La planta de origen japonés tarda 7 años en aparecer en superficie, mientras construye un complejo entramado de raíces que la hace fuerte en su desarrollo una vez que emerge.
El bambú japonés posee una serie de propiedades que lo hace realmente interesante para valerse de ellas a la hora de aconsejar a los emprendedores.
Como señala el sitio Abasto, «el bambú japonés tiene una particularidad muy especial… aunque se siembra y requiere los cuidados normales de cualquier semilla, durante 7 años no surge de la tierra. Pareciera que fuera infértil».
«Sin embargo, luego de esos 7 años, germina, sale a la luz y no para de crecer, hasta que, en tan solo 6 meses, puede llegar a una altura de 30 metros. ¿Y entonces qué hace durante 7 años? Pues, aunque no lo veamos, toda la “acción” surge bajo tierra. Durante este tiempo, el bambú crea un complejo y fuerte sistema de raíces, que lo sostendrán firme el resto de su vida», detalla.
Y un dato nada menor: «Además, al contrario de cualquier otro árbol, si lo cortan, puede volver a crecer».
A continuación, van cuatro lecciones fundamentales que todo emprendedor debe tomar del bambú:
(1) Valorar la paciencia
En el mundo actual están de moda las soluciones rápidas: hay que evitarlas. Debe adoptarse la condición del agricultores; tomarnos primero un tiempo para tener la mentalidad y preparación intelectual y emocional adecuada para asumir el reto y salir airosos de él. En definitiva, hay que tomar el desafío con tranquilidad, sin dejarse llevar con propuestas demasiado buenas que suelen ser solo una ilusión.
(2) Crea un sistema de raíces fuertes
La capacitación y el aprendizaje son centrales para los emprendedores. Un buen conocimiento del tipo de negocio es fundamental para conocer el terreno.
(3) No dejar de cuidar la semilla
Probablemente este sea el punto medular para entender la comparación entre el bambú y el proyecto de un emprendedor.
Es probable que al principio no se vean los resultados positivos, aunque seguramente no faltarán los que intenten menospreciar la iniciativa. Ante esto, hay que perseverar.
Mientras tanto, hay que hacer un fuerte autoexamen, viendo probables fallas y problemas en el emprendimiento
(4) Siempre crece mirando hacia el sol
El desafío es tener siempre la vista en el objetivo deseado, caminando sin tomar atajos, siempre buscando soluciones ante la adversidad.
Como consejo final, Abasto sugiere:
Cuando llegues a tu objetivo, celebra, disfruta y vive intensamente la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero no te quedes allí mucho tiempo, esto te estancará.
Piensa siempre en nuevos retos, sigue poniéndote a prueba, esta es la única forma de mantener tu mente y tu cuerpo activos, prosperar a nivel económico y personal, además que puedes inspirar a muchos a continuar en el camino.
fuente: Abasto