En un nuevo informe sobre la transición energética global, Wood Makenzie vaticinó que 2035 será el año en el que el mundo le diga finalmente adiós al petróleo y al gas como energías principales.
En su reporte Thinking global energy transitions: The what, if, how and when, sus analistas remarcan que la transición energética global (GET) se completará cuando las nuevas tecnologías alcancen una participación de mercado del 20 por ciento, o representen el 50 por ciento de la nueva actividad de desarrollo o ventas.
El proceso para que el mundo salga de la matriz energética basada en fósiles se logrará mediante las energías renovables y las tecnologías basadas en la electricidad.
Y un aporte clave además, serán las ciudades inteligentes.
Hoy por hoy, hay unas 1.000 en proceso de planificación, 300 de las cuales serán emplazadas en China.
When do you think we’ll reach the global sustainability tipping point, when 20% of global power needs will be met by wind or solar? 2020, 2035 or 2050? Get our prediction here: https://t.co/k7p34VQ4la
— Wood Mackenzie (@WoodMackenzie) 17 de octubre de 2018
La post modernidad «verde»
El informe de Wood Mackenzie además, predice que la mitad de las nuevas centrales eléctricas construidas después de 2035, a nivel mundial, comprenderán energía solar, eólica o una combinación híbrida con almacenamiento.
También estima que los autos eléctricos representarán la mitad de todas los kilómetros de rutas adicionales recorridas.
Los cuatro ejemplos que ya son vanguardia
Mientras este proceso continúa su curso, el mundo ya cuenta con ejemplos de autogeneración energética, 100 por ciento limpia.
Son cuatro países, dignos de ser citados.
Costa Rica
Según el sitio Energía Limpia XXI, en 2017 el país logró trescientos días de energía 100 por ciento renovable gracias principalmente a sus proyectos de generación hidroeléctrica.
El World Wildlife Fund (WWF) indica que el país está cerca de alcanzar un nuevo hito en su historia energética: convertirse en el primer país de América Latina impulsado por energía 100% renovable.
Costa Rica tiene un potencial de 223.000 gigavatios por año de hidroelectricidad, del cual al menos 10 por ciento está siendo explotado, y posee una gran capacidad de generación geotérmica y eólica.
Además el gobierno se planteó la meta de alcanzar una economía neutra en emisiones de carbono, y para ello apostó en llegar a 2021 con una matriz energética totalmente basada en fuentes renovables a partir de energía eólica, hidroeléctrica, biomasa y solar.
Uruguay
El país viene aprovechando todo el potencial de sus ríos para la generación hidroeléctrica.
Asimismo, viene invirtiendo cada año el 3 por ciento de su Producto Bruto Interior en una reforma estructural para lograr la soberanía energética en años de sequía y reducir su huella ambiental.
En los últimos 6 años Uruguay invirtió más de 22 mil millones de dólares en energía renovable sostenible y ahora se perfila como líder regional.
El país cuenta con vientos extraordinarios y es allí donde está su mayor aprovechamiento para generación de energía limpia.
Lesoto
En 1998 fue inaugurada una central hidroeléctrica que posibilita la venta de energía y agua en África del Sur.
El país produce el 90 por ciento de la energía que necesita y logró el 100 por ciento de renovables, gracias a la energía hidroeléctrica.
Sin embargo, aún lidia con la sequía en esos momentos compra energía a otros países vecinos.
Islandia
Este país tiene casi toda su energía basada en las renovables.
En 2011 produjo 65.444 gigavatios de energía primaria, de los cuales más del 85 por ciento provenía de fuentes locales de energía renovable.
Una de las energías mejor aprovechadas por Islandia es la generada por los volcanes.
Esta energía geotérmica equivale al 66,3 por ciento de la energía primaria, complementado con la hidroeléctrica, con el 19,1 por ciento y otras fuentes.
Los principales usos de la energía geotérmica son la calefacción de los edificios, con un 45,4 por ciento del consumo geotérmico total, y la producción de electricidad, con un 38,8 por ciento
Alrededor del 85 por ciento de las viviendas de Islandia se calefaccionan con esta energía.