La tecnología como aliada del trabajo es una afirmación que puede ponerse en duda. Si bien proceso de automatización hicieron que muchas tareas se simplificaran, el riesgo de la pérdida de trabajos se vuelven crucial.
Un nuevo estudio realizado por un economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts sugiere que la automatización tiene un mayor impacto en el mercado laboral y en la desigualdad de ingresos con referencia estudios anteriores. Para llegar a esa conclusión, se identificó el año 1987 como un punto clave de inflexión en este proceso, el momento en que los empleos perdieron. A partir de esa fecha, la automatización dejó de ser reemplazada por un número igual de oportunidades de trabajo similares.
Así lo afirma el economista Daron Acemoglu, coautor de un artículo recientemente publicado. «La automatización es crítica para comprender la dinámica de la desigualdad», dice el economista del MIT.
En las industrias que adoptan la automatización, el estudio muestra que el «desplazamiento» promedio (o pérdida de empleo) de 1947 a 1987 fue del 17 % de los empleos, mientras que el «restablecimiento» promedio (nuevas oportunidades) fue del 19%. Pero de 1987 a 2016, el desplazamiento fue del 16%, mientras que la reinstalación fue solo del 10%. En resumen, esos puestos de fábrica o trabajos de respuesta telefónica no volverán.
«Muchas de las nuevas oportunidades laborales que la tecnología trajo desde la década de 1960 hasta la de 1980 beneficiaron a los trabajadores poco calificados», agrega Acemoglu. «Pero a partir de la década de 1980, y especialmente en la década de 1990 y 2000, hay un doble golpe para los trabajadores poco calificados. Se ven perjudicados por el desplazamiento y las nuevas tareas que se avecinan, son más lentas y benefician a los trabajadores altamente calificados».
El empleo, en problemas por la automatización
El nuevo documento es uno de los distintos estudios que Acemoglu y Restrepo realizaron para examinar los efectos de los robots y la automatización en el lugar de trabajo. En un artículo recién publicado, concluyeron que en los EE. UU., de 1993 a 2007, cada nuevo robot reemplazó 3,3 empleos.
En otro artículo nuevo, Acemoglu y Restrepo examinaron la industria francesa de 2010 a 2015. Descubrieron que las empresas que adoptaron rápidamente robots se volvieron más productivas y contrataron a más trabajadores. En paralelo, sus competidores se quedaron atrás y despidieron trabajadores, y los empleos nuevamente se redujeron en general.
Un futuro en problemas
Una conclusión de este estudio es que, donde se produce la automatización, los trabajadores con menos habilidades no solo no logran ganancias; son empujados hacia una situación económica crítica.
Ante este escenario, la clave, sin dudas es la educación y la formación de las futuras generaciones. Esto es clave teniendo en cuenta que, quien puede sortear la modernización de los procesos productivos serán quienes cuente con mayor formación.
El problema de esta preparación para el futuro es que ya estamos viviendo en él. con el año 2020 en curso, ya llevamos 20 años de retraso en la preparación de los futuros trabajadores.
Incluso, la pandemia por el coronavirus nos está obligando a adoptar esta iniciativa. El confinamiento resaltó la importancia de la inclusión tecnológica y mostró la desigualdad los nuevos entornos virtuales.
Ante este desafío, es clave que nuestros gobiernos piensen en la vuelta a clases de millones de alumnos con un nuevo enfoque. Es necesario que piensen cómo vamos a formar a los chicos en etapa escolar para que el futuro tenga más certezas que incertidumbres. Será clave formar en contenidos amplíen en horizonte de posibilidades. De esta decisión, surgirá una nueva ciudadanía para un mundo que ya cambió mientras ella sigue sin adaptarse.