Un grupo de gente preocupada por aquellos que duermen en la calle sale todas las noches a acercar alguna solución a los sin techo de la ciudad de Buenos Aires. Una amistad que parte desde la necesidad y la trasciende.
La amistad es uno de los valores humanos más preciados. Su surgimiento y vigencia tiene que ver con el vínculo de personas que tienen algo para compartir en la vida. Sin embargo, lejos de la creencia de que un vínculo amistoso se da entre pares, también puede surgir entre personas bien distintas, con orígenes sociales disimiles y presentes muy dispares.
Como lo cuenta Mónica de Russis, con esa idea surgió el grupo de Amigos en el Camino: cada vez que el sol de esconde en Buenos Aires ellos empiezan sus recorridas solidarias. Amigos en el Camino es un grupo de personas que, no necesariamente son amigos entre ellos y tampoco con las personas sin techo que asisten. Sin embargo, unos y otros entablan una entrañable relación que muchas veces sí llega a transformarse en amistad.
Detrás de cada persona que vive en la calle, hay una historia: un sin techo es una persona, es un ser humano con un duro presente, con un pasado seguramente doloroso y un futuro que no existe.
Las personas en situación de calle viven como pueden. Y donde pueden, claro, como lo describe Mónica de Russis. Ahí donde están las necesidades, están los Amigos en el Camino.
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