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La desigualdad (también) en el teletrabajo

La pandemia de COVID-19 está devastando los mercados laborales de todo el mundo. Decenas de miles de trabajadores perdieron sus empleos. Millones de personas se quedaron fuera de la fuerza laboral y muchas ocupaciones enfrentan un futuro incierto.

Las medidas de distanciamiento social ponen en peligro los empleos que exigen presencia física en el lugar de trabajo o interacciones personales. Quienes no pueden hacer teletrabajo, a menos que se consideren esenciales, están en serios problemas. Se debe a que se enfrentan a un riego significativamente más alto de sufrir reducciones en las horas trabajadas. Además, pueden ver recordadas sus remuneraciones, suspensiones temporales de personal o despidos permanentes.

Los que pagan caro la pandemia

Los costos de la crisis económica están recayendo fundamentalmente sobre quienes tienen menos capacidad para soportarlos: los pobres y los jóvenes en los empleos menos remunerados.

Estas son algunas de las afirmaciones de Mariya BrussevichEra Dabla-Norris y Salma Khalid en el blog del Foro Económico Mundial (IMF, en inglés)

En un nuevo trabajo, los investigadores indagaron en la viabilidad de trabajar desde casa en una amplia muestra de economías avanzadas y de mercados emergentes. Las estimaciones que realizaron son contundentes. Cerca de 100 millones de trabajadores de 35 países avanzados y emergentes (de los 189 países miembros del FMI) podrían presentar un riesgo alto debido a que no pueden realizar sus trabajos a distancia. Esto equivale, en promedio, al 15% de su fuerza laboral.

Los trabajos más vulnerables a la pandemia

Según los investigadores, los trabajadores del sector de alimentos y hostelería, así como del comercio minorista y mayorista, son los más afectados por la pandemia. Esto se debe a que sus trabajos son los que menos posibilidad de trabajo a distancia tienen. El resultado es que más de 20 millones de personas que trabajan en estos sectores presentan el riesgo más alto de perder sus empleos. Aunque algunos son todavía más vulnerables que otros:

El impacto sobre los trabajadores con bajos ingresos y empleos precarios podría ser especialmente grave. Como consecuencia, se evidencia una ampliación de las desigualdades ya existentes en las sociedades.

Los autores del trabajo publicado por el Foro Económico Mundial afirman que los trabajadores en la parte más baja de la distribución de ingresos tienen menos capacidad para trabajar a distancia. Como consecuencia, «la crisis de la COVID-19 aumentará la desigualdad de ingresos»

Protección para los más vulnerables

La pandemia cambiará con toda probabilidad la manera en que se realiza el trabajo en muchos sectores. Los consumidores pueden recurrir más al comercio electrónico, en detrimento de los empleos del comercio minorista. Asimismo, pueden pedir más comida para llevar, reduciendo el mercado laboral para los trabajadores de restaurantes.

¿Qué pueden hacer los gobiernos? Pueden centrarse en ayudar a los trabajadores más afectados y a sus familias mediante la ampliación de las redes de protección social y seguros sociales. Según los investigadores, las autoridades deben «amortiguar la pérdida de empleo y de ingresos. Los subsidios salariales y los programas de obras públicas pueden contribuir a que recuperen sus medios de vida durante la recuperación».

Políticas de igualdad

Para reducir la desigualdad y ofrecer a las personas mejores perspectivas, los gobiernos deben fortalecer la educación y la capacitación y preparar mejor a los trabajadores para los empleos del futuro. El aprendizaje permanente también implica reforzar el acceso a la escolarización y a la capacitación profesional para ayudar a los trabajadores desplazados por shocks económicos como la COVID-19.

Finalmente, los autores del estudio afirman que «esta crisis ha demostrado con claridad que tener acceso a Internet es un elemento fundamental de la capacidad de las personas para continuar su participación en el lugar de trabajo. Invertir en infraestructuras digitales y cerrar la brecha digital también permitirá que los grupos desfavorecidos participen de manera importante en la economía del futuro».

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