¿Cuando comenzó en el país el interés por las energías renovables? ¿Por qué son noticia cotidiana? Cumplir con los plazos de la ley se torna cada vez más complicado y hay poca concreción de los proyectos. Por otro lado, seguir manteniendo los subsidios a los combustibles fósiles tampoco parece ayudar al cambio de paradigma energético y perjudica los compromisos ambientales.
por Ivana García
Hasta el año 2006 no hubo en Argentina una verdadera y ambiciosa iniciativa que tenga en cuenta las energías alternativas. Bajo el nombre de “Régimen de Fomento Nacional para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica” fue sancionada la ley 26.190, que otorgaba diversos beneficios impositivos y creó un fondo del Estado para dar financiamiento a las energías renovables. A su vez proponía diversificar la matriz energética con el objetivo de alcanzar una contribución de las fuentes de energías renovables del ocho por ciento (8%) del consumo de energía eléctrica nacional, en el plazo de diez (10) años, es decir para diciembre de 2016.
Si bien hubo un despegue dichas tecnologías, fue paulatino, principalmente por falta de financiamiento. A medida que pasaban los años se evidenciaba que los plazos no podrían ser alcanzados. Para dar un contexto entre 2009 y 2015 se estableció el “Programa de Generación Eléctrica a partir de Fuentes Renovables”(GENREN) que adjudicaba los proyectos de energías renovables a las empresas a través de licitaciones. De acuerdo a lo establecido en el proyecto, la licitación de 1.000 MW de potencia en renovables se vio superada por las ofertas presentadas en el 2009 (superiores a 1.440 MW). Sin embargo, cinco años después, dentro del programa solo se llegó a habilitar un 19% de la potencia originalmente licitada.
Estas dificultades fueron el marco para en el año 2015, crear un proyecto modificatorio de dicha ley y así atraer el interés y confianza tanto nacional como internacional. A fines de ese año se sancionó la ley 27191. Define a las energías renovables como: “las fuentes renovables de energía no fósiles idóneas para ser aprovechadas de forma sustentable en el corto, mediano y largo plazo: energía eólica, solar térmica, solar fotovoltaica, geotérmica, mareomotriz, undimotriz, de las corrientes marinas, hidráulica, biomasa, gases de vertedero, gases de plantas de depuración, biogás y biocombustibles”. Abarca también los Pequeños Aprovechamientos Hidroeléctricos o PHA cuyo límite de potencia es de cincuenta megavatios (50 MW)”.
Se establece un objetivo de corto plazo: alcanzar el 8% al 31 de diciembre de 2017 (primera etapa), y un objetivo de largo plazo de alcanzar una contribución del 20% al 31 de diciembre de 2025 (segunda etapa). Introduce un régimen de incentivos fiscales y obliga a los usuarios con demandas de potencia iguales o mayores a trescientos kilovatios (300 kW) a autogenerar o contratar la compra (mínimo el 8%) de energía proveniente de diferentes fuentes renovables de generación.
A partir del año 2016 se implementó el programa RenovAR, (Programa de abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables), que realiza una convocatoria abierta nacional e internacional para la adjudicación de proyectos. Este plan contó con el interés empresario y tuvo como consecuencia un “boom” de ofertas.
A través de las Rondas 1, 1.5 Y 2 se firmaron un total de 147 adjudicaciones correspondientes a 4.466,5 MW de potencia.
A pesar de la revolución renovable, hasta la fecha (agosto 2018), solo 9 proyectos están operativos comercialmente. En cuanto a la potencia instalada, suma 246,35 MW, es decir 5,5% del total de los proyectos. Si se compara con el programa GENREN que instalo 193 MW en 5 años, el aumento sigue siendo notable.
La Ronda 3 del programa RenovAR había sido anunciada para septiembre-octubre del corriente año, sin embargo, posiblemente tenga que ser postergada hasta el 2019, por motivos como: grises en los contratos firmados, insuficiente capacidad de transporte eléctrico para la nueva matriz, y esperar a que se pongan en marcha los proyectos ya adjudicados.
Por otro lado, y en favor de las energías alternativas, se sancionó a fines de 2017 la Ley de Energía Distribuida. Bajo el título “Régimen de fomento a la generación distribuida de energía renovable integrada a la red eléctrica pública”, la ley 27424 busca promocionar la generación distribuida de energía eléctrica a partir de fuentes de energías renovables con destino al autoconsumo y a la inyección de eventuales excedentes de energía eléctrica a la red de distribución, proveer fondos y otorgar facilidades a través de préstamos.
“Y la generación se llama distribuida, por oposición a la que se genera en las centrales eléctricas, y ésa es su principal ventaja: se genera en el mismo lugar donde se consume, con lo que se ahorra todo el gasto de transporte de la electricidad, la infraestructura, su mantenimiento y las pérdidas de energía que se producen en el camino entre la central eléctrica y el enchufe, que son nada menos que de entre el 8 y el 15 por ciento” define Fabián Ruocco, Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT).
Panorama energético
En la actualidad la matriz nacional está compuesta en un 85% por hidrocarburos. Y aunque la base de la producción nacional sigue siendo convencional, según el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG, las estadísticas muestran, al igual que a nivel global, el aumento en la producción de shale (no convencional) y una retracción del tradicional.
El descubrimiento del yacimiento Vaca Muerta, de hidrocarburos no convencionales, ha cambiado el escenario energético en Argentina. Asi como lo hizo en el mundo la apuesta por el fracking.
