el 65% de los estadounidenses creen que se debe priorizar las energías alternativas como la solar y la eólica, frente un 27% que creen que se deberían de centrar en el petróleo, el carbón o el gas natural.
El profesor de Economía Ecológica de la universidad de Vermont, Taylor Ricketts, recalca que “no hay nada mágico en Burlington. La naturaleza no nos ha regalado más horas de sol, vientos más fuertes o ríos más poderosos que en otros lugares. Así que si nosotros podemos hacerlo, también pueden los demás”.
fuente: Ovacen