El premio Nobel de Literatura en 2008, el escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, plantea a la pandemia como un nuevo estado de guerra, pero con un enemigo particular. «Vivimos un tiempo de angustia y de alienación que nadie había imaginado vivir en nuestro mundo de perfección técnica y ambición social”, afirmó.
«Yo lo viví en mi niñez, puesto que nací en 1940, en tiempo de guerra, cuando estuvimos todos confinados en la casa sin mucho que comer, y con miedo de los bombardeos», recuerda el escritor. «La diferencia es que sí, ahora estamos en guerra, en una guerra contra nosotros mismos y no contra un enemigo exterior».
Para Le Clézio se trata de «una guerra contra nuestras fallas, nuestra indiferencia a la naturaleza, nuestro vanidoso egoísmo”
El autor de La música del hambre, La cuarentena y El pez dorado, remarca que la cuestión no es de saber si sobreviviremos a esta epidemia. «La raza humana es dura y sobrevivió a situaciones sanitarias en el pasado». Y puso ejemplos concretos: «Durante el tiempo de pestes en Europa, la última epidemia del siglo XVII, en 1610, que costó la vida a millones, descrita de manera muy fiel con algo de sarcasmo por el novelista inglés Daniel Defoe, el autor de Robinson Crusoe”.
En tren de hacer historia, Jean-Marie Gustave Le Clézio recordó que en el pasado se han superado muchas enfermedades. “Quizá la peor ocurrió en América del siglo XVI, con la llegada de los españoles y fue la causa del perdimiento terrible de la población indígena, por la viruela, la gripe y la rubeola». Por entonces, la población se redujo «en su sexta parte, ya que pudo causar entre 20 y 120 millones de muertos en menos de un siglo”.
Una pandemia con significado
¿Cuál es el significado de esta pandemia de covid-19 y cómo estaremos viviendo en el futuro?, se cuestionó el autor de El diluvio y El libro de las huidas. En un mensaje a su nieta, Le Clézio hecho luz a lo que viene. “El futuro es tuyo y tendrás 20 años en el 2040 y, si todo pasa bien, conocerás el siglo XXII. Pero somos nosotros quienes estamos construyendo tu porvenir. Ojalá no nos echaras la culpa por todas nuestras inequidades e incapacidades. Lo mereceríamos: hemos vivido desde la guerra hasta ahora, como si mañana no fuera a existir”.
Para el premio Nobel de 2008, «hemos gastado la naturaleza, hemos sentido orgullo de la dominación de una minoría sobre una mayoría de los habitantes del planeta». Y agregó: «Hemos tenido como normal la injusticia social, la disparidad entre los sexos, la inequidad entre los países pobres y los ricos en cuanto a la mortalidad de los niños y la esperanza de vida de los adultos”.
Las enseñanzas del Covid-19
Para Le Clézio, sí existe una enseñanza en el padecimiento que azota a este 2020: “Después del paro de las actividades debido al confinamiento, hemos podido ver el mundo alrededor mejorarse. No fue de manera lenta o escondida, fue casi de inmediato. Un cielo increíblemente más azul, un mar limpio, una atmósfera más pacífica, gozando de silencio, de calma y bienestar. Puede parecer algo egoísta este cambio… (aunque) hasta hoy no se sabe cómo va a resultar esta crisis”.
Sin embargo, es cierto que son las poblaciones más débiles económicamente las que van a padecer más la disminución del comercio y la industria, dijo. Pero, en estos días lo que sobresale es el gozo de la naturaleza, su respiración, su alivio. “La cuestión no es de saber si nos salvaremos de esta catástrofe; tengo confianza en las proezas de la ciencia y en la dedicación de los médicos.2
Por último, reconoció que las sociedades superdesarrolladas encontrarán seguramente la solución a la crisis, una medicina, una vacuna o una resistencia al virus. Sin embargo, la cuestión es saber si el momento que golpea al mundo entero habrá cambiado algo en nuestra mentalidad y habrá procurado una enseñanza a los sobrevivientes.
Desgraciadamente podemos dudarlo, (porque) la última guerra costó millones de vidas, condenó a la muerte a inocentes niños, desplazó familias en campos de concentración como en inconcebibles zoológicos.
Jean-Marie Gustave Le Clézio concluyó el mensaje para su nieta y las próximas generaciones: «De verdad, no sé cómo vivirás en estos años del futuro. Nadie puede predecirlo. (Y) lo único que puede hacer es imaginar un mundo nuevo, lleno de invenciones y fantasías. Para imaginarlo no necesito fábulas ni ciencia ficción. Necesito memoria”.
Fuente: Excelsior