Sustentabilidad

De la crisis del coronavirus a la crisis de las bicicletas

El dato sorprende, pero no tanto. La pandemia de la covid-19 sorprendió a los fabricantes y distribuidores sin el suficiente stock para atender la enorme demanda de bicicletas.

Según la agencia AFP, en Europa la venta de bicicletas se multiplicó por dos o a veces por tres. Los datos fueron revelados por la cadena de tiendas de artículos deportivos Decathlon. En China, según el mismo vocero, la demanda se multiplicó por cinco tras el confinamiento.

Las ventas en línea en Estados Unidos alcanzaron un máximo histórico a mediados de mayo. El número de bicicletas vendidas fue más del 5.000% superior al de mediados de mayo de 2019.

Los grandes fabricantes del mundo están vendiendo hasta las unidades que estaban en exhibición y que presentan algunos daños menores como rayones.

Movilidad en dos ruedas

En la desescalada mundial tras lo peor de la pandemia, el transporte público quedó en el centro de la escena. Es que los infectólogos afirman que ese servicio es uno de los peores medios para la propagación del coronavirus. Ante esta realidad, la bicicleta surge como mejor opción.

Con sistemas de transporte reducidos, por ejemplo, en Italia, se están pagando un subsidio a los ciudadanos que opten por la bicicleta como principal medio de movilidad.

La demanda es tan alta que grandes marcas del mundo tuvieron que sacar a la venta bicicletas de años anteriores. Las personas quieren contar con un vehículo que permita mantener la distancia social y que evite las aglomeraciones de otros medios de transporte.

Una industria compleja

El negocio de la bicicleta es complejo debido a la extensa cadena de suministros. Los marcos de aluminio provienen de varias firmas de China, mientras que otras partes como disco, cadena, cambios y otras relacionadas con el movimiento de la bici está concentrada en algunos proveedores como Shimano (Japón) y Ram. Estas compañías, que también tienen sus factorías en China, no tienen tampoco la capacidad de respuesta para atender los pedidos.

Ante las complejidades de la comercialización de bicicletas, el impacto se empieza a notar en los precios, con alzas del 5 al 7% y demoras en la entrega de los rodados.

Falta de infraestructura

Los efectos de una creciente venta de bicicletas en el mundo pondrán contra las cuerdas la disponibilidad de infraestructura. Es decir, se hará necesario extender la presencia de ciclovías exclusivas para bicicletas. En los Estados Unidos y Europa hay planes para construir miles de kilómetros de ciclorruta y de habilitar espacio de avenidas para bicicletas.

Según el sitio colombiano Dinero, en ese país hay ciudades como Medellín, Manizales y Bogotá con una clara vocación para este vehículo de dos ruedas. Sin embargo, por ejemplo, en Bogotá hay planes de expansión, pero sin disponibilidad de fondos.

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