El 2020 no solamente fue el año en el que la pandemia de COVID-19 afectó al mundo. De acuerdo con un informe de la NASA también fue uno de los años más calurosos registrados en la historia. Así, el año pandémico, empató a 2016, que tenía el récord anterior.
En general, la temperatura promedio de la Tierra se incrementó más de dos grados Fahrenheit desde la década de 1880. La NASA le atribuye este incremento a las actividades humanas que provocan emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano.
Futuro preocupante
Según Gavin Schmidt, director de la NASA, 2020 superó a 2016 por una cantidad mínima, dentro del margen de error del análisis, lo que hace que los años estén empatados como el año más cálido registrado.
Schmidt destacó que «los últimos siete años han sido los más cálidos registrados, tipificando la actual y dramática tendencia al calentamiento. Si un año es un récord o no, no es tan importante, lo importante son las tendencias a largo plazo. Con estas tendencias, y a medida que aumenta el impacto humano en el clima, tenemos que esperar que se sigan batiendo récords».
La NASA advirtió que, de seguir con esta tendencia, el incremento de las temperaturas en el mundo seguirá provocando distintos fenómenos. Ellos son, por ejemplo, la pérdida de hielo marino y la masa de la capa de hielo, el aumento del nivel del mar, olas de calor prolongadas y cambios en los hábitats de plantas y animales.
Las razones de calentamiento
Aunque la tendencia de incremento se vio en las últimas décadas, los científicos aseguran que hubo diversos factores que influyeron para que el 2020 obtuviera el récord de temperatura.
Entre los eventos que están relacionados con el aumento están los incendios en Australia durante la primera mitad del año. El desastre natural provocó el envío de un gran número de partículas a la atmósfera y bloquearon la luz solar y eso enfrió la atmósfera.
Por otra parte, debido a la pandemia de COVID-19, bajaron las partículas de contaminación del aire. Esto permitió que llegará más luz solar a la superficie y se diera un efecto de calentamiento pequeño, pero potencialmente significativo.
En esto sentido, los cierres decretados por los gobiernos para frenar el avance del coronavirus «parecen haber reducido la cantidad de emisiones de dióxido de carbono (CO2) el año pasado». Sin embargo, las concentraciones generales de carbono «continuaron aumentando y, dado que el calentamiento está relacionado con las emisiones acumuladas, la cantidad total de calentamiento evitado será mínima».