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Agroecología: una alternativa productiva que muestra que los agroquímicos y los transgénicos pueden ser un mal negocio

Los modelos de producción agropecuaria basados en la fuerte expansión productiva gracias a las nuevas tecnologías ocasionan graves daños al medioambiente y generan un impacto social con graves consecuencias.
En un artículo firmado por Franco Segesso en greenpeace.org se ponen de manifiesto las principales conclusiones del V Congreso Latinoamericano de Agroecología, realizado en la Universidad Nacional de La Plata, de la provincia argentina de Buenos Aires.
El coordinador de Campañas de Greenpeace Argentina, se pregunta en el comienzo de su nota: ¿Está científicamente comprobado que utilizar agroquímicos y cultivos transgénicos permite producir alimentos de calidad para todas las personas? No. Decir que la agricultura intensiva en químicos puede alimentar al mundo de manera suficiente y segura es un gran mito. Las empresas que venden estos insumos agrícolas han invertido mucho dinero para tener presencia pública, a través de publicidades engañosas e influencia en publicaciones “científicas”.

¿Está científicamente comprobado que utilizar agroquímicos y cultivos transgénicos permite producir alimentos de calidad para todas las personas? No. Decir que la agricultura intensiva en químicos puede alimentar al mundo de manera suficiente y segura es un gran mito.

En el campo, este mito ya está siendo contrarrestado por agricultores y movimientos sociales, como Vía Campesina, que desde 1996 coloca el tema en la agenda política internacional. En las cocinas cada vez son más los que optan por alimentos ecológicos. En las academias, científicos de todo el mundo ya reconocen la necesidad de abandonar los químicos. Por último, los gobiernos y organismos internacionales están despertando del letargo, aunque les falta aún un mayor compromiso con los agricultores y sus pueblos.

En las cocinas cada vez son más los que optan por alimentos ecológicos. En las academias, científicos de todo el mundo ya reconocen la necesidad de abandonar los químicos.

Para Segesso, es hora de reemplazar los insumos químicos por procesos ecológicos. Y da un ejemplo simple: en Misiones, un agricultor yerbatero no necesita ni herbicidas ni fertilizantes químicos porque usa sus propias vacas para controlar los yuyos, aprovechando el excremento para mejorar la calidad del suelo.

En Misiones, un agricultor yerbatero no necesita ni herbicidas ni fertilizantes químicos porque usa sus propias vacas para controlar los yuyos, aprovechando el excremento para mejorar la calidad del suelo.

La agricultura dependiente de insumos químicos tiene fecha de vencimiento. Estas prácticas han favorecido la aparición de plagas y enfermedades que afectan el rendimiento de los cultivos. A su vez, esto provocó que en los últimos veinte años los costos de producción aumenten un 400%.
A nivel regional, este modelo de producción ha desfavorecido la calidad de vida rural: más personas fueron expulsadas del campo y las que quedaron están expuestas a sustancias peligrosas. A nivel global, en las zonas más productivas –como la pampa húmeda- solo el 20-30% de lo que se produce entra en la cadena alimentaria. El resto se pierde en la trasformación de alimento para animales, en biocombustibles o en materia prima para la industria.

La agricultura dependiente de insumos químicos tiene fecha de vencimiento. Estas prácticas han favorecido la aparición de plagas y enfermedades que afectan el rendimiento de los cultivos. A su vez, esto provocó que en los últimos veinte años los costos de producción aumenten un 400%.

En cuanto al cambio climático, el sector agropecuario industrial no representa una buena solución. Primero, porque es responsable de más del 30% de los gases de efecto invernadero –transporte, fertilizantes, ganadería intensiva y cambio de uso de suelo-. Además, el deterioro de la calidad del suelo hace que estos cultivos tengan menos capacidad para adaptarse tanto a sequías como a inundaciones. Por ejemplo, luego de la sequía del 2009, el establecimiento ecológico “Naturaleza Viva” de Santa Fe obtuvo mil kilos más por hectárea que sus vecinos.

A nivel global, en las zonas más productivas –como la pampa húmeda- solo el 20-30% de lo que se produce entra en la cadena alimentaria. El resto se pierde en la trasformación de alimento para animales, en biocombustibles o en materia prima para la industria.

Distintos académicos de renombre en la región, sostienen que es necesario un nuevo modelo de producción y comercialización de alimentos que sea social y económicamente sostenible. La agroecología es el único camino para producir alimentos de calidad y acceso popular que nutran la soberanía alimentaria.

En cuanto al cambio climático, el sector agropecuario industrial no representa una buena solución. Primero, porque es responsable de más del 30% de los gases de efecto invernadero –transporte, fertilizantes, ganadería intensiva y cambio de uso de suelo-.

Los principales desafíos para la región latinoamericana son: el desarrollo de políticas públicas que promuevan la agroecología a nivel local, nacional y regional. Tanto en el campo de la producción, como la investigación y la educación. Este es el único camino para lograr un sistema alimentario justo, capaz de convivir con la actual crisis climática y económica.

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Director de Voz por Vos. Locutor, periodista y docente. Conductor de "Ventana Abierta", lunes a viernes de 12 a 14 (FM Milenium -FM 106.7-). Columnista de temas sociales en Radio Ciudad y docente en la escuela de periodismo ETER.
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