Ferisa Lilesa cruzó la meta en segundo lugar, cruzando sus brazos por encima del pecho. Se trata de un gesto típico de su etnia, en señal de repudio a los brutales ataques que sufren en su país.
Un corredor de Etiopía protagonizó una arriesgada protesta contra su propio gobierno cuando cruzó la línea en Río, en la final de la maratón de 42 kilómetros, emblema tradicional de los juegos y de cierre de los mismos.
Feyisa Lilesa, ganador de la medalla de plata, cruzó los brazos por encima de su pecho, un gesto típico del grupo étnico Oromo, que ha sufrido brutales redadas de la policía. Lilesa es de Oromia, en donde viven más de 35 millones de personas de esa etnia en Etiopía.
Minutos más tarde, repitió el gesto de protesta en una conferencia de prensa, diciendo que su vida estaría en peligro en caso de regresar a su país. Al explicar sus acciones, Lilesa dijo: «El gobierno de Etiopía están matando a la gente de Oromo y tomando sus tierras y recursos, por eso los Oromo protestan y yo apoyo la protesta como Oromo».
«El gobierno etíope está matando a mi gente, así que respaldo todas las protestas en cualquier lugar ya que Oromo es mi tribu. Mis familiares están en la cárcel y si hablan de derechos democráticos los matan. Levanté las manos para apoyar la protesta Oromo», agregó y lanzó una advertencia al asegurar que podría ser asesinado si volvía a Etiopía: «Si no me matan, me van a encarcelar», dijo. «No lo he decidido aún, pero tal vez voy a mudarme a otro país.»
Ante la pregunta de si le preocupaba ser sancionado por el Comité Olímpico Internacional (COI), dijo: «No puedo hacer nada al respecto, ese fue mi sentir, y tengo un gran problema en mi país, es muy peligroso protestar en.. mi país.»
A raíz de esta protesta, de inmediato surgió la aclaración de que la Regla 50 de la Carta Olímpica prohíbe manifestaciones o protestas políticas.
Uno de los casos más recordados es el del dúo estadounidense de Tommie Smith y John Carlos, quienes fueron famosamente despojado de sus medallas después de que ambos hicieron el saludo del poder negro en el podio tras recibir medallas en los Juegos de 1968.
Etiopía y la violación de los derechos humanos
Varios grupos humanitarios afirman que las fuerzas de seguridad etíopes asesinaron a cientos de personas en las últimas semanas como parte de la represión a las protestas contra el gobierno, entre otros motivos, por los intentos del gobierno de reasignación tierras en las regiones de Amhara y Oromo.
Los manifestantes en la región de Amhara -de la comunidad Welkait- salieron a las calles de la ciudad de Gondar en julio, en señal de protesta.
Los Oromo, que representan alrededor de un tercio de la población, se unieron a las protestas y alegan que son excluidos del proceso político del país y del desarrollo económico.
La organización Human Rights Watch dice que más de 400 personas murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Oromia, aunque el gobierno disputa esa cifra.