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Irán: "Si quiero respirar, debo tener permiso de mi esposo"

La Revolución Islámica cumple cuatro décadas, con un balance atroz para las mujeres. Su sola condición femenina puede implicar el matrimonio forzado, la flagelación, la cárcel o la muerte.

Una adolescente fue asesinada a tiros por su hermano después de que ella se resistiera a un matrimonio forzado.
Una joven fue apuñalada por su marido, que arrojó el cadáver a un pozo y se justificó con el argumento de que sospechaba algo malo de ella.
Otra joven fue apuñalada por su padre también fatalmente al regresar ella de una fiesta; el hombre al parecer nunca le dio autorización para salir.
Estas monstruosidades, bajo el rótulo de crímenes de honor, son algunos de los hechos impunes que denuncia el último Reporte del Comité de Mujeres del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (women.ncr-iran.org).
La entidad tiene sede central en París. Fue fundada por ciudadanos exiliados que promueven una transición de la actual República Islámica hacia un sistema democrático laico con elecciones libres.
Alrededor de 40.000 niñas menores de 15 años son casadas por la fuerza cada año.
Con frecuencia el marido es un hombre exageradamente mayor que tiene múltiples cónyuges.
La motivación habitual de estos matrimonios es la pobreza; los padres de la novia reciben casas, autos, dinero y otros beneficios a cambio del acuerdo.
En esta atmósfera, hoy por hoy suman 15.000 las viudas menores de 15 años; además, se calculan en 1.700 las embarazadas primerizas en esa franja de edad.
«Nuestra falta de reacción y seguimiento de estos abusos conducirá a más crímenes horribles; deberíamos ayudar a resonar su voz [la de las víctimas]; deberíamos expresar que nosotros buscamos justicia también por los atropellos sangrientos de la década de 1980», dice la escritora Golrokh Ebrahimi Iraee, de 38 años, en una carta abierta escrita desde la cárcel y citada en el mencionado Reporte.
Ella fue encerrada por redactar un texto contra la lapidación femenina, que es considerada legal —como la flagelación, el cegamiento, la mutilación de manos y pies, y otras bestialidades—; su marido, Arash Sadeghi, está igualmente detenido.
La República Islámica de Irán fue fundada en 1979 por el ayatola Ruhola Khomeini, un líder religioso musulmán —ayatola se traduce signo de Dios—, que derrocó la monarquía que gobernaba desde 1925.
El sha o rey destituido, Mohamed Reza Pahlevi, escapó a Estados Unidos acusado de traicionar a la patria con negociados a favor de las potencias occidentales.
Khomeini impulsó una Constitución teocrática y en nombre de la revolución y la sharia —ley islámica— barrió los derechos fundamentales de amplios sectores —por ejemplo, las mujeres— masacró a decenas de miles de opositores políticos y se involucró en una guerra con el vecino Irak que se prolongó hasta 1988, con un saldo de cientos de miles de muertos por bando.
«No permitiré que las fuerzas de seguridad pisoteen sus propias leyes y usen a nuestras familias como una herramienta para torturarnos psicológicamente y crear una atmósfera de terror en la sociedad; estoy preparada para morir, pero nunca me convertiré en esclavo de la opresión», dice Atena Daemi, de 30 años, asimismo en una carta abierta escrita desde la prisión y citada igualmente en el Reporte; ella es activista por los derechos de los niños; dos hermanas suyas estuvieron también tras las rejas algunos meses por tratar de defenderla.
Ejemplos cotidianos de segregación de las mujeres iraníes son el velo obligatorio —sobre el pelo y el cuerpo—, la prohibición de exponerse en lugares abiertos —por caso, no pueden ir a espectáculos masivos o andar en bicicleta en la vía pública—, las dificultades para acceder a la Universidad y el mundo laboral, y la necesidad de autorización del esposo para someterse a tratamientos médicos, trabajar fuera del hogar o viajar al extranjero.
«Nuestra Constitución todavía dice que el hombre es el jefe y la mujer es una esposa leal que se sacrifica a sí misma por su familia», dijo una vez Zahra Eshraghi, nieta del Ayatola Khomeini, al diario inglés Telegraph. Su abuelo murió en 1989; fue sucedido por sus discípulos; actualmente el cargo de líder supremo es ocupado por Alí Khamenei. «Pero la discriminación aquí no está solo en la Constitución; como mujer, si quiero obtener un pasaporte para salir del país, someterme a una cirugía, incluso para respirar casi, debo tener permiso de mi esposo».

