Las empresas del rubro de la construcción están empezando a sufrir las consecuencias de la escasez de personas que cruzan la frontera buscando una oportunidad laboral. Una situación especialmente agravada por el endurecimiento de las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump.
Las políticas inmigratorias de Donald Trump están empezando a dar resultados poco deseables para la economía de los Estados Unidos. Las restricciones al ingreso de personas que quieren entrar al país comenzaron a impactar en la escasez de mano de obra en varios rubros económicos, como por ejemplo la construcción.
Aunque el impacto todavía no es medido por economistas y demógrafos, se van repitiendo los casos de empresas que advierten sobre una menor disponibilidad de personas para las tareas que desarrollan.
Según consigna el diario Nuevo Herald, desde el Foro Nacional de Inmigración reconocen esta situación: “Gente del campo, de la construcción y de la industria de servicios me han contado sobre la desestabilización de la fuerza laboral en Texas y en el país”, afirmó el director ejecutivo de la institución, Ali Noorani. “Definitivamente está ocurriendo más en los estados que consideran aplicar políticas importantes de inmigración”, destacó.
Texas, epicentro de la falta de trabajadores
La escasez de trabajadores inmigrantes se siente especialmente en el sur de los Estados Unidos, con epicentro en el estado de Texas. El distrito tiene una de las poblaciones más grandes de inmigrantes que viven sin permiso en ese país. Incluso la nueva ley de Texas acrecentó los temores generalizados entre los inmigrantes al endurecimiento de las políticas de inmigración en todo el país durante el gobierno del presidente Donald Trump.
Los críticos de esta ley la llaman “muéstrame tus papeles”, ya que permite a la policía preguntar la condición migratoria de cualquier persona que detenga y la obliga a entregarla a las autoridades federales de inmigración cuando éstas se lo pidan.
Pero la normativa también es dura con las fuerzas de seguridad. Los jefes de policía que no la acaten podrían ser multados, despedidos y acusados de cargos penales. La ley está dirigida contra las llamadas ciudades santuario, término sin definición legal que en general se refiere a jurisdicciones donde la policía tradicionalmente evitó hasta ahora asumir el papel de agentes federales de inmigración.
Texas encabezó durante muchos años el ranking de estados generadores de empleo, aunque su economía se desaceleró debido en parte a la caída de los precios del petróleo.
El gobernador republicano Greg Abbott defendió la nueva ley, mientras que el autor de la medida, el senador estatal Charles Perry, afirmó que es crucial para garantizar la seguridad en el estado.
Perry no dudó en asegurar que “prohibir las ciudades santuario es para impedir que aquellas personas que hayan cometido delitos terribles sean dejadas en libertad en nuestra comunidad, a la vez que protege a las víctimas y testigos indocumentados”.
La construcción, centro del conflicto
Según la organización defensora de los derechos de los inmigrantes Workers Defense Project (Proyecto Defensa de los Trabajadores), la construcción es el sector económico más grande perjudicado por las medidas migratorias. Casi la mitad de los trabajadores de la industria viven sin permiso en Estados Unidos.
Por su parte, Frank Fuentes, presidente de la Asociación de Contratistas Hispanos de Estados Unidos, afirmó que “hay proyectos atrasados porque no tenemos mano de obra. Cuando la paranoia golpea a este segmento de la comunidad, afecta en verdad al sector en general”.
fuente: El Nuevo Herald