Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), los fenómenos meteorológicos obligaron a dejar sus hogares a 21,5 millones de personas cada año. La cifra representa más del doble que los refugiados y desplazados que causaron los conflictos y la violencia durante la última década. Según la agencia, «los refugiados, desplazados internos y apátridas son los que están en primera línea del cambio climático». Muchos de ellos viven en condiciones complicadas, donde faltan recursos para adaptarse a estos fenómenos meteorológicos.
Desplazamiento forzado
Más de mil millones de personas viven en países que están expuestos a peligros relacionados con los fenómenos climáticos. Se trata de países que tienen una capacidad muy limitada para recuperarse si ocurre algún desastre, recuerda la agencia de Naciones Unidas.
Por ejemplo, durante la próxima temporada de monzones en Bangladés, lluvias torrenciales e inundaciones podrían afectar el campo de refugiados rohinyás en Cox’s Bazar. Esta situación podrá obligar a sus habitantes a desplazarse nuevamente. Una migración que se da después de que muchos tuvieran que hacerlo este año a consecuencia de un incendio en las instalaciones.
Para ACNUR, «la emergencia climática es la crisis que define nuestra era y los desplazamientos son una de sus consecuencias más devastadoras». Además, el cambio climático está empeorando otros problemas, como son la pobreza y la inseguridad alimentaria. Asimismo, el fenómeno impacta en la falta de agua y otros recursos esenciales, lo que a su vez provoca más desplazamientos.
Los fenómenos meteorológicos extremos con otros factores políticos y sociales pueden empujar a una sucesión de crisis. Este es el caso de Afganistán, donde casi todas sus provincias han experimentado algún desastre climático en los últimos 30 años, además de estar clasificado como el país menos pacífico del mundo.
En ese sentido, ACNUR pidió a los gobiernos que tomen medidas para combatir el cambio climático y que mejoren la protección y la asistencia para las personas desplazadas por los desastres meteorológicos.