Según el informe Escenarios Energéticos 2030 en un escenario tendencial: “la producción de gas, impulsada por la explotación no convencional, se proyecta con un incremento de tal magnitud que, incluso, ya a partir del año 2020, se superarían los máximos niveles históricos. En este escenario, la producción total de gas natural se incrementa un 62% entre 2016 y 2030”. En cambio en un escenario de eficiencia energética, “el impulso de la explotación del gas no convencional generaría que se superaran los máximos niveles históricos de producción a partir del año 2021. La producción total de gas natural se incrementa un 41% entre 2016 y 2030”.
La matriz energética bajo estos mismos arrojan “se plantea un incremento considerable de la participación de energías renovables, más que duplicando su porción relativa. A su vez, el ingreso de la cuarta y quinta central nuclear impacta en el crecimiento de la participación de esta fuente. La energía hidroeléctrica aumenta levemente su porcentaje de participación. Aun así, la dependencia respecto de los hidrocarburos sigue siendo importante (entre 78% y 80%, dependiendo del escenario).
“El petróleo y el gas continuarán desempeñando un papel fundamental para satisfacer la demanda mundial de energía. A pesar del pronóstico de rápido crecimiento de combustibles cero y bajo en carbono, el petróleo y el gas aún cumplirán más del 50% de la demanda mundial de energía para 2040, según la IEA (Agencia Internacional de Energía). Además, el gas seguirá teniendo una importancia creciente a medida que la transición impulse una economía baja en carbono” afirmo en una entrevista Niloufar Molavi, líder global de energía (petróleo y gas) de PwC.
Según un análisis de National Geographic “Una abundante provisión de gas natural demora hasta décadas el período de tiempo durante el cual las energías renovables se vuelven económicamente competitivas». Y si el gas natural hace que la energía sea más barata, las personas usarán más energía en lugar de recortar para ahorrar dinero”.
En cuanto a los subsidios que reciben las petroleras, según la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) “Para 2017, los subsidios implicaron un 5,6% del presupuesto nacional y un 3,1% para el 2018, con montos de US$ 9.487 millones a US$ 6.901 millones respectivamente. Estos montos representaron el 1,74% del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2017 y el 1,26% para el 2018 con un descenso interanual del 27%”
El mismo informe de FARN “Los subsidios a los combustibles fósiles en Argentina 2017-2018”, se alude la Conferencia Ministerial de la OMC (Organización Mundial de Comercio) realizada en Buenos Aires el año pasado, Argentina publico la “Comunicación Ministerial sobre la Reforma a las Subvenciones a los Combustibles Fósiles” en la que reconoce:
“…el compromiso contraído por nuestros dirigentes respecto de la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles en el marco del Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.c de la Agenda 2030, y reconociendo que un creciente número de Miembros de la OMC han formulado promesas adicionales bajo los auspicios del G-20, el G-7, el APEC y el V-20, y en el contexto del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre la Financiación para el Desarrollo”
Además se tiene en cuenta el Acuerdo de París: “… Reconociendo que la eliminación progresiva de las subvenciones a los combustibles fósiles generaría, según las estimaciones, el 12% de la reducción total de las emisiones del sector energético necesaria de aquí a 2020, ayudaría a mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2º C con respecto a los niveles preindustriales y contribuiría a proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5º C con respecto a los niveles preindustriales”.
Y concluye: “Nos proponemos racionalizar y eliminar progresivamente las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles que fomentan el consumo antieconómico, y alentamos a la comunidad internacional a que se una a nosotros en este empeño”
En cuanto a los beneficios ambientales, se afirma “La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) han descubierto que la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles para 2020 reduciría las emisiones globales de gases de efecto invernadero en 2050 un 10%.”
Como conclusión, se puede destacar que tanto las energías renovables, como los hidrocarburos necesitan de inversiones millonarias para llevarse a cabo. Analizar ventajas y desventajas desde el punto de vista del desarrollo sostenible debiera ser lo que guie la inversión. La complejidad del tema lleva a perder el foco de la importancia y urgencia del cambio de paradigma energético a nivel mundial. Las energías renovables plantean grandes desafíos, y Argentina aún tiene que aprender cómo llevarlos a cabo.
Sitios consultados:
http://datos.minem.gob.ar/dataset/9e2a8087-1b49-446a-8e86-712b476122fb/resource/04dbee7f-0b6f-48d0-b460-8d7fa3b282c7/download/minem-documento-escenarios-energeticos-2030pub.pdf
https://econojournal.com.ar/2018/08/renovar-postergaria-la-ronda-3-para-el-segundo-semestre-de-2019/
http://eenergetica.com.ar/web/programa-genren/
https://farn.org.ar/archives/25350
https://news.nationalgeographic.com/news/energy/2014/09/140924-natural-gas-impact-on-emissions/
https://news.un.org/es/story/2018/08/1440192
https://www.argentina.gob.ar/plantas-de-energia-renovable-en-operacion-comercial
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/empleorenovable.pdf
https://www.cronista.com/economiapolitica/En-2021-terminaran-de-pagar-a-petroleras-subsidios-al-gas-del-2017-20180404-0034.html
http://www.oetec.org/nota.php?id=3409&area=4
https://www.pwc.com.ar/es/publicaciones/eye-to-eye/informe-especial/transicion-fuentes-energia-alternativas.html
Imagen: http://rumboenergetico.com/como-impacto-la-primera-ronda-del-renovar-en-cuyo/
Para más información sobre energías renovables: https://www.argentina.gob.ar/que-son-las-energias-renovables