El Foro de Periodismo Argentino manifestó su preocupación por el tratamiento mediático de los supuestos casos de violación sexual de jóvenes jugadores del fútbol local, hechos denunciados como ocurridos en pensiones donde se alojan los futbolistas de las divisiones inferiores de clubes de fútbol profesional.
A raíz de los hechos que comenzaron a trascender en los medios argentinos sobre supuestos casos de abuso de menores en pensiones de clubes de fútbol profesional, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) emitió un comunicado, en el que advierte sobre la responsabilidad de la prensa ante la difusión de dichos episodios, identidad de los menores supuestamente involucrados, además de nombres de personas, algunas de reconocida trascendencia, como parte de una presunta red de prostitución que «captaba» a jóvenes deportistas para ofrecerles dinero a cambio de sexo con adultos.
En ese sentido, FOPEA manifestó su preocupación:
En los últimos días, a partir del escándalo surgido en torno al Club Independiente, han aparecido denuncias y especulaciones de todo tipo, algunas de ellas sin ningún tipo de elemento probatorio para sostenerlas en forma pública y que, sin embargo, así fueron expuestas.
Los medios de comunicación y el periodismo en particular deben actuar en forma sumamente responsable frente al tratamiento de temas tan delicados, sin revictimizar a quienes sufren estos tipos de abusos, buscando informar sin causar más dolor a las víctimas y evitando apelar al morbo para ganar más audiencia.
A lo largo de estas coberturas algunos medios brindaron detalles innecesarios -y a veces de difícil comprobación fáctica- sobre estos casos, aumentando así la exposición ultrajante de los jóvenes en situación de vulnerabilidad que serían víctimas de estos delitos aberrantes.
Además, se dejó trascender nombres de conocidas personalidades a las que se las acusó de ser parte de ese entramado perverso, sin que esos elementos estuviesen volcados en el expediente judicial ni que mediaran, al momento, pruebas concretas sobre esas vinculaciones. En ese marco se le ha dado cabida a personas que lanzaron acusaciones de ese tipo sin aportar elementos verificables más que sus propios dichos y, además, se han alimentado versiones que se multiplicaron por las redes sociales, abusando de la condición de anonimato de muchas cuentas.
La búsqueda del rating o de una mayor audiencia no puede ser nunca una justificación para semejantes conductas. Y nada tienen que ver con el ejercicio profesional del periodismo, más allá de la importancia de que la prensa revele hechos de semejante gravedad.
Asimismo, FOPEA realizó «un llamado a los medios de comunicación y a los periodistas en particular para que informen e investiguen en forma responsable y respetuosa los hechos denunciados, preservando la privacidad y la integridad psíquica y moral de las víctimas y evitando reproducir acusaciones sin pruebas.
Y resaltó algunos de los aspectos más relevantes de su Código de Ética «que pueden servir para orientar a los comunicadores en el tratamiento de temáticas tan delicadas como la aquí mencionada»:
- 2. Son objetivos irrenunciables para el periodista rigor y la precisión en el manejo de datos con el fin de alcanzar una información completa, exacta y diversa. La distorsión deliberada jamás está permitida.
- 4. Las restricciones, presiones y amenaza forman parte del ejercicio periodístico cotidiano, pero ello no justifica ningún tipo de recurso prepotente ni ilegítimo para obtener información. El periodista debe evitar ejercer cualquier tipo de acoso.
- 5. El buen gusto es un valor periodístico, por lo que la curiosidad escatológica, la estridencia innecesaria y la morbosidad son actitudes que se deben evitar.
- 32. El periodista debe respetar la privacidad de las personas. Sólo cuando se viera afectado un bien o valor público por un aspecto relacionado con la intimidad de una persona, puede prevalecer el derecho a la información de los ciudadanos por sobre la privacidad de un particular.
- 33. El periodista sólo podría mencionar cuestiones de religión, etnia, nacionalidad, orientación sexual, discapacidades físicas o psíquicas, etc., si ello fuera indispensable para comprender la información y dicha referencia no resultara ofensiva ni discriminatoria.
- 35. En toda información debe respetarse el principio constitucional de inocencia de cualquier persona mientras una culpabilidad no hubiera sido probada judicialmente. Los pronunciamientos de las fuentes policiales no son suficientes para determinar culpas ni siquiera cuando tienen la forma de comunicados oficiales.
- 38. No deben publicarse los nombres de víctimas de delitos sexuales, a menos que se cuente con su consentimiento explícito.
- 39. En ningún caso deben consignarse los nombres e imágenes de niños o adolescentes involucrados en actos criminales, ni siquiera por su nombre de pila, alias o apodo.
más información: http://www.fopea.org/fopea-pide-responsabilidad-a-los-periodistas-y-medios-en-el-tratamiento-de-los-casos-de-abusos-de-menores-en-clubes-de-futbol/