El millonario y filántropo estadounidense Bill Gates le reclamó a los jefes de Estado que participaron en la Asamblea General de la ONU que presten una atención especial a la lucha contra la pobreza en el mundo y en particular en África.
El fundador de Microsoft dijo: «Para los jóvenes africanos, vivir en la pobreza y la enfermedad o vivir para realizar su potencial depende de las opciones y de las inversiones que hagamos hoy».
El llamamiento del copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates advierte que aunque el número de personas que viven con menos de 1,9 dólares al día pasó de la mitad de la población mundial en 1966 al 9% en 2017, este camino de mejoras podría revertirse.
El fundador de Microsoft dijo: «Para los jóvenes africanos, vivir en la pobreza y la enfermedad o vivir para realizar su potencial depende de las opciones y de las inversiones que hagamos hoy».
El llamamiento del copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates advierte que aunque el número de personas que viven con menos de 1,9 dólares al día pasó de la mitad de la población mundial en 1966 al 9% en 2017, este camino de mejoras podría revertirse.
El temor es que la cifra de quienes están en la extrema pobreza en el África subsahariana deje de bajar, e incluso subir.
La clave para profundizar las mejores sociales en las zonas más postergadas es la inversión en «capital humano», es decir, la salud y la educación de los jóvenes.
Para Bill Gates esa inversión puede ser decisivo para el futuro de África, ya que se podría hasta duplicar el PBI del llamado «continente negro» para 2050″.
El hambre al acecho
La falta de alimentos en el mundo vino siendo combativa con grandes logros.
Según Naciones Unidas, en 2017, 821 millones de personas no lograron obtener los alimentos básicos necesarios para su desarrollo, es decir 1 de cada 9 habitantes del planeta.
Según su reciente informe, «la situación está empeorando en América del Sur y la mayoría de las regiones de África».
El recrudecimiento de la falta de alimentos tiene varios factores, entre ellos el bajo valor de productos básicos exportables.
Ante este escenario, las palabras de Bill Gates cobran fuerza, más aún cuando otros factores como el cambio climático pueden complicar aún más el compromiso de reducción del hambre en las zonas más pobres del mundo.
La clave para profundizar las mejores sociales en las zonas más postergadas es la inversión en «capital humano», es decir, la salud y la educación de los jóvenes.
Para Bill Gates esa inversión puede ser decisivo para el futuro de África, ya que se podría hasta duplicar el PBI del llamado «continente negro» para 2050″.
El hambre al acecho
La falta de alimentos en el mundo vino siendo combativa con grandes logros.
Según Naciones Unidas, en 2017, 821 millones de personas no lograron obtener los alimentos básicos necesarios para su desarrollo, es decir 1 de cada 9 habitantes del planeta.
Según su reciente informe, «la situación está empeorando en América del Sur y la mayoría de las regiones de África».
El recrudecimiento de la falta de alimentos tiene varios factores, entre ellos el bajo valor de productos básicos exportables.
Ante este escenario, las palabras de Bill Gates cobran fuerza, más aún cuando otros factores como el cambio climático pueden complicar aún más el compromiso de reducción del hambre en las zonas más pobres del mundo.
En ese sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres advirtió: “Si no cambiamos el curso para 2020, podremos llegar a un punto en el que no podamos evitar un cambio climático descontrolado con consecuencias desastrosas para las personas y todos los sistemas naturales que nos sostienen”.
Las palabras del mandamás de Naciones Unidas coincidieron con la publicación del informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El trabajo apunta al recalentamiento planetario como uno de los principales factores responsables del aumento del hambre por tercer año consecutivo en 2017.
Las palabras del mandamás de Naciones Unidas coincidieron con la publicación del informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El trabajo apunta al recalentamiento planetario como uno de los principales factores responsables del aumento del hambre por tercer año consecutivo en 2017.
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