En España, poco a poco va tomando forma esta modalidad de turismo, una experiencia que combina el conocimiento de nuevas fronteras con el aporte de cada viajante, colaborando en distintas tareas en el lugar de destino.
«El viajar es un placer», decía una famosa canción en la Argentina de hace unos cuántos años atrás en la voz de Pipo Pescador. Tenía mucha razón. Aquel que viaja y sabe disfrutarlo encuentra un beneplácito que es muy difícil de igualar. Sin embargo, hay otro modo de hacer placentero un viaje.
Con ese fin y con el objetivo de dar un perfil solidario al turismo, hace 10 años nacía en España Cooperatour, una asociación sin fines de lucro que lleva a los viajantes a muchos destinos en América Latina y Asia.
En diálogo en el espacio Historias Solidarias de Diego Corbalán en Radio Ciudad, la directora de Cooperatur, Brenda Casal, describió los desafíos que se impusieron al empezar a ofrecer viajes solidarios a países como Guatemala, Perú, India y Nepal, entre otros.
«Los viajeros participan en proyectos educativos, sociales y medioambientales. Las personas se implican en las comunidades donde llegan. Por ejemplo, pueden dar clases en una escuela, acompañar a niños en un centro de acogida, en un orfanato y pueden hacer también actividades de protección medioambiental, como por ejemplo rescate de tortugas marinas o actividades medioambientales en la selva en proyecto ecológicos», describe Casal.
Al recordar los primeros pasos de Cooperatour, su directora remarcó cómo fue cambiando el perfil del viajante solidario: «Al principio teníamos muchos estudiantes de unos 18 a 25 años que se sumaban durante el verano en España, qué son los meses de julio hasta septiembre. Este perfil ha ido cambiando a lo largo de los años y ahora ya tenemos gente mayor de 25 años, personas jubiladas de mayores de 60 años, incluso de más edad, que también se inscriben en este tipo de viajes y también les interesan estas experiencias».
«Creo que en Europa la gente está cada vez más concientizada con la desigualdad, con la pobreza, con la diferencia que hay entre los países de occidente y otros países del sur y creo que la gente cada vez tiene mayor necesidad de ir a tomar contacto con otra realidad social, diferente a la que tenemos aquí», reflexiona la directora de Cooperatur desde España.
Un dato interesante de estos viajes solidarios es que, debido a que los turistas se alojan en las propias comunidades en donde realizan tareas colaborativas, los costos suelen ser más bajos. «Nosotros intentamos mantener los costos lo más bajos posibles dentro de nuestras posibilidades. Somos una entidad sin fines de lucro, es decir no somos un negocio. El excedente que obtenemos se invierte siempre en los propios proyectos y también en auxiliar a los programas de voluntariado», concluye la directora de Cooperatour.
