El proyecto Yo amo mi playa inspira a la toma conciencia sobre la necesidad de no contaminar nuestro entorno. Simples acciones personales para contribuir a un gran compromiso global por el cuidado del planeta.

La historia del creador de Yo amo mi playa es un ejemplo de trabajo personal buscando convencer a millones.
En este caso, el desafío de Gastón Caminata es concientizar sobre nuestras perniciosas costumbres que contaminan el ambiente, desde el uso de vasos plásticos de un solo uso hasta la colilla del cigarrillo que termina en el suelo.
Gastón tiene logros a cuestas, como la prohibición del uso de bolsas plásticas en la ciudad balnearia de Pinamar y de la venta de bebidas con plástico descartable y sorbetes.
Y va por más, porque ser un «concientizador ambiental» no se detiene solo en prohibiciones, sino que avanza hacia una nueva cultura de cuidado del entorno y del propio cuerpo, lejos de los slogans ambientalistas y de las posturas políticamente correctas.
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