Las heroínas de esta crónica fueron mujeres, ciudadanas, trabajadoras y amas de casa anónimas, hasta que la tragedia les asignó un bautismo inesperado: Madres del Dolor.
Por Lucio Casarini (cronista) y Daniela Díaz Arz (ilustradora)
Oscar y Juan Gálvez arriesgaron la vida miles de veces surcando los caminos, con frecuencia de tierra, en los que se realizaba el Turismo Carretera, la categoría más popular del automovilismo argentino. Entre 1939 y 1961, siempre a bordo de vehículos Ford, los hermanos alternaron como campeones hasta sumar 15 títulos: nueve para Juan, máximo ganador histórico de la especialidad, y seis para Oscar. Tal fama alcanzaron, que el autódromo de la ciudad de Buenos Aires, sede de la Fórmula Uno, lleva el nombre de los dos. En 1963, Juan murió con 47 años tras accidentarse competiendo. Oscar vivió hasta 1989, cuando falleció por causas naturales, con 76 años. Posteriormente, en ausencia de ambos, una nueva tragedia vehicular afectará a la familia. El 8 de mayo de 2002, Kevin Sedano, sobrino nieto de Oscar, expiró tras ser embestido por Eduardo Sukiassián. Considerando que los Gálvez fueron ases del volante en rutas defectuosas, podría considerarse absurdo que un miembro de su clan, que tenía solo 14 años y ni siquiera sabía manejar un automóvil, fuera muerto por un Ford que violaba las normas de tránsito mientras circulaba sobre la impecable Avenida del Libertador.
Semejantes contradicciones pierden extravagancia si se toma en cuenta que cada hora los hechos viales provocan cerca de un muerto y diez heridos en la Argentina, y 150 muertos y seis mil lesionados en los cinco continentes. Sucede en un mundo en el que cada año se fabrican unos 100 millones de vehículos; en el que los coches en circulación superan los 1000 millones; y en el que, salvo una minoría de países, escasean las leyes, la educación y los controles en la materia. Por ende, el tránsito automotor es una de las primeras causas generales de mortalidad; solo lo superan las enfermedades más letales: las cardiovasculares, las respiratorias, las neurológicas, el cáncer o la diabetes.
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Al participar por primera vez de un reclamo colectivo de justicia, a mediados de 2002, Viviam Perrone estaba demasiado abrumada para detenerse en las estadísticas sobre tragedias viales y cuestiones aledañas, pero tenía evidencia más que suficiente, recolectada por ella misma, para saber que Kevin había sido víctima de un asesinato.
En aquella protesta inaugural, no fue la única debutante como madre arrojada involuntariamente a la escena pública por el crimen de un hijo. En la misma circunstancia estaba la organizadora, Marta Canillas, que pedía el esclarecimiento del secuestro extorsivo y homicidio de Juan Manuel, de 23 años. La manifestación empezó en la casa de los Canillas, en el barrio porteño de Núñez, y terminó en Olivos, en la puerta de la quinta presidencial, donde la familia entregó a Jorge Rubén Matzkin, jefe de Gabinete, una carta para Eduardo Alberto Duhalde, primer mandatario. Durante la caravana, Daniel, el hermano de Marta, le pidió a Viviam que bajara el cartel que llevaba con la foto de su vástago por temor a que tuviera alguna connotación ideológica o política.
Ni Viviam ni Marta, que eran entre sí ignotas, podían imaginar que dos años y medio después, en 2004, estarían entre las iniciadoras de la Asociación Civil Madres del Dolor, como presidenta y vice, respectivamente. Tampoco Nora Iglesias, Elvira Torres y Silvia Irigaray, asimismo participantes espontáneas de la protesta. De las cinco nombradas, las únicas que tenían trato de antemano son las dos últimas, como mamás de Cristian y Maxi y como vecinas.
Viviam se atrevió a principios de 2003 a liderar ella misma, por primera vez, un reclamo callejero de justicia. Acompañada por alrededor de 300 personas, entre allegados propios y familiares de otras víctimas, peregrinó desde el lugar del drama hasta la Comisaría Primera de Olivos. La iniciativa, transmitida en vivo por Canal 13, de alcance nacional, en la voz del cronista Mario Massaccesi, provocó el relevo del jefe de la delegación policial, Eduardo Perone, de apellido irónicamente similar al de la demandante y responsable de notorias anomalías en las pericias.
