El oficialismo se queda con los primeros lugares en la boleta de diputados y senadores, que mantendrá el sello y estética del espacio libertario.
La Libertad Avanza y el PRO sellarán esta tarde un acuerdo electoral en la Ciudad de Buenos Aires para competir juntos en las elecciones legislativas nacionales. Aunque aún resta definir quién lo comunicará oficialmente, el reparto de lugares ya fue acordado y confirma la supremacía del oficialismo: los tres candidatos a senadores y los tres primeros postulantes a diputados serán libertarios.
El entendimiento, que fue producto de una negociación tensa y marcada por idas y vueltas, representa una victoria política para La Libertad Avanza, que no solo conservará los primeros lugares en ambas boletas, sino que también impondrá su sello y estética. Se trata de un esquema similar al acordado con el PRO en la provincia de Buenos Aires.
En la lista de Diputados, el PRO logró asegurar el sexto lugar y todavía discute el acceso al cuarto o quinto, dos posiciones que podrían ingresar al Congreso si el frente hace una buena elección. Los nombres que propuso el macrismo para ocupar esos lugares son Jimena de la Torre, consejera de la Magistratura; Fernando de Andreis, exsecretario general de la Presidencia; y Hernán Iglesias Illa, escritor y exfuncionario.
El oficialismo, por su parte, se reserva las principales figuras. Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, suena con fuerza para encabezar la lista de senadores por la Ciudad. Se trataría de una nómina completamente libertaria para la Cámara Alta, con la que el Gobierno buscará ampliar su representación parlamentaria.
“Estamos muy próximos a tener un acuerdo con el PRO en la Ciudad”, había anticipado el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en declaraciones radiales. “Hay una gran parte de electores que son comunes, y la gente quiere que haya un acuerdo”, afirmó.
Un cierre pragmático
El entendimiento estuvo trabado hasta hace pocos días, principalmente por la resistencia del PRO a aceptar lugares con pocas chances. Desde Uspallata, sede del Gobierno porteño, Jorge Macri, María Eugenia Vidal y otros dirigentes analizaron la propuesta libertaria en busca de garantizar al menos dos bancas en el Congreso.
Finalmente, el PRO cedió y aceptó integrarse bajo las condiciones del oficialismo. La lectura interna fue pragmática: competir por separado hubiera puesto en riesgo la performance electoral en un distrito históricamente favorable.
Incluso Mauricio Macri, que en un primer momento cuestionó la estrategia de LLA por “querer tomar una posición totalmente dominante”, terminó avalando el acuerdo luego de que se habilitara la inclusión de nombres propios del PRO en la boleta.
En Casa Rosada, el cierre se celebra como un triunfo estratégico. No solo refuerza la presencia oficialista en la Ciudad de Buenos Aires —territorio insignia del macrismo—, sino que también consolida el armado nacional con una estructura encabezada por libertarios y aliados relegados a los últimos lugares.
La apuesta del Gobierno está centrada en lograr mayor respaldo parlamentario para avanzar con la “segunda etapa” de reformas. Francos lo expresó con claridad: “Se define el futuro del país”.