El precio de la libertad

«Soy iraní, descendiente de Ciro el Grande, el mismo emperador que hace 2500 años proclamó en la cumbre del poder que el no reinaría sobre un pueblo que no lo deseara y que se comprometió a no obligar a ninguna persona a cambiar de religión o fe y garantizar la libertad para todos. La Carta de Ciro el Grande es uno de los documentos más importantes que deberían ser estudiados en la historia de los derechos humanos».
Shirin Ebadi, abogada y defensora de las víctimas, habló así en 2003, al recibir el Premio Nobel de la Paz por su trabajo a favor de las mujeres, los niños y los refugiados; fue la primera mujer musulmana y la primera persona de su país en obtener el galardón; es fundadora de la Sociedad para proteger los Derechos de los Niños (irsprc.org) y el Centro Defensores de los Derechos Humanos (humanrights-ir.org).
El Cilindro o Carta de Ciro es un código redactado sobre un cilindro de arcilla cuyo contenido es considerado por algunos la primera declaración de derechos humanos de la Humanidad. Ciro el Grande vivió en el siglo VI antes de Cristo y gobernó el imperio más extenso que se haya conocido.
«Sé bueno, sé amable, sé humano y caritativo, amá a tus semejantes, consolá a los afligidos, perdoná a los que te han hecho daño», dice una sentencia de Zaratustra o Zoroastro, gran sabio y místico persa de la Antigüedad; algunos lo suponen contemporáneo de Ciro; fundó el Zoroastrismo, religión predominante de la zona hasta la llegada del Islam.
Los tiempos han cambiado. El código penal iraní actual establece que la vida de una mujer vale la mitad del de la de un hombre. Si un automóvil golpeara a ambos en la calle, la compensación económica para la familia del varón duplicaría la que se calcula para los deudos de la mujer.
El testimonio de un hombre equivale al de dos mujeres. En el ámbito de la sucesión de bienes, ellas heredan la mitad que ellos.
La República de Irán ocupa un territorio neurálgico, que va desde Eurasia hasta cerca de la frontera de China, con salida al Mar Caspio en el norte y al Golfo Pérsico en el sur, entre otras conexiones estratégicas.
La economía se basa en buena medida en el gas y el petróleo, que juntos suman casi la mitad del presupuesto nacional. La producción gasífera es la segunda a nivel mundial —detrás de la de Rusia— y la producción petrolera es la séptima del planeta.
El Estado iraní de vez en cuando intensifica la llamada Campaña de velo y castidad, que obliga a las mujeres cubrirse el pelo y el cuerpo, y es controlada con especial rigor en fechas religiosas. Cualquier incumplimiento es considerado una amenaza a la seguridad nacional —sí, una amenaza a la seguridad nacional—. Las infractoras pueden ser castigadas con hasta dos meses en la cárcel o una pesada multa económica.
«Con frecuencia me he dado cuenta de que no somos capaces de mirar lo que tenemos delante de nosotros», dijo en una ocasión Abbas Kirostami, el cineasta iraní contemporáneo, al diario inglés The Guardian; «a no ser que esté dentro de un marco».
Los 81 millones de habitantes de Irán conforman una sociedad multicultural que comprende numerosos grupos étnicos y lingüísticos: persas (60%), azeríes (16%), kurdos (10%), lurs (6%) y otros menores. Persia fue el nombre oficial del Estado hasta 1936, cuando fue cambiado por el de Irán, que es considerado un término representativo del mosaico nacional.
Según cifras oficiales, unas 2000 mujeres son arrestadas todos los días en Teherán y otras zonas por el asunto del velo. La cuenta da 730.000 arrestos al año. Para disuadir a las desobedientes, con frecuencia se difunden por televisión escenas de detenciones de mujeres supuestamente vestidas de forma inadecuada.
«Las imágenes de chicas arrastradas violentamente a vehículos policiales, mientras gritan y luchan por liberarse, son devastadoras», dice el Reporte del Comité de Mujeres del Consejo Nacional de Resistencia de Irán.
«Tales represiones y asesinatos, tales detenciones y encarcelamientos, tales amenazas, intimidación y terror, son el precio de la libertad…», dice la mencionada Atena Daemi en otro pasaje de su carta abierta escrita desde la cárcel; «debemos resistir conscientemente a la supresión; debemos aprender las lecciones de Irán y de la historia del mundo, porque la historia se repite constantemente; ninguna victoria se ha logrado fácilmente; y ninguna opresión ha sido eterna».
«No te aflijas si por algunos instantes las esferas estrelladas no giran según tus deseos»; dice un verso de Hafez de Shiraz, mayor poeta iraní de la Edad Media; «pues la rueda del tiempo no siempre da vueltas en el mismo sentido».

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Director de Voz por Vos. Locutor, periodista y docente. Conductor de "Ventana Abierta", lunes a viernes de 12 a 14 (FM Milenium -FM 106.7-). Columnista de temas sociales en Radio Ciudad y docente en la escuela de periodismo ETER.
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