Poco más tarde, ese mismo 2003, el objetivo de la mamá de Kevin fue el domicilio de Sukiassián, adonde la mujer se movilizó acompañada por una multitud aún más numerosa. Este segundo destino era proyectado por Viviam desde un año antes, tras una extraña llamada telefónica del padre del homicida en el cumpleaños número 15 de la víctima, días después del crimen.
—No se le ocurra hacer nada porque tengo la Policía de mi lado —dijo Ricardo Sukiassián, destacado hombre de negocios del sector inmobiliario.
—Usted haga lo que quiera, yo voy a seguir reclamando por mi hijo —respondió ella.
Tomando en cuenta el comportamiento del conductor del Escort antes y después de la tragedia, y los sabotajes cometidos por él y su familia contra la investigación, el llamado, único contacto directo de los Sukiassián con la familia de Kevin, fue interpretado por la mujer como una agresión y una amenaza.
—Ese día yo estaba destrozada —recuerda ella—; hice solamente una misa por mi hijo, pero desde ahí se me ocurrió empezar con las marchas.
También en 2003, Viviam se acercó, con las demás futuras fundadoras de la ACMdD y otros parientes de víctimas, al Congreso de la Nación para entregarle a la senadora Cristina Elisabet Fernández de Kirchner una carta dirigida a ella y su marido Néstor, que 72 horas antes había asumido como presidente argentino. El mensaje expresaba deseos de justicia y paz en el país.
A principios de 2004, Viviam dio testimonio junto a Silvia Irigaray y otros familiares de damnificados ante 500 cadetes de la Policía Federal en la escuela de suboficiales y agentes, que está situada en el barrio porteño de Agronomía. La mamá de Kevin contó ante el inusual auditorio cómo, por la inacción de los agentes estatales, después del asesinato de su hijo «no se hizo ni el test de alcoholemia». El acto fue presidido por Gustavo Béliz, ministro de Justicia de la Nación.
En la Casa Rosada, además de Béliz, un promotor destacado del trabajo con los familiares de víctimas fue Aníbal Domingo Fernández, que, en 2005, como ministro del Interior, eligió el cumpleaños 18 de Kevin para anunciar la reapertura del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito. Viviam asistió a la cita acompañada por Carlos, papá del damnificado; padrastro, en realidad: ella se había separado del progenitor de Kevin y Eric cuando estos eran pequeños. Su segundo marido era padre biológico, sí, de Yael y fue clave en los pasos preliminares de la ACMdD; entre otras gestiones, tramitó en persona la aprobación legal de la entidad y el alquiler de la primera sede institucional. Además, Carlos hizo artesanalmente, con sus propias manos, uno de los escritorios de madera.
—¿Dónde está Kevin? ¿Qué le pasó a Kevin? —repetían entre risas las voces anónimas que en 2006, durante meses, hostigaron telefónicamente a Viviam—; dejate de joder; seguí hablando de Sukiassián y de los jueces, que te vamos a hacer boleta a vos y a tu familia —seguían en tono conminatorio. Era un momento crítico para la causa, pues los tribunales de San Isidro debían decidir si la elevaban a juicio oral y público.
En ese contexto y en vísperas de un nuevo aniversario de la muerte de su hijo, Viviam lideró otra manifestación pacífica, ahora en un punto axial de la ciudad de Buenos Aires. «Cuatro vueltas al Obelisco por cuatro años de impunidad», fue el lema de la protesta, a la que concurrieron cuantiosos parientes de damnificados y otros ciudadanos solidarios.
—Te dijimos que te callaras la boca —gritó el desconocido que pateó en el estómago a la madre de Kevin mientras ella estaba subiendo al auto en la puerta de su casa. Ocurrió al día siguiente de la última manifestación. Antes de escapar, el atacante desvió hacia los ojos de la mujer el aerosol de gas pimienta para defensa personal que ella intentaba manipular.
«Si tocan a una madre nos tocan a todas», fue el eslogan con que Viviam volvió a marchar alrededor del Obelisco porteño días más tarde, junto a una muchedumbre aún más nutrida que las anteriores.
El juicio oral y público fue anunciado para la segunda mitad de 2006, pero una semana antes tuvo que ser postergado por una nueva fatalidad en la familia de Kevin. Carlos sufrió un infarto mortal en la vía pública. El hombre, que era profesor de educación física y llevaba una vida saludable, se sentía incapaz de ver en persona a Eduardo Sukiassián en los tribunales.
