Un estudio privado revela que el incremento de fondos de 2002 a 2012 no alcanzó a revertir la tendencia de mayor cantidad de estudiantes con problemas
El debate sobre la prueba nacional de evaluación en la Argentina denominada Aprender 2016 desató un amplio debate sobre el modo en que el Estado indaga en la capacidad de aprendizaje de los alumnos y las políticas a aplicar a partir de estudios eficientes.
En ese sentido el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) se mete en la polémica y advierte que, pese al aumento presupuestario sostenido en materia educativa en el período 2002-2012, la calidad de aprendizaje de los jóvenes en edad escolar estuvo lejos de mejorar.
En este sentido, en un estudio de IDESA se pone de manifiesto que «la correspondencia entre lo que se invierte en educación y los resultados que se obtienen». Según datos del Ministerio de Educación y la prueba PISA de la OCDE surgen algunas conclusiones para la Argentina:
. La inversión pública en educación básica (inicial, primaria y secundaria) en el año 2000 ascendía a 3,6% del Producto Bruto Interno (PBI).
. Este indicador en el año 2012 aumentó al 4,4% del PBI.
. En el mismo período (2000 – 2012), el porcentaje de jóvenes de 15 años de edad que tiene capacidades insuficientes de lectura creció desde 44% a 54%.
Según IDESA, «estos datos muestran que se asignaron crecientes recursos públicos a educación pero los resultados fueron decepcionantes. Que la inversión crezca por encima del PBI significa que la educación se priorizó por sobre otras finalidades. Sin embargo, la calidad empeoró, al punto que más de la mitad de los jóvenes no tiene capacidades de lectura. Así como resulta positivo que la sociedad reconozca el valor de la educación, y esto se plasme en ingentes recursos para su financiamiento, resulta muy desalentador que este esfuerzo de inversión no se plasme en mayores niveles de aprendizajes de los alumnos».
Para el centro de estudios, «un factor que explica estos resultados es que una parte importante del mayor gasto en educación se volcó a una masiva contratación de docentes sin dirigir esos recursos a mejorar la calidad de la enseñanza».
En ese sentido, puntualiza que «desde el año 2006, cuando se sanciona la actual Ley de Educación Nacional, hasta el año 2015 la cantidad de cargos docentes al frente de alumnos creció un 26%, mientras que la matricula en escuelas estatales creció apenas un 2%. Actualmente, hay 1 cargo docente al frente de alumno por cada 15 alumnos matriculados en las escuelas estatales». Una primera conclusión de este cruce de datos arroja que «la abundancia de docentes poco capacitados y motivados no favorece los aprendizajes».
Para IDESA, la línea de acción en materia educativa es clara: «En lugar de seguir bregando por aumentar los presupuestos públicos, la meta más prioritaria y desafiante es introducir reglas que lleven a un mejor uso de los recursos educativos existentes».