El gigante asiático viene de 25 años de grandes logros económicos, con un crecimiento vertiginoso en el ingreso por habitante, aunque con un tardío progreso en la equiparación de ingresos entre estratos sociales.

Durante los últimos 25 años de la economía china aportó resultados exitosos. Por ejemplo, la renta per cápita pasó de 320 dólares en 1990 a los 8.000 dólares en la actualidad, una cifra que es todavía superior si se analiza en paridad de poder adquisitivo. Sin embargo, el reparto desigual de este crecimiento de la producción acompañó a este proceso durante gran parte del camino, lo mitigó de alguna manera el llamado «milagro chino».

De todos modos, investigadores analizaron por qué, cuando el mundo se pone más desigual entre los que más cobran y los que menos ganan, China empieza mostrar signos de acortamiento de esa brecha.

El trabajo correponde a Ravi Kanbur y Yue Wang, profesores de Economía en la Universidad de Cornell, junto con Xiaboo Zhang, profesor de la Universidad de Pekín, analizaron esta aparente reducción «inesperada».

Para los investigadores, el crecimiento del gigante asiático en las últimas décadas se puede calificar de «espectacular», lo cual vino acompañado «de la mayor reducción de pobreza de la historia de la humanidad… sin embargo, la desigualdad que ha creado este fenómeno ha concentrado gran parte del interés por parte de expertos y críticos».

Pero, en los últimos años, algo está cambiando en tierra china. Estos economistas destacan que «efectivamente parece que se está produciendo un cambio en la desigualdad desde finales de la primera década de los 2000 que está transformando la estructura de China».

En el año 2010 la desigualdad de rentas parece haber tocado techo, según el coeficiente de Gini. Este indicador toma valores entre cero y cien. El cero indica que todos los individuos del país o región tienen el mismo nivel de ingresos, mientras que el 100 indica que sólo un individuo acapara todos los ingresos. En 2010 el coeficiente de Gini toco los 53,3 puntos, momento en el que inició un descenso pronunciado hasta caer a los 49,5 puntos de 2015. Parece que la tendencia comenzó a cambiar hace unos 10 años, destacan estos expertos. En un primer momento la curva de la desigualdad comenzó a suavizarse, hasta que finalmente ha iniciado un descenso que parece continuar.

La gran pregunta es por qué China está logrando un descenso de la desigualdad.

Los profesores que realizan el trabajo creen que hay que estudiar en mayor profundidad las causas de este giro, pero con los datos analizados hasta el momento se pueden ver algunos factores que están influyendo de forma sensible en este cambio.

La migración durante años de la población rural hacia las ciudades está estrechando el mercado laboral de estas zonas dedicadas a la agricultura, lo que está reduciendo la diferencia de ingresos entra la población rural y urbana. Los salarios en las regiones dedicadas al ‘campo’ están creciendo ante la caída de la mano de obra.

Por otro lado, «las fuertes inversiones del gobierno en infraestructuras en las regiones rurales también están ayudando a incrementar la actividad económica en las zonas más rezagadas».

Asimismo, la introducción en 2004 de ley de ‘Regulación del Salario Mínimo’ pudo influir en la reducción de la desigualdad, sobre todo a medida que se ha ido actualizando al alza.

El modelo «Kuznets»

Los investigadores Ravi Kanbur, Yue Wang y Xiaboo Zhang basaron su trabajo en lo aportado en su momento por el Premio Nobel de Economía de 1971, Simon Kuznets.

Kuznets, explicaba que durante el proceso de transformación que conlleva una revolución industrial se producen ciertos cambios en los modelos productivos de los que sólo se benefician, en un principio, unos pocos individuos. A medida que la sociedad se va adaptando al nuevo entorno y el capital humano va adquiriendo las habilidades necesarias para participar en el proceso productivo, la desigualdad de ingresos se reduce gracias al incremento salarial de las rentas más bajas.

fuente: El Economista