—No sé si voy a poder mirarlo cara a cara —le repetía a su esposa—; no voy a soportar el juicio.
Al cabo de algunos meses, en 2007, se hizo finalmente el esperado pleito abierto y presencial.
—Al culpable le corresponde todavía cumplir los reglamentos carcelarios —explica el abogado Claudio Mazaira—; estuvo apenas dos meses preso, tiempo que ni siquiera sirvió para determinar su supuesta buena conducta, porque las calificaciones se hacen a partir del tercero; tiene que volver a la cárcel al menos seis meses.
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«Estoy cansado de que me llamen asesino», refunfuñó Eduardo Sukiassián en 2011, al responder por única vez sobre la tragedia, algo que hizo ante la prensa; «volvía del centro del cumpleaños de un amigo», recordó; «venía con el tráfico normal, solo que era de los primeros autos que llegaban al semáforo», aclaró; «venía por el carril derecho», reconoció; «se cruzan dos chicos, uno primero, otro atrás; y el que venía atrás, cuando ve que el primero llegó a cruzar toda la avenida y vio que venían todos los autos, intentó volver e impactó con el auto a la altura del espejo para atrás», narró; «yo freno a mitad de cuadra y me bajo; bajamos los tres; fuimos donde estaba el chico tirado; nos quedamos ahí; yo vi cuando le ponían el cuello ortopédico y de ahí me fui a mi casa», refutó a los testigos, incluidos los que viajaban con el, y a Mariano di Meglio, el abogado que lo representó en el juicio.
«Mis amigos se vinieron conmigo caminando», sorprendió el condenado; «después al auto lo buscó mi hermano», asombró; «llegué a casa y les dije a mis papás; al día siguiente nos presentamos en la comisaría con el auto», agregó; «iba entre 50 y 60 kilómetros por hora», calculó la velocidad del Escort; «al comienzo de todo, tanto yo como mis padres hablábamos con ella, expresándole el dolor y que la acompañábamos en algo inexplicable», dijo sobre Viviam Perrone; «dejamos de hablar y de llamarla por distintas razones; se empezaron a decir cosas nuestras que no eran verdad y el llamado podía ser malinterpretado; ella no quería ese llamado», se defendió; «fue una desgracia; un accidente que llevó a generar la muerte de un chico y generar dolor a toda su familia y a la mía, aunque obvio totalmente incomparable».
«El pedido de justicia en este contexto se transforma en una suerte de venganza», dijo Germán González Campaña, abogado del convicto, también en ese tiempo y al periodismo; «fue un hecho fortuito y aleatorio que destruyó a la familia Sedano; la pérdida de un hijo no se repara con nada; pero del otro lado está la familia Sukiassián, que sufre un calvario en la Justicia porque su hijo está presentado como un asesino serial», ninguneó el dictamen, que habla de homicidio culposo agravado; «tuvo la desgracia de embestir a un chico que iba desesperado esquivando autos», contradijo a los testigos, «perseguido por una patota», completó; «venía con la onda verde», precisó; «no creo que haya sido el único auto que lo lastimó», barrió todos los indicios, «pero Sukiassián fue el único que se detuvo», desafió nuevamente la evidencia; «y se anotó su patente».
«En los medios se expuso que se había fugado», redujo González Campaña la prueba a una versión periodística; «pero a su criterio», descendió al terreno de las opiniones, «el se quedó allí hasta que supo que la ambulancia estaba en camino», desdijo a su cliente, que alegó haber visto cuando le ponían el cuello ortopédico al atropellado; «el caso presenta aberraciones jurídicas, como que el tribunal oral que lo condenó lo haya enviado a la cárcel con el argumento de que es necesario dar un mensaje ejemplificador a la sociedad», reclamó; «por respeto a la madre, cualquier cosa que dijera iba a ser interpretada como un ataque hacia ella, así que dejó de llamarla», explicó; «si esto fuera un caso común y no se tratara de Sukiassián, Kevin Sedano o Viviam Perrone, esta causa habría terminado hace un montón de tiempo».
