Con motivo de la celebración del Día Nacional de la Donación de Órganos, la necesidad de tener más donantes cobra especial vigencia, teniendo en cuenta las muertes que se pueden evitar y la salud de muchas personas que se puede mejorar.
A finales de 2017, la muerte de Justina Lo Cane fue una pérdida que dolió, y mucho, pero fundamentalmente desgarró porque se podría haber evitado.
Mientras discutíamos y debatíamos sobre muchos temas (como por ejemplo sobre el destino del submarino ARA San Juan) Justina se iba de este mundo, esperando un corazón que nunca llegó.
Sin embargo, estamos en un escenario que, por fuera de ese dolor por Justina que no se fue, no deja de ser alentador.
Los datos sobre donantes y donaciones son auspiciosos, aunque no alcancen.
Según un informe del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), durante 2017, la cantidad de personas que expresaron esa voluntad de donar sus órganos creció alrededor de un 120 por ciento, en comparación con 2016.
El año pasado, además, hubo récord de personas que expresaron su voluntad de donar órganos.
Unas 7.933 personas así lo hicieron durante la celebración de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
La cifra se alcanzó gracias a las 376 mesas que instaló el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) en escuelas de 15 provincias, la página Web y la línea gratuita que habilitó el organismo, que es el 0800-555-4628.
La concientización, la clave
A propósito de este día, compartimos una muy interesante charla con Alberto Maceira, titular del INCUCAI.
Maceira hizo especialmente hincapié en la necesidad de concientizar sobre la donación de órganos.
En ese sentido, reconoció el encontronazo que significa para muchas familias tener que enfrentar el desafío de entregar los órganos de un ser querido, donante, quien en las puertas de su fallecimiento.
«Cuando uno no sabe qué pensaba el paciente fallecido te encontrás en una situación especial, pero si ya se sabe qué quiere es respetar su voluntad. Por eso es importante ser donante o hablarlo en la casa», remarcó.
Sobre el proceso efectivo de donación, el titular del INCUCAI detalló que, cuando un paciente donante está por fallecer «se hacen estudios para ver cuál de todos los órganos son viables» ya que lo que se busca es «mejorar la calidad de vida de alguien, no empeorarla», en referencia al receptor de un órgano. «Por eso el órgano tiene que estar en condiciones», agregó.
«Hay que trabajar para que la gente esté confiada en el sistema y sea donante», destacó Alberto Maceira.
Querer es poder.
Pero fundamentalmente hay que querer y generar esa necesidad, especialmente cuando se trata de la donación de órganos.