Debates

Cómo debe ser la reconstrucción de la post-pandemia

United Way Worldwide es una organización con origen en Estados Unidos. Fue creada en el año 1884 con el objetivo de movilizar a líderes locales y a sus comunidades para atender sus problemáticas socioculturales particulares.

Su especialidad es la reconstrucción de comunidades arrasadas por catástrofes. Nacieron debido a que los ciudadanos de Denver, Colorado se reunieron tras una inundación devastadora.

Hoy es la segunda red solidaria más grande del mundo. Generó una red más de 2.9 millones de voluntarios. Ellos canalizan una gran inversión anual a sus respectivas comunidades, a través de distintos programas de salud y educación.

El actual titular de United Way Wolrdwide, Brian Gallagher, tiene una receta muy interesante para el día después, cuando debamos enfrentar la post-pandemia.

Las etapas cruciales

Gallagher define tres etapas ante una catástrofe: respuesta, recuperación y reconstrucción. Y son pasos que vienen mucho que ver con la post-pandemia que viene.

La respuesta es cómo reacciona la sociedad inmediatamente después. ¿Las personas pueden obtener refugio, alimentos y suministros médicos? ¿Pueden acceder a los sistemas preexistentes, como ayuda de emergencia, de forma rápida y sencilla? ¿Albergan la esperanza de poder recuperarse en un plazo razonable?

Luego viene la recuperación, que consiste en el establecimiento de fondos de ayuda y redes coordinadas de atención. Para ello se precisan políticas públicas, movilización de voluntarios y asociaciones intersectoriales que marquen la diferencia al aprovechar los recursos del sector privado con el conocimiento comunitario de las organizaciones de la sociedad civil. En el caso de la COVID-19, la recuperación implica además volver a trabajar de manera segura. Es fundamental que las personas participen en el proceso de toma de decisiones durante la recuperación, pues sus necesidades son cruciales para la tercera etapa: la reconstrucción.

La reconstrucción no debería tratarse de erigir una casa en el mismo lugar que antes. Debe enfocarse en una planificación a largo plazo que ayude a las personas a resurgir fortalecidas mediante la reconsideración de nuevos sistemas que permitan que individuos y comunidades enteras sean más resilientes y exitosos.

Sin embargo, la respuesta y la recuperación deben dar paso rápidamente a la reconstrucción. Desafortunadamente, dice Gallagher, «a lo largo de mi carrera he aprendido que la reconstrucción suele ser la etapa que pasan por alto los líderes políticos y económicos».

La receta para la post-pandemia

  • Fortalecer la equidad y la resiliencia de la comunidad

Las disrupciones globales, causadas por el hombre o la naturaleza, van a ser cada vez más frecuentes. Las naciones, las comunidades y los individuos deben estar preparados para afrontarlos y recuperarse. Eso significa garantizar que todos tengan los niveles necesarios de salud y seguridad económica para evitar la dependencia, controlar su futuro y resurgir con más fuerza.

  • Pensar de manera ascendente, no descendente

La resiliencia se conforma de manera inherente por las necesidades particulares de cada comunidad. Por lo tanto, la mejor manera de garantizar que las personas y las comunidades puedan cuidarse a sí mismas es adoptar soluciones desarrolladas comunitariamente. Durante demasiado tiempo, las instituciones de la sociedad civil, incluida United Way, han seguido modelos lógicos formulados en ubicaciones centrales, en lugar de inspirarse en ideas y prioridades que emanen de las colectividades locales. Y esto debe cambiar.

  • Evitar el pensamiento de «vuelta a la normalidad»

El COVID-19 ha evidenciado fallos en los sistemas de los Estados Unidos y otros lugares, ya que ha sido como un potente huracán que se mueve lentamente, causando estragos por doquier, en vez de aislar sus efectos en una ubicación. Si el huracán Katrina arrancó el techo de los hogares de Nueva Orleans en los Estados Unidos, el coronavirus está destrozando los cimientos de toda la casa de la sociedad. Las cadenas de suministro justo a tiempo y los sistemas de ayudas al desempleo desbordados no necesitan reparaciones: necesitan derrumbarse y reconstruirse con las necesidades actuales de las personas, no priorizando las del sector privado o la burocracia.

La post-pandemia merecerá múltiples esfuerzos. Pero deberán ser activados con inteligencia y solidaridad, sin pensar de manera mezquina.

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