«Lo que hace esa familia es un manotazo de ahogado», respondió la última igualmente en charla con la prensa; «esto ya se aclaró en el juicio; tengo que leer de nuevo esas mentiras; si hubiera sido un accidente, ¿por qué recibió condena de tres años efectiva?; dice que los jueces manifestaron que era un fallo ejemplificador para la sociedad; miente; dijeron que era ejemplificador para Sukassián, porque se fugó del hecho; al otro día de que chocó a mi hijo, Sukassián se fue a esquiar al lago Tahoe, en California; el único contacto que tuve yo fue con el papá el 27 de mayo de 2002, el día del cumpleaños de Kevin; me llamó para decirme que no se me ocurriera hacer una marcha porque tenía a la Policía en la puerta de su casa; vi el auto con el golpe en la parte de adelante del auto y el parante izquierdo; luego ellos cambiaron de lugar el choque; no puedo creer que después de nueve años Sukiassián decida hablar para mentir descaradamente; ni siquiera ahora entendió que el dinero que tienen ellos no te lleva a nada», concluyó; «tiene que cumplir la pena que le impuso la Justicia».
Volver a escuchar, años después del proceso oral, entre otras, las incongruencias por las que habían sido procesados por falso testimonio Von Gerstenberg y Bereskyj, esta vez de parte del propio homicida —quien, contra lo confirmado hasta el hartazgo, seguía libre— y su abogado, quebró emocionalmente a la mujer. En 2012, la mamá de Kevin renunció a la presidencia de la ACMdD «cansada de las chicanas judiciales, políticas y de poder». Días más tarde, la entidad difundió un mensaje titulado «Mendigar justicia agota», que anuncia: «… es por eso que, comprendiendo el cansancio de Viviam Perrone, la ayudaremos a quitarle un poco de responsabilidades. Ella ocupará el lugar de secretaria a partir del próximo año y Silvia Irigaray el suyo. Consideramos que los puestos no son importantes, lo mejor es que seguimos siendo un hermoso grupo de mamás que sin bajar los brazos… seguimos en la lucha».
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El tránsito vehicular es la modalidad violenta más fulminante del mundo. Mata al menos el triple que todas las armas de cualquier especie juntas. Por eso es natural que quienes lideran la búsqueda de respuestas en el campo de la seguridad vial adquieran singular influencia. Es el caso de Viviam Perrone, un rostro cotidiano en los medios de comunicación como impulsora de marchas, reclamos, denuncias, proyectos, debates, encuentros, campañas.
En el ámbito legislativo, los primeros frutos logrados por la mamá de Kevin aparecieron en 2008. En el nivel nacional, la incorporación de las picadas callejeras —carreras ilegales— en el Código Penal. En la órbita porteña, la activación del registro de conducir por puntos, que facilita el control de los infractores.
Otro triunfo considerable de Viviam y todos los afectados por la violencia automotor se produjo en 2009, con la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. La mamá de Kevin es voluntaria del consejo de familiares de víctimas. En ese rol ha viajado por numerosos puntos de la Argentina y varios destinos del extranjero: Estados Unidos, Colombia, Turquía, Marruecos, Brasil, Malasia, Irlanda, Italia y Suecia. La ACMdD integra, en tal marco, la Alianza Global de ONG para la Seguridad Vial y la Sociedad Internacional de Víctimas Viales.
«No agregue más nombres a esta lista. Respete las normas de tránsito», dice el primero, circulando hacia el norte, de los 20 pasacalles de chapa colocados, ese mismo 2009, sobre la Avenida del Libertador, dentro del partido de Vicente López. El anuncio tiene los nombres de Kevin Sedano, Francisco Vrecht y Paolo Mellano, todos asesinados en esa arteria. Es un proyecto de Viviam y la ACMdD realizado por la ANSV, el Registro de Infractores de Tránsito Bonaerense y la Dirección Vial de Vicente López. Los otros 19 letreros dan consejos a conductores y peatones, como ponerse el cinturón de seguridad, soltar el teléfono y abstenerse del alcohol.
La ampliación del Club Estrella, entidad deportiva de la localidad de Martínez donde Kevin jugaba al fútbol, fue una de las mayores emociones de su mamá en 2012. En una pared hay un póster con la sonrisa del hijo. Las obras fueron realizadas con ayuda de la Municipalidad de San Isidro, a la que pertenece la zona.
