El índice Gallup de tolerancia hacia los inmigrantes está mostrando números preocupantes. Siete países europeos, liderados por Macedonia del Norte, Hungría, Serbia y Croacia, muestran incrementos preocupantes de la intolerancia ante la llegada del extranjero.
Sin embargo, el cambio más marcado en la percepción del inmigrante se está dando en América Latina. Este fenómeno fue detectado en Perú, Ecuador y Colombia. Estos países de la región recibieron en los últimos años una enorme ola de migrantes venezolanos a causa de la crisis política, económica, social y humanitaria en su país.
En el otro extremo, Canadá fue el país más acogedor, seguido de Islandia y Nueva Zelanda, según el índice basado en más de 140.000 entrevistas en 145 países y regiones.
Entre los países europeos, solo Suecia e Irlanda se ubicaron en el top 10 de Gallup de los países más tolerantes.
Estados Unidos ocupó el sexto lugar en el índice, justo detrás de Sierra Leona. A nivel mundial, el índice mostró que la aceptación de los migrantes fue mayor entre las generaciones más jóvenes, las personas con niveles más altos de educación y los que viven en áreas urbanas que rurales.
Un estudio sobre la tolerancia
La encuesta de Gallup preguntó a las personas qué opinaban sobre que los migrantes vivan en su país, se conviertan en sus vecinos y se casen con miembros de sus familias. Las puntuaciones del índice oscilaron entre 1,49 en Macedonia del Norte, el puntaje más bajo, y 8,46 en Canadá, justo por debajo de la puntuación máxima posible de 9.
La experta en migración de Gallup, Julie Ray, dijo que la leve caída global en la aceptación (5,21 en 2019 por debajo de 5,34 en 2016) se debió a cambios marcados en los países latinoamericanos.
La puntuación de Perú cayó a 3,61 desde 6,33 en 2016. En tanto, la cantidad de colombianos que dijeron que los migrantes que vivían en su país era algo bueno se redujo a 29% desde 61%.
La historia reciente del drama de los inmigrantes
El primer Índice de Aceptación de Migrantes de Gallup se realizó en medio de la reacción violenta que siguió a la crisis de inmigrantes de 2015 en Europa. Por entonces, más de un millón de personas se dirigieron al continente huyendo de la guerra y la pobreza en el Medio Oriente y el norte de África.
Los países de la Unión Europea llevan mucho tiempo en desacuerdo sobre cómo manejar la afluencia de migrantes, muchos de los cuales llegan a los países mediterráneos después de peligrosos viajes en barco.
