Naciones Unidas (ONU) remarcó que la pandemia del coronavirus evidenció la necesidad de contar con una economía digital sólida. El objetivo debe ser no perder el tren de la competitividad ni ampliar las brechas de desigualdad, de género y de baja productividad en América Latina.
En este sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó un informe sobre perspectivas económicas. En el trabajo, advierte que la transformación digital puede representar una salida a la crisis económica y social provocada por la pandemia de COVID-19. El objetivo es más que necesario en una región donde podrían cerrar 2,7 millones de empresas, la mayoría de ellas -2,6 millones- microempresas. Esta cifra supondría la pérdida de 8.5 millones de puestos de trabajo en un mercado laboral.
En América Latina, previo a la crisis de la COVID-19, un 40% de los trabajadores no contaba con acceso a ninguna clase de protección social y el 60% trabaja de manera informal.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, señaló que “esta crisis ha evidenciado algo fundamental que resaltamos en el informe y es que la digitalización hoy es un bien básico y necesario pero nuestra región».
El camino a una economía digital
Para lograr la inclusión digital en la región se necesitará igualdad, sostenibilidad y repensar el modelo de desarrollo, dirigiendo los esfuerzos a la “infraestructura de la vida”. Se trata del agua, electricidad, salud y protección social, además de la creación de nuevos empleos con base en un nuevo pacto político, fiscal y social orientado hacia sectores que conduzcan a una economía más verde.
La CEPAL destacó el importante papel de las tecnologías digitales durante la pandemia. En ese sentido, señaló que la infraestructura social y productiva de la región “no está suficientemente madura”. Ante esta realidad, es imperioso lograr el rápido cambio tecnológico demanda “un desafío decisivo” ante unas tecnologías que han sido fundamentales en el campo de la salud, el aprendizaje y el comercio electrónico.
Para la secretaria general del organismo regional, estas tecnologías revolucionarán los sistemas educativos y de teletrabajo. Sin embargo, «la brecha de acceso a las tecnologías digitales puede ser un nuevo rostro de la desigualdad”.
En la región, más del 67% de la población ya estaba conectada a internet antes de la pandemia. Pero, el 46% de los niños entre 5 y 12 años viven en hogares sin a la red de redes. Se trata de 32 millones de menores que están excluidos de la educación telemática.
Este contexto se ve agravado por el bajo número de teletrabajadores y que las bajas velocidades de conexión que también refuerzan la exclusión.
Propuestas para una economía digital
CEPAL propuso algunas propuestas para universalizar el acceso a las nuevas tecnologías:
- Creación de una canasta básica digital. Esta deberá incluir un teléfono celular, una computadora portátil y una tableta junto a un plan de acceso a banda ancha de bajo precio. Su costo sería de alrededor del 1% del PIB y tendría que hacerse en conjunto con el sector privado.
- Aplicar medidas de flexibilidad regulatoria para que haya neutralidad en la red. Esta medida debiera incentivar los usos de servicios de educación, salud y gobierno mediante la aplicación de tarifas cero.
- Aprovechar la era digital para transformar al Estado. En ese sentido, se debe buscar fortalecer alianzas público-privadas y con la sociedad.
- Producir planes nacionales con agendas orientadas a cerrar dos brechas: la de género y la territorial entre zonas rurales y urbanas.
- Impulsar un roaming (los recargos que utilizan las operadoras en cada país en las tarifas de las llamadas o mensajes con origen o destino en el extranjero) gratuito de ámbito regional, como el que ya opera en la Alianza del Pacífico y el recientemente acordado entre la Argentina y Chile.