El año 2016 trajo una nueva victoria legislativa: el endurecimiento en el ámbito nacional del castigo para los conductores que atropellan en condiciones agravantes. Una es abandonar al afectado. Otra, ser temerario: por ejemplo, haber ingerido sustancias prohibidas o exceder la velocidad límite. Las penas por homicidio deberían ser en tales condiciones, a partir de esta reforma, siempre de prisión efectiva.
La mamá de Kevin presentó en 2019 con la ACMdD una Guía para Víctimas, primer manual práctico del país dirigido a quienes padecen la violencia. El documento sintetiza los derechos y garantías de los ciudadanos, un protocolo de actuación tras un crimen, y las etapas emocionales que suelen atravesar los afectados.
Una conquista de 2020 fue la incorporación de una nueva señal de tránsito por la ANSV. Se trata del símbolo de la Campaña Nacional de Concientización Vial Estrellas Amarillas, emprendimiento civil al que Viviam adhiere. La idea es estampar esa imagen en cada lugar donde ocurre una tragedia vehicular. «Kevin», dice la estrella del cartel clavado junto al sitio donde fue muerto su hijo.
En 2021, ella se enfocó junto a Silvia Fredes, también miembro de la ACMdD, en el impulso de la Ley de Alcohol Cero al volante en los ámbitos nacional, bonaerense y porteño. Es una norma que rige en varias provincias y ciudades argentinas.
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«Discúlpeme, Francisco, pero no estoy de acuerdo con su carta. Parecería que nadie se anima a contradecirlo. Yo lo voy a hacer», le escribió Viviam al papa Francisco en 2014 a través de la prensa. «Endurecer las penas con frecuencia no logra disminuir la delincuencia», había dicho el jefe de la Iglesia Católica en una misiva a Eugenio Zaffaroni, virtual abanderado de la denominada escuela garantista. «Lo hago porque comprendo que para usted es difícil entender lo que sentimos en la Argentina», sigue ella. «Es difícil entender que vivimos con miedo los que salimos a trabajar todos los días. Es difícil entender que en nuestro país, muchos sacrificamos ver a nuestros amigos a la noche, porque quienes dominan nuestras calles no dudan en quitar vidas con tal de delinquir. Es difícil comprender qué siente una madre a la que le mataron a un hijo y ve al asesino libre. Pero, a pesar de todo esto, no pedimos mano dura. Pedimos mano justa. No pedimos un Código Penal con mayores sentencias. Pedimos que, aunque sea, se cumplan las leyes que tenemos. Yo no le pido a usted que se ponga en lugar de una madre que sufre cuando salen a la calle los hijos que le quedan, porque usted no vive como nosotros. Pero sí pedimos que a quienes tengan que cumplir con su sentencia, se los ayude a vivir como ciudadanos que respetan la vida. Sí pedimos cárceles que sirvan, cárceles que resociabilicen. Pedimos que quienes salgan de nuestras cárceles, sean ciudadanos dignos.»
«Señora Viviam Perrone: Le agradezco la sinceridad y la valoro», le contestó el Papa por correo privado. «Tal actitud nos hace bien y nos pone en actitud de diálogo para poder matizar, hacer crecer y corregir nuestras opiniones. Sé que cuando se viven situaciones de irresponsabilidad y de injusticia para con la familia las cosas se ven con mayor luz. Y comunicarnos esos puntos de vista nos hace bien a todos. Le agradezco que lo haya hecho conmigo. Quedo a su disposición. Por favor, le pido que rece por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide. Cordialmente. Francisco»
Alejandro David, juez de Ejecución Penal de San Isidro, autorizó en 2016 que Eduardo Sukiasián volviera a conducir un auto, a pesar de que la Corte Suprema de la Nación lo había prohibido hasta 2019. De esta manera, contra el alegato inexorable del calendario, el magistrado dio el plazo por vencido varios años antes.
«Además de nunca cumplir la sentencia de prisión», se resignó la mamá de Kevin en otra esquela pública, «ahora un juez considera, mediante un cómputo especial, que también puede acceder al beneficio de volver estar al volante de un vehículo. El juez puede ir por encima de la Corte porque tiene la facultad de hacer los cómputos y determinó que los tiempos están cumplidos. No entiendo cómo un juez de Ejecución Penal puede estar por encima de lo que resolvió la Corte. No pido más que lo determinado por la Justicia. Siento, otra vez, que estoy mendigando lo mínimo. Presentamos un escrito recordando lo expresado por la Corte, pero ni lo consideraron. La sentencia quedó firme ante la Corte y una vez que ocurre esto los familiares carecemos de todo derecho de petición o reclamo; ya no somos parte de la causa; no tenemos derecho a nada; mientras que los imputados pueden seguir solicitando morigeraciones a las penas que recibieron. Ya no puedo hacer nada».
