Según Naciones Unidas, unos 16 millones de personas en América Latina corren el riesgo de no poder tener suficiente alimento para sobrevivir debido a la crisis económica el aumento y en los casos de COVID-19. La advertencia es del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. Según el director ejecutivo de WFP, David Beasley, en un comunicado, «es una combinación letal y debemos actuar ahora, ser inteligentes (…). No se puede solo lidiar con el COVID-19 o el hambre; debemos lidiar con ambos”.
Los 18 países que integran América Latina suman más de 4,4 millones de casos de coronavirus, por encima de los 4,3 millones de contagios que se registran en EE.UU., el país más afectado por la pandemia en estos momentos. Según la agencia de la ONU, el COVID-19 está incrementando el hambre y la escasez alimentaria en la región, lo que podría generar conflicto y malestar social.
Para David Beasly, «la pandemia del COVID-19 ha sido devastadora en Latinoamérica, donde los malos presagios económicos ya se estaban formando. Las familias luchan para poder comprar lo básico: comida y alimentos”. Inclusive, con el aumento de los casos de COVID-19 y el colapso hospitalario, muchas familias se quedan sin poder acceder a un espacio en un centro de salud público, y los privados son muy costosos.
Según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, podría darse un incremento del 269% en el número de personas vulnerables a la escasez alimentaria. Es decir, un aumento de 4,3 millones de ciudadanos en comparación con el 2019. Haití, Centroamérica y los migrantes venezolanos que viven en Colombia, Ecuador y Perú son focos de especial preocupación.