Como había sucedido en el Senado, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el proyecto de la denominada «ley Justina», que dispone que todas las personas mayores de 18 años sean donantes de órganos o tejidos, salvo que en vida dejen constancia expresa de lo contrario.
El proyecto está inspirado en el caso de Justina Lo Cane, nena de 12 años que murió el año pasado en la Fundación Favaloro mientras aguardaba un trasplante de corazón.
En su artículo 33 dispone que «podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos a toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos».
De esta manera, modifica la actual ley 24.193 de trasplantes, de manera que quede establecido en forma expresa la voluntad de no ser donante.
Salió la #LeyJustina Gracias, de Corazón!!! ❤️💛💚💙💜 pic.twitter.com/1S9ZFfAWiy
— Nik (@Nikgaturro) 4 de julio de 2018
En el caso de los menores de edad, «se posibilita la obtención de autorización para la ablación por ambos progenitores o por aquel que se encuentre presente».
La normativa también incorpora avances en la definición de los derechos de donantes y receptores, la creación del Servicio de Procuración en los hospitales públicos y privados, el establecimiento de las funciones del INCUCAI y de los requisitos que deben cumplir los profesionales y los establecimientos médicos, y la fijación de penas y sanciones en los casos que corresponda.
Aprobamos la #LeyJustina y de ahora en más todas las personas mayores de edad pasamos a ser donantes (a menos que se deje constancia expresa de lo contrario). Un paso enorme para evitar casos como los de Justina. #DonarSalvaVidas #DonarOrganosSalvaVidas pic.twitter.com/vuap2SqvQT
— Mónica Macha (@MoniMacha) 4 de julio de 2018
En el recinto Diputados estuvieron los papás de Justina, quienes impulsaron la sanción de la ley junto al senador Juan Carlos Marino.
En diálogo con Ventana Abierta, en FM Milenium, el autor del proyecto mostró su alegría por el logro: «Estamos súper felices que se haya convertido en ley, algo que nace desde un dolor tan profundo como es la pérdida de un hijo».
Marino, quien trabajó en la elaboración del proyecto en conjunto con el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), agradeció el trabajo de todos los legisladores, tanto oficialistas como opositores: «Este tipo de leyes, que atraviesan a los partidos políticos, ayudan a cerrar la grieta. Hay que entender que de una vez por todas tenemos que ponernos la camiseta de Argentina».
El senador además, consideró que la normativa aprobada «va a ser la ley más importante de los últimos tiempos. Es una ley que viene a dar vida después de la muerte».