La mujer se encontraba ante igual intríngulis que Matías Bagnato en 2010, cuando Fructuoso Álvarez González, el homicida de los seres queridos del joven, salió de la cárcel de forma irregular, mediante distintas artimañas sumariales, y volvió a amenazar de muerte al muchacho y su abuela repetidamente. Bagnato fue recibido entonces en los tribunales con el mismo libreto que ahora oía estupefacta la madre de Kevin: los damnificados son ajenos al proceso judicial en la llamada etapa de Ejecución; ni siquiera está previsto informarles asuntos básicos, como la libertad del agresor.
Sin dejarse amedrentar, Viviam, Matías y más argentinos se unieron en 2016 en la cruzada civil Para Que No Te Pase, cuya prédica derivó en la Ley de Víctimas, sancionada en 2017 por el Congreso de la Nación. El nuevo estatuto, entre otras novedades acordes con el sentido común, establece que quien sufre un delito debe ser tomado en cuenta siempre por la Justicia, más aún cuando se examina el cumplimiento del castigo: «La víctima tiene derecho a ser escuchada antes de cada decisión que implique la extinción o suspensión de la acción penal».
Fuentes
El preludio sobre los Gálvez parte del recuerdo de Viviam, cuya tía Elsa Perrone fue esposa de Oscar. La familia sostiene que este fue campeón en 1939, como vencedor en dos de cinco competencias de ese año; algunos otorgan el título a Ángel lo Valvo, que obtuvo una prueba; en ambos casos, Oscar es el segundo máximo ganador de la categoría. El bautismo del autódromo es norma oficial (Ley 2.777/2008). Los diarios aportan precisiones suplementarias (por ejemplo: «La escultura…, Clarín; y Berasategui, Roberto…, La Nación).
—Transcurrí mis primeros 12 años en Los Ángeles, Estados Unidos, junto a mis padres y hermanos —cuenta Viviam—; de todas maneras, nací en Argentina porque mi mamá viajó para el parto; Oscar Gálvez le sugirió a mi papá la idea de emigrar para ganar experiencia; el tiempo le dio la razón, al volver pudo iniciar un taller de matricería.
El panorama estadístico de las tragedias automovilísticas tiene varios orígenes. El cálculo de víctimas argentinas es de la mamá de Kevin, partiendo de estimaciones de entidades civiles como Luchemos por la Vida («Estadísticas». Luchemos.org.ar), que integra el comité consultivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Los damnificados del tránsito («10 datos…», Who.int) y las principales causas generales de mortalidad en todo el orbe («Las 10…», Who.int) provienen de la Organización Mundial de la Salud. El número global de coches que se fabrican anualmente («Vehicles in…», Oica.net) y el de los que se encuentran en uso («Productionstatistics», Oica.net), son aproximaciones tomadas de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles.
Que las muertes viales al menos triplican las producidas por las armas de toda especie juntas surge de comparar las cifras mencionadas de la OMS con otras de la ONU («Una nueva…», Onu.org) y Amnistía Internacional («Datos clave…», Amnesty.org).
Los diarios dieron repercusión a las sucesivas amenazas que recibió la mamá de Kevin («Familiares marcharon…», Télam; Lalaurette, Sebastián…», La Nación; «La mamá…», Clarín; «Te dijimos…», Página 12).
La prensa aportó, asimismo, las palabras de Eduardo Sukiassián (Indart, Ramón…, Perfil.com, 25/8/2011) y Germán González Campaña («Caso Kevin…», Clarín; «El caso…», Página 12; Vera, Valeria…, La Nación), que nunca dieron explicaciones sobre el hecho ante la Justicia. Viviam Perrone les respondió en diálogo con el mismo reportero que había entrevistado al homicida (Indart, Ramón…, Perfil.com, 26/8/2011).
Leyes nacionales modificaron el Código Penal para reformular los asesinatos al volante (27.347/2016, corrige el artículo 84) e incorporar las picadas (26.362/2008, crea el artículo 193 bis). Una ley porteña (6254) de 2020 actualiza el Registro por puntos.
Los periódicos se ocuparon igualmente de la renuncia de Viviam a la presidencia de la ACMdD («El dolor…», La Nación; Victoria de…, Clarín; «Viviam Perrone…», La Nación), que motivó el anuncio posterior de la entidad («Mendigar justicia…», Madresdeldolor.org.ar); del intercambio epistolar con el Papa («Perrone, Viviam…», Clarín, 20/6/2014; «Perrone, Viviam…», Madresdeldolor.org.ar, 27/11/2014); y del veredicto del juez David (Tiscornia, Sol…, Clarín; «Asesino de…», Crónica).
También están en los periódicos los 20 pasacalles de Vicente López («Colocan carteles…», Infoban.com.ar), las mejoras edilicias en el Club Estrella («Amplían el…», Redaccionnorte.com.ar), la iniciativa Para Que No Te Pase («La convocatoria…», Clarín), la Ley de Víctimas («Es ley…», La Nación), la Guía de Víctimas («Presentación de…», Sanisidro.gob.ar) y el proyecto Alcohol Cero al volante («Alcohol cero…», Argentina.gob.ar).
La Campaña Nacional de Concientización Vial Estrellas Amarillas (Estrellasamarillas.com.ar) y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Argentina.gob.ar/seguridadvial) cooperan para divulgar la nueva señal de tránsito.
El nombre original de la Alianza Global de ONG para la Seguridad Vial es Global Alliance of NGOs for Road Safety (roadsafetyongs.org). El de la Sociedad Internacional de Víctimas Viales, International Road Victims Partnership (irvp.org).
Las regulares cartas publicadas por Viviam en distintos espacios son otra fuente capital.
—Me las dicta Kevin, salen de un tirón.
Tal producción empezó con un texto difundido cuatro meses después del drama (Clarín, 8/9/2002) y una seguidilla impetuosa del comienzo del año posterior (Argentina.indymedia.org, 26/2/2003; Kevinsedano.tripod.com, 7/3/2003; Taringa.net,15/3/2003; Lafogata.org, 19/3/2003; Lafogata.org, 8/4/2003; Clarín, Buenos Aires, 4/5/2003). Fuera de las epístolas mencionadas difundidas por Clarín, el caso tomó eco nacional en 2004 a través de La Nación (27 y 28/4/2004) y el propio Clarín (17/5/2004).
—Después de separarme del papá de Kevin y Eric, frecuenté una iglesia evangelista —cuenta Viviam—; en ese ámbito conocí a Carlos, el papá de Yael, y me uní a un grupo solidario que visitaba a chicos de un centro de detención de menores; esta experiencia con las víctimas fue transformadora para mí.
Bibliografía
Libros
De Vecchi, Cecilia. En tu nombre. Dunken, Buenos Aires, 2015.
Academia
Rebollar, Alicia Irene. Mucho más que dolor y lazos de sangre. El activismo de las víctimas en la Asociación Madres del Dolor (tesis de licenciatura en Antropología Social, Universidad Nacional de San Martín). Dunken, Buenos Aires, 2019.
Santamaría, Rosana ¡Justicia a la Justicia! Estudio etnográfico sobre los reclamos de justicia de la Asociación Civil Madres del Dolor. Tesis de Maestría en Antropología Social. Universidad Nacional de San Martín, Argentina, 2014.
Documentos
Ley 27.372. Derechos y garantías de las personas víctima de delitos. República Argentina. Boletín Oficial 33.665, 13/7/2017.
Ley 2777/2008. Denomínase Oscar y Juan Gálvez el Autódromo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Boletín Oficial 2985, 4/8/2008.
Ley 6254/2020. Registro de Conducir por Puntos. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Ley 24.449/1994. Tránsito y Seguridad Vial. Art. 51 (velocidad máxima). República Argentina. Boletín Oficial 1044, 23/12/1994.
Ley 26.362/2008. Reforma del Código Penal. Creación del artículo 193 bis. Incorpora las picadas callejeras. República Argentina.
Ley 27.347/2016. Reforma del Código Penal. Modificación del artículo 84. Asesinatos al volante. República Argentina.
Prensa
«Alcohol cero al volante: ¿qué pasa en las provincias donde está prohibido tomar y conducir?». Argentina.gob.ar, Buenos Aires, 21/4/2021.
«Amplían el Club estrella, donde Kevin jugaba al fútbol». Redaccionnorte.com.ar, San Isidro, 18/6/2012.
«Asesino de Kevin Sedano podrá volver a conducir». Crónica, Buenos Aires, 13/2/2016.
«Atropelló y mató: puede volver a sacar el registro». Laverdadonline.com, Junín, 13/2/2016.
Berasategui, Roberto. «Cincuenta años sin un grande: Juan Gálvez». La Nación, Buenos Aires, 3/3/2013.
«Caso Kevin Sedano: reclamo de la defensa del acusado». Clarín, Buenos Aires, 27/8/2011.
«Colocan carteles con mensajes de seguridad vial en Avenida del Libertador». Infoban.com.ar, Vicente López, 8/5/2009.
«Datos clave sobre la violencia con armas de fuego». Amnesty.org, Londres, s/f.
De Masi, Victoria. «Renunció a Madres del Dolor y le hizo un pedido a Cristina». Clarín, Buenos Aires, 3/12/2012.
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«El caso de Kevin Sedano». Página 12, Buenos Aires, 23/8/2011.
«Es ley la protección integral de las víctimas de delitos». La Nación, Buenos Aires, 22/6/2017.
«Estadísticas». Luchemos.org.ar, Buenos Aires, 2018.
«Familiares marcharon en aniversario del crimen de Sedano». Télam, Buenos Aires, 7/5/2006.
Indart, Ramón. «El joven que mató a Kevin Sedano rompe el silencio». Perfil.com, Buenos Aires, 25/8/2011.
——————. «‘Sukiassián lo atropelló y se fue a esquiar’, responde la mamá de Kevin». Perfil.com, Buenos Aires, 26/8/2011.
«La convocatoria al Congreso, hoy a las 18». Clarín, Buenos Aires, 11/10/2016.
«La escultura de Oscar Gálvez, en el bar más tuerca de Recoleta». Clarín, Buenos Aires, 19/8/2013.
«La mamá de un chico atropellado en Olivos denuncia una agresión». Clarín, Buenos Aires, 9/5/2006.
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«Mendigar justicia agota». Madresdeldolor.org.ar, Buenos Aires, 8/12/2012.
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——————. «Una madre y la tragedia de su hijo». Clarín, Buenos Aires, 4/5/2003.
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Vera, Valeria. «Caso Sedano: la defensa explicó por qué Sukiassián no debe volver a prisión». La Nación, Buenos Aires, 5/9/2011.
«Viviam Perrone ya no preside las Madres del Dolor». La Nación, Buenos Aires, 3/12/2012.
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Internet
Argentina.gob.ar/seguridadvial
Estrellasamarillas.com.ar
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Irvp.org
Madresdeldolor.org.ar
Roadsafetyngos.org
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Poema
¿Qué hará María? En la tierra / ya no se arraiga su vida / ¿Dónde irá? Su pecho encierra / tan honda y vivaz herida, / tanta congoja y pasión, / que para ella es infecundo / todo consuelo del mundo, / burla horrible su contento; / su compasión un tormento; / su sonrisa una irrisión.
Estos versos del poema La cautiva, de Esteban Echeverría, rinden homenaje a las mujeres que padecen la violencia ejercida sobre ellas y los suyos. Las heroínas de la presente crónica fueron ciudadanas, trabajadoras y amas de casa anónimas, hasta que la tragedia les asignó un bautismo inesperado: Madres del Dolor.
Citas y signos
La forma de reproducir los dichos de otros suele cambiar con los autores, los géneros y las tradiciones. Por eso, quizás sea útil explicitar el criterio aplicado en esta narración, que involucra dos signos ortográficos:
- El guión de diálogo o raya (—): Acompaña las declaraciones recogidas personalmente; esto quiere decir, producto del contacto del autor (también podría ser un colaborador suyo) con alguien; sea cara a cara o mediante algún sistema de comunicación, como por ejemplo el teléfono o internet. Estas citas son directas cuando refieren palabras del propio entrevistado e indirectas cuando reproducen los dichos de alguien contados por un tercero. Una función alternativa de la raya en la presente crónica es encerrar conceptos u oraciones aclaratorios.
- La comilla («): Se ha aplicado en las alocuciones extraídas de distintos registros materiales. La bibliografía anexa propone estas categorías: libros, academia, documentos, prensa, internet y audiovisual. Es el único cometido de la comilla en la historia.