Historias

Susana Basaldúa: «Ese audio confirma lo que imaginamos pasó con Cecilia»

Es la mamá de la mochilera porteña hallada muerta en Capilla del Monte, Córdoba. Ella, su esposo Daniel, papá de la víctima, y Soledad, la hermana, lideraron una conferencia virtual sobre el caso.

por Lucio Casarini

«Tipo tres de la mañana me sentía mareada, entonces este señor Mainardi me dice: pasa a mi habitación, descansá. Pasé, me quedé dormida. Tipo cinco de la mañana me despierta una discusión que había; despacito me asomo por la puerta a ver qué estaba ocurriendo.»

«Entonces, veo que esta chica Cecilia estaba discutiendo con Mario; Cecilia le decía que ella no pensaba hacer lo que él quería, que no era su forma de ser. Yo no entendía qué sucedía en ese momento. Seguí escuchando; Mainardi le dice: dale, flaca, pasá una noche, que te cuesta».

La voz femenina acongojada, aunque cristalina, coherente y precisa, habla durante 16 minutos. Se presenta como María, una supuesta testigo del crimen de Cecilia Gisela Basaldúa, la mochilera porteña de 36 años hallada muerta con signos de violencia el 25 de abril cerca de un basural de Capilla del Monte, provincia de Córdoba. La víctima estaba desaparecida desde el 5 de abril.

El audio con la narración de María, de quien se ignoran identidad fehaciente y paradero, circula desde días atrás de manera informal en las redes sociales de Internet. Está provocando tal conmoción en la opinión pública que, a pesar del misterio que lo envuelve, acaba de ser incorporado a la causa judicial gestionada en los tribunales de Cosquín.

El martes 25 de agosto, al cumplirse cuatro meses de la aparición del cadáver, la familia grabó en la página Justicia para Cecilia Gisela Basaldúa, alojada en Facebook, una conferencia de prensa virtual. Susana y Daniel, padres de la víctima, y Soledad, hermana, hablaron desde su casa del barrio porteño de Núñez. Daniela Pavón, abogada querellante, Giselle Videla, abogada asistente, y Gustavo Inchauspe, perito criminalístico, lo hicieron desde la provincia de Córdoba.

El audio de María compromete a Mario Gabriel Mainardi, presunto expolicía dueño de la casa en el que acampaba la víctima; Ramón López, policía de investigaciones; un tal Zárate, ídem; Viviana Juárez, alias Rasta, que contactó a Cecilia y Mainardi; José Mesa; y alguien que sería dueño de un campo adonde llevaron a la damnificada.

El testimonio denuncia, además, que la fiscal Paula Kelm, a cargo de la investigación, protege a los criminales y sabe que Lucas Bustos, vecino de Capilla del Monte y único imputado, es inocente.

La víctima era una viajera y deportista experta, acostumbrada a moverse con singular independencia. Había recorrido Latinoamérica como mochilera durante cuatro años, en buena parte a dedo. Era cinturón negro de taekwondo. Integró la selección argentina de mujeres de hockey sobre hielo. En el momento del homicidio, acababa de instalarse en Capilla del Monte para empezar a escribir las memorias de su peripecia continental.

«A la familia de Cecilia le digo que no le erraron en nada», continúa la voz afligida de María, «que fueron ellos los que se llevaron a Cecilia: Mainardi y esa gente que estaba con él, policías. Porque pregunté y me dijeron que eran Zárate de investigaciones y Ramón, que era policía.»

«Y la fiscal estaba ayudando, porque Mainardi me lo dijo; le dije que iba a ir a la justicia y me dice que fuera, total ellos estaban tranquilos porque la fiscal los estaba ayudando».

«La atacaron varios»

«Ahora apareció este tema del audio, que revolucionó un poquito la cosa», dice Daniel Basaldúa, el papá de Cecilia; «igual, nosotros vamos por el lado que siempre fuimos, no estamos cambiando nada por el audio».

«Los nombrados en el audio son gente que nosotros habíamos mencionado. Nombra a Mainardi, nombra a la Vivi Rasta, que fue quien llevó a esa casa a Cecilia. Vivi, la supuesta mochilera o artesana; me han dicho que hace otras cosas en el pueblo, vende algunas cositas prohibidas. Además, nombra a un tal José, que yo lo nombré; es amigo de Mainardi.»

«Después, se nombra a Zárate, investigador, y a López, también investigador; son los que estaban en lo que nosotros mandábamos de acá, pero lo ignoraron».

«No conozco a la chica del audio, lo que queremos es que la encuentren para tranquilidad nuestra y de todos; nosotros denunciamos, pero más no podemos hacer».

«Cuando estuvimos en Capilla dije que los asesinos andaban sueltos, estaban en el pueblo. Este audio dice bastante de lo que yo dije, a Cecilia la atacaron varios, no la atacó uno solo, lo dije desde el principio, ella sabía defenderse. Están ahí, andan dando vueltas, están sueltos; se nombra a la policía, algo tienen que hacer, por lo menos demorarlos.»

«No vamos a parar»

«En el relato de ese audio se confirma más o menos lo que nosotros imaginamos que pasó con nuestra hija», dice Susana Reyes de Basaldúa, mamá de Cecilia; «queremos que esa chica aparezca, que la encuentren».

«Quedamos muy conmocionados con ese relato, yo me desahogué, me dio mucho dolor pensar en lo que habrá pasado mi hija y pensar que fue solo un principio. No sé qué habrá pasado después de esto, no quiero imaginar lo que le pasó, si esto fue un principio, no sé.»

«Quiero que paguen esos asesinos, que no maten a más chicas, que no maten a más gente; estamos hartos, cansados de que maten a gente, de que los encubran, de que nadie se haga cargo. Un desastre, una vergüenza. Uno cría chicos de bien; no sé para qué, la verdad.»

«Era una chica sana, honesta, que quería cuidar el medio ambiente; viajó todo este tiempo justamente pensando en la naturaleza; no la dejaron; sembró mucho por Sudamérica. Es muy doloroso que le hayan cortado así el camino, no vamos a parar hasta encontrar a esos asesinos.»

«Gente poderosa atrás»

«A la persona del audio hay que protegerla, que no termine como mi hermana», dice Soledad Basaldúa. «Venimos hace un montón de tiempo luchando por todas las mujeres, porque si mi hermana era un hombre no le pasaba esto. Lo sufrí muchísimo con Lucila Yaconis, con Elsa Escobar.»

Soledad era amiga de Lucila Yaconis, muerta en un intento de violación en Núñez en 2003. También de Berenice, sobreviviente en 2005 del ataque de un violador serial que asesinó a su madre Elsa Escobar, igualmente en el barrio de los Basaldúa.

«Vengo con mucho de esto y uno se cansa. Pero tambien hay muchísima gente que nos acompaña, nos ayuda y uno tiene que seguir luchando de acá en adelante para que no siga pasando».

«Hay muchas cosas que tienen que salir a la luz. Si todas estas cosas se tapan es porque hay gente atrás, mucha gente y gente poderosa. No hablo solo del caso de mi hermana, hablo de todos los casos que quedan impunes, hay gente poderosa atrás y por eso no se llega a la verdad.»

«Queremos agradecer a todos los que nos estan acompañando. Los que están ahí: la familia, los amigos, las chicas del Pluri [Movimiento Plurinacional de Mujeres] de Capilla del Monte, el Polo de la Mujer, Fuerza Mestiza, a las abogadas.»

«Les pedimos que sigan ayudándonos a buscar justicia por mi hermana, para que no le pase a más nadie. No solo que aparezca María para poder esclarecer esto. Lo importante es que los responsables estén donde tienen que estar, porque va a seguir pasando, como había pasado dos meses antes.»

El 18 de febrero de 2020 fue encontrado el cuerpo de Mariela Natali, una turista santafecina de 44 años, con aparentes signos de ahogamiento en un río de Capilla del Monte. La búsqueda duró 14 días. Igual que Cecilia Basaldúa, Mariela paseaba sola y acostumbraba moverse con cierta independencia.

«Vital importancia»

«El audio fue ingresado a la fiscalía», dice Daniela Pavón, abogada de los Basaldúa (o querellante). «Se solicitaron medidas para comprobar manifestaciones que hace esta persona.»

«Con respecto a encontrar a esta chica que narra su testimonio, el Ministerio de la Mujer de la Provincia de Córdoba puso a disposición su teléfono para que esta persona se comunique y pueda obtener seguridad, resguardo, acompañamiento y todo lo que requiera. Estamos vinculados también con el área de Derechos Humanos y el área de la Mujer de la Nación para que puedan igualmente colaborar.»

«Pediremos a la fiscal abrir la investigación hacia otras líneas. Es el momento adecuado, tras la difusión de este audio. Obviamente hay que tener recaudos y comprobar ciertas cuestiones. Es hora de que empiece a actuar la justicia acompañando esto, porque somos la querella, tiene que trabajar en colaboración con nosotros.»

«Por ahora no se han tomado declaraciones respecto del audio, estamos esperando a ver cómo transcurre todo. Casi todos los mencionados han declarado [de antemano] dentro del expediente y hay algunas contradicciones.»

«Estamos poniendo todos los medios para brindarle seguridad a esta chica María, para que pueda aparecer, es de vital importancia para esclarecer esto».

«Varias contradicciones»

«Ingresamos el audio en la fiscalía y pedimos que se dispongan los medios para encontrar a la persona que habla», dice Giselle Videla, abogada asistente de los Basaldúa. «Luego pediremos que se hagan ciertas pericias sobre el audio para establecer su veracidad.»

«Estamos esperando qué pasa con el audio. Recién el sábado 22 de agosto empezó a circular. No sabemos cómo surgió, de dónde salió, no podemos comprobar su veracidad.»

«En el expediente constan declaraciones de Mainardi, Vivi Rasta, esta persona José; encontramos varias contradicciones que planteamos a la fiscalía; a partir del audio estamos pidiendo un registro de llamadas de estas personas».

«Todavía no hemos tomado la decisión formal de pedir un cambio de fiscal a través de una recusación, es algo que evaluaremos a raíz de este audio».

«Estamos comprometidas con la búsqueda de verdad y justicia por Cecilia. A partir de este audio que se difundió, esperamos poder imponer la línea de investigación que proponemos, hacer hasta lo imposible para poder dar con los responsables.»

«Investigar el hecho»

«Fui convocado por la familia Basaldúa», dice Gustavo Inchauspe, perito criminalístico; «estoy comprometido en esta causa, que además de ser compleja tiene demasiadas aristas».

«Las pruebas que se presentaron siguen la línea de la fiscal. Lo que está en el expediente es que el lugar donde se encuentra el cuerpo de Cecilia es el propio lugar del hecho. Para la querella desde un principio y a nivel criminalístico es el lugar del hallazgo. El hecho no fue allí.»

«Si uno se circunscribe solamente a los últimos instantes y la muerte propiamente dicha, nos estamos olvidando de 19 días y varias horas. Se ha dejado ese gran vacío».

«Puede ser el imputado el autor total del hecho o pueden ser otros, no lo sabemos. En la parte técnica uno no se refiere a personas; el trabajo nuestro no es referirnos a personas, nos referimos a los hechos; es investigar el hecho para después imputar. La inversa de lo que se hace normalmente, que es apresar, aprehender, imputar a alguien y después se investiga alrededor de ese alguien.»

«Es preferible esperar una imputación 20, 30 o 40 días, pero con pruebas reales y concretas, antes que imputar tan rápido con presunciones, variables que no tienen gran sostenimiento».
«A cuatro meses, la querella plantea que el hecho fue distinto, tiene otras aristas, tiene otras mecánicas y la fiscalía estas hipótesis nunca las tomó».

Audio completo (testimonio de María)

«Hola, mi nombre es María; sé que al enviar este audio estoy corriendo muchísimo peligro; no se que pasará, pero yo ya no aguanto más. El 4 de abril de 2020 fui invitada a una fiesta por un amigo llamado José. Ahí José me presentó a Mario Mainardi, Viviana Rasta, la Vivi, un muchacho llamado Ramón y ahí estaba Cecilia.»

«Comimos, tomamos mucho, la estábamos pasando bien. Tipo tres de la mañana me sentía mareada, entonces este señor Mainardi me dice: pasa a mi habitación, descansá. Pasé, me quedé dormida. Tipo cinco de la mañana me despierta una discusión que había; despacito me asomo por la puerta a ver qué estaba ocurriendo.»

«Entonces, veo que esta chica Cecilia estaba discutiendo con Mario; Cecilia le decía que ella no pensaba hacer lo que él quería, que no era su forma de ser. Yo no entendía qué sucedía en ese momento. Seguí escuchando; Mainardi le dice: dale, flaca, pasá una noche, que te cuesta».

«Cecilia le decía que no, que no era su forma de ser, que eso le parecía aberrante, que ella no estaba con una persona por gusto y ganas, que no era su forma de ser, insistía. Entonces la Vivi le dice: negra, dale, que te cuesta. Ahí Cecilia le dice a Viviana que le agradecía por haberla ayudado en todo, pero que no iba a hacer lo que ellos le estaban pidiendo.»

«Entonces Mainardi la agarra de atrás de prepo. Cecilia se da vuelta y le mete una bofetada y dice que se quería ir de ahí, que iba a agarrar sus cosas y se iba. Mario la agarra de los pelos y la estampa contra un mueble.»

«Entonces entre Ramón y Mainardi la agarran de un brazo cada uno y le piden a la Vivi que buscara algo para atarla. José la agarraba de las piernas mientras Viviana la ataba. Le ataron los brazos, la sentaron en una silla, le taparon la boca. Estuvieron un rato así.»»Ramón le dice a Mario: qué hacemos ahora. Mario le dice: no sé, fijate vos si nos pueden ayudar.

Entonces agarra Ramón y llama por teléfono a una persona y le dice: ¿Zárate, te podés venir a la casa de Mario, que tenemos un problemita?»
«A los pocos minutos aparece un muchacho bajito, ojos tipo achinados, les dice a Mario y Ramón: qué ha sucedido. Tenemos un problema, le dice Mainardi; le saca la mordaza a Cecilia de la boca y le dice: qué vas a hacer, te vas a ir; y Cecilia le dice que ella iba a contar todo lo que estaban haciendo, que los iba a denunciar.»

«Entonces Ramón le dice: andá, denuncialo, te va a ir remal; Cecilia les dice que iba a llamar a su familia y le iba a contar todo lo sucedido, y pedía, gritaba, que la soltaran, que la soltaran, que se quería ir».

«Entonces le volvieron a poner la mordaza en la boca y entre Zárate, Ramón y Mainardi decían que qué hacían. Ramón vuelve a llamar por teléfono y dice: hola Rada, como estás, ¿la llave sigue en el mismo lugar que sabe estar?, porque tenemos un problemita, después te digo qué es.»

«La vamos a llevar al campo, les dice Ramón a Mainardi y a Zárate. Entonces Ramón y Mainardi agarraron a Cecilia; Viviana y José la llevaban de las piernas; salieron todos para afuera, la subieron en un auto blanco; subieron Mario, Zárate y Ramón; y salieron para abajo, calle contraria».

«Entonces, en ese momento aproveché que estaban afuera Viviana y José, y fui y me escondí en un árbol que había ahí, tipo aguaribay; me escondí hasta que Viviana y José entraron a la casa y salieron rápidamente, calle arriba, lo contrario que Mainardi en el auto.»

«Aproveché que se fueron, salí del escondite del árbol, me fui a casa. En ese momento me llama José; llamaba, llamaba; apagué el teléfono y no le contesté.»

«El día lunes por la mañana me llego hasta la comisaría a contar todo lo sucedido, a decir todo lo que había visto; adelante mío había dos personas; esperé sentada en unos bancos larguitos que había ahí».

«Cuando miro después veo a estas personas llamadas Ramón y Zárate, que estaban en una oficina y se fueron hacia la otra oficina. Yo le pregunto a la señora, una señora morocha que estaba ahí atendiendo, quiénes eran esas personas y me dice: Zárate de investigaciones y Ramón es policía.»

«Yo no sabía qué hacer, salí de ese lugar, estaba desesperada porque la policía estaba involucrada. Había visto que ellos se habían llevado a Cecilia juntamente con Mainardi, que no sabía qué habían hecho con Cecilia.»

«Decidí irme de Capilla, tenía mucho miedo; me fui a un lugar cercano, San Esteban. A las pocas semanas vi las noticias, Cecilia había aparecido muerta. Yo no sabía qué hacer; lo llamo a José, le digo que yo había visto que ellos se la habían llevado; me dice que me callara la boca, que no dijera nada, porque me iba a meter en grabes problemas.»

«Quería escaparme, no sabía qué hacer, tenía muchísimo miedo. Días después, no sé cómo, creo que José le dio mi número, me llama este tal Mario Mainardi, diciéndome que ni se me ocurriera abrir la boca, porque iba a terminar muy mal.»

«Le dije que yo había visto lo que habían hecho con Cecilia, que ellos se la habían llevado en ese auto blanco juntamente con policías de Capilla. Me dijo: vos abrís la boca y terminás como esta mujer. Le dije que yo me iba a ir a la fiscalía, iba a contar todo lo sucedido. Mainardi me dice: andá, total la fiscal está a favor nuestro.»

«Después me dice: dale, negra, lo único que tenés que hacer es callarte la boca, ya la policía ha agarrado a un pibito para que se haga cargo. Yo le decía que no podía dejar de decir lo que había visto.»

«Me dice: ya sabemos que tenés una hija, podés terminar en un basural como terminó ella; anda a la fiscalía si querés, total de ahí no vas a salir, porque la fiscal nos está haciendo la pata para ayudarnos en todo esto y va a hacer cualquier cosa para ayudarnos.»

«Yo no sabía qué hacer. Me preguntaban dónde estaba, les dije que seguía en Capilla. Todos los días recibía amenazas de ellos diciéndome que si yo hablaba iba a terminar como Cecilia. Tengo muchísimo miedo, no sé qué hacer.»

«A la familia de Cecilia le digo que no le erraron en nada», continúa la voz afligida de María, «que fueron ellos los que se llevaron a Cecilia: Mainardi y esa gente que estaba con él, policías. Porque pregunté y me dijeron que eran Zárate de investigaciones y Ramón, que era policía.»

«Y la fiscal estaba ayudando, porque Mainardi me lo dijo; le dije que iba a ir a la justicia y me dice que fuera, total ellos estaban tranquilos porque la fiscal los estaba ayudando. No sé si son amigos, no sé qué relación tienen entre ellos.»

«Y a la familia del muchacho quiero decirle que creo en ellos, que su hijo es inocente, pero la fiscal está ayudando a Mainardi y lo van a condenar. La fiscal tiene decidido condenar al muchacho, sabiendo que es inocente y que los asesinos son Mainardi y esos dos policías.»

«La Vivi Rasta sabe bien lo sucedido, José también. José pensaba que era mi amigo y no, me traicionó. Hacía un mes que lo había conocido; parecía buena gente, pero no quiero saber más nada de esa persona.»

«Me fui del lugar donde estaba, estoy en diferentes lugares. Tengo una nena y tengo miedo de que me hagan mucho daño, tengo miedo de terminar muerta como Cecilia. Por favor, necesito ayuda porque no sé qué hacer. Tengo mucho miedo, muchísimo miedo.»

SHARE
PUBLICACIONES RELACIONADAS
Dinamarca: La violencia contra los niños, una paradoja en un país considerado entre los más felices
Matías Garrido: «Las víctimas tienen un papel fundamental para producir cambios»
Líderes por la Vida: "Para prevenir el bullying hay que trabajar desde la niñez"

Deje